La fabricación y ensamblaje de vehículos de cuatro ruedas comenzaría en la década de 1920, siempre con el lujo y la elegancia como principales valores y cumpliendo el objetivo que tenían los hermanos Bentley, la de construir vehículos de alta gama equipados con propulsores con pistones forjados en aluminio. En 1931, la quiebra financiera la dejó en manos de Rolls-Royce, fabricante para la que empezaría construyendo motores. En 1998 pasaría a manos del Grupo Volkswagen, mientras que Rolls pasó a formar parte del Grupo BMW.
Una historia ligada a Le Mans:
Antes de la Gran Depresión de 1929 que propiciaría su bancarrota, Frank Clement, probador de la marca y el Capitán de la Armada de Canadá, John Duff, compiten al volante de un Bentley 3-Litros en la primera edición de las 24 Horas de Le Mans, en 1923. Quedarían cuartos, pero su actuación fue lo suficientemente convincente como para lograr que un año más tarde fueran los propios hermanos Bentley los les ayudaran oficialmente en la carrera. Lograrían el primero de los cinco triunfos para la firma de la “B” alada en la década entre 1920 y 1930, algo que le sirvió para captar el interés de los equipos privados y plagar con sus modelos gran parte de las posiciones cabeceras de la general.
Con el objetivo de celebrar el 80 aniversario de la marca, Bentley decide regresar a la gran carrera de La Sarthe, concretamente a la categoría de prototipos en la que regresar al podio en 2002 con el EXP Speed 8 LMP1. Sólo un año más tarde, con el habitáculo cerrado, la firma británica vuelve a ganar las 24 Horas de Le Mans, siendo el único fabricante junto a Peugeot Sport que fueron capaces de detener la racha triunfal cosechada por Audi Sport.
A pesar de no prodigarse demasiado en competición en la era moderna, actualmente participa en las Blancpain GT Series, con varias unidades del Bentley Continental GT3 desarrollado por M-Sport y un piloto español, Andy Soucek. También se ha dejado ver en una de las grandes citas en las carreras de GT’s a parte de las 24 Horas de Spa-Francorchamps (valedera para las Blancpain Endurance Series), la cita de resistencia que se disputa con Nordschleife como escenario: las 24 Horas de Nürburgring.
Los modelos más importantes de la historia de Bentley:
A pesar de la sencillez de sus primeros vehículos los vehículos de la firma británica ya destilaban esa elegancia desde sus inicios, comenzando con la versión 3 litros, equipada con un motor de cuatro cilindros en línea la cual contaba con la novedad de montar en el propulsor cuatro válvulas y dos bujías por cilindro, disposición con la que se pretendía aumentar al máximo la eficiencia con los medios de la época.
A pesar de que estuvo prácticamente una década en producción, su heredero, el 4.5 litros o Bentley 4½ Litre lo superaría rápidamente, convirtiéndose en una de las referencias de finales de la década de los años veinte, especialmente entre las clases adineradas de la época. La comparación directa con el problemático 6.5 litros y el fallido 8 litros, hizo que el 4.5 fuera más deseado, sin embargo, todos ellos marcaron la primera gran crisis económica de la marca que terminaría siendo comprada por Rolls a inicios de la década de los treinta.
Como curiosidad, aunque en la gran pantalla James Bond ha estado casi siempre relacionado con los vehículos de Aston Martin, en “From Russia With Love”, 007 conduce por primera vez un Bentley Mk.VI. Para entonces, en la novela de ficción, James Bond ya había conducido el Blower Bentley 4.5 litros de 1930 en hasta tres de los títulos.
La llegada de Rolls-Royce al frente de la compañía se deja ver por diseño más sobrios en los que destacan las distintas versiones del Mk.V, así como los R-Type y la primera generación del S-Type. El Mulsanne de la década de los ochenta serviría en parte para romper con esa imagen de Rolls, con una inspiración que recordaba en parte a los grandes vehículos norteamericanos de la época.
El paso a manos del Grupo Volkswagen supuso una pequeña revolución en el diseño de los modelos de Bentley. Aunque hubo vehículos como el Arnage o el Mulsanne (la versión moderna) que mantuvieron la estética y la característica calandra del frontal, demostraciones como el Continental GT, Bentayga o el Flying Spur han demostrado que Bentley también puede combinar el lujo y las altas prestaciones con unas líneas fluidas y dinámicas.