Ha sido una de las noticias más relevantes de las últimas semanas: el Ejecutivo central pretende instaurar un sistema de peajes global para todas las autopistas y autovías de la red vial estatal dentro del Plan de Recuperación económico remitido a la Unión Europea. Ahora conocemos ya la primera referencia temporal para la aplicación de esta polémica medida, que no llegará antes de 2024 a nuestro día a día.
Las autopistas y autovías de peaje llevan décadas existiendo: se trata de una manera de contribuir a su sostenimiento y a su mantenimiento, de forma que sus usuarios pagan una pequeña cuota cada vez que utilizan la mencionada infraestructura. Con esa recaudación se realizan las operaciones de mantenimiento y mejora necesarias de manera constante.
Sin embargo, también es cierto que la mayoría de la red de vías rápidas de nuestro país son «gratuitas», es decir, no abonamos ninguna cantidad de manera directa cuando las utilizamos, sino que, en teoría, su mantenimiento se financia con los impuestos que anualmente se recaudan. La propuesta de ampliar los peajes a todas las autopistas y autovías del país ha levantado ampollas desde el primer momento, pero parece que es una medida necesaria para «poner al día» unas infraestructuras que necesitan -con urgencia- inversiones por importes superiores a los 8.000 millones de euros.
2024: el año de los peajes en todas las autopistas de España
Según el plan que ha remitido el Gobierno central a Bruselas, la aplicación de estos nuevos impuestos -que llegarán con un formato de pago por km- será una realidad, como muy pronto, en 2024. Este es el año que aparece en los documentos que España ha enviado a la Unión Europea, aunque desde el Gobierno se pide cautela y tranquilidad.
Y es que el Gobierno insiste en que buscará el acuerdo social y político para implementar esta medida, consultando así con agentes como los transportistas profesionales, las comunidades autónomas y otras administraciones involucradas en el mantenimiento y explotación de este tipo de vías. Según el Ejecutivo central, el sistema podría ser «escalable y progresivo», es decir, que se empezaría a aplicar primero en las principales autopistas y autovías y, posteriormente, se extendería a otras carreteras (incluyendo posiblemente las vías convencionales).
Hace unos días la Asociación de Empresas de Conservación y Explotación de Infraestructuras (ACEX), afirmó que con un peaje que oscilaría entre los 3 y los 5 céntimos por km sería «suficiente» para garantizar una recaudación mínima con la que luchar contra el enorme agujero en forma de déficit que arrastran estas vías. ¿Se acabaron las autopistas «gratis»?