El tiempo pasa, y pasa para todos. Eso sí, no lo hace en la misma medida cuando nos referimos al mundo del automóvil, donde algunos -pocos- diseños están dotados del privilegio de «resbalar» sobre los años, un paso del tiempo que termina por favorecer unas líneas que acaban por convertirse en icono y referencia. Es, sin lugar a dudas, lo que le ha sucedido a uno de los cupés más conocidos y populares de los últimos años, el Audi TT, que celebra -con sabor agridulce- sus 25 años de vida.
Allá por 1995, cuando un servidor apenas había comenzado a andar, la firma de los cuatro aros estaba sumida en un profundísimo proceso de renovación de su gama. Fueron años vitales para Audi, que sentó las bases de la oferta que actualmente conocemos gracias al lanzamiento, en la segunda mitad de los años 90, de modelos como el Audi A3, el Audi A4, el Audi A8 o el protagonista de este artículo, el Audi TT. Presentado en forma de prototipo en el Salón de Frankfurt para rendir homenaje a la mítica «Tourist Trophy» de la Isla de Man, la acogida del modelo por parte de la crítica fue tan positiva que los responsables no tardaron ni 3 meses en dar luz verde a un proyecto que se materializaría en forma del primer Audi TT de producción viendo la luz tres años después, en 1998.
Audi TT
La primera generación del Audi TT ha sido la más exitosa, siendo sucedida por otras dos generaciones más hasta llegar a nuestros días, donde en la actualidad asistimos al progresivo apagado de una luz, la del Audi TT, que no volverá a brillar tras un cese de la comercialización de la tercera edición que está a punto de hacerse realidad.
Audi TT (8n), el inicio del mito
La aparición de la primera generación del Audi TT supuso un golpe sobre la mesa, ya que la marca obligó a sus competidores a reaccionar rápidamente ante un modelo que ofrecía un diseño inédito en el mercado, diseño que con la perspectiva del tiempo ha demostrado ser uno de los más acertados de cuantos hayan visto la luz en las últimas décadas. Forma de coupé, líneas suaves y poco marcadas y, en definitiva, un equilibrio difícil de superar.
De la primera generación del TT se despacharon 178.765 unidades en formato coupé y un total de 90.733 unidades del Audi TT Roadster, que llegó al mercado un año más tarde. Construido sobre la plataforma PQ34 que compartía con modelos como el Volkswagen Golf o el Audi A3, estaba disponible inicialmente con un motor 1.8 turbo de 20 válvulas y 4 cilindros que ofrecía múltiples niveles de potencia: desde 150 hasta 240 CV en una especialísima versión llamada «quattro Sport». Por supuesto, no nos olvidamos de la llegada del 3.2 VR6 con 250 CV que, además, serviría de excusa para que el TT se convirtiese en el primer Audi de la historia en estrenar la transmisión DSG que hoy todos conocemos.
Audi TT (8j), más tecnología y equipamiento
La llegada de la segunda generación del Audi TT se produjo en 2006, cuando la firma de los cuatro aros presentó en sociedad un diseño continuista que seguía apostando por las formas suaves y redondeadas, tanto en el interior como en el exterior, aunque con un toque de modernidad gracias al empleo, por ejemplo, de un alerón retráctil en la parte posterior que permitía ofrecer una imagen más limpia. Además, la segunda edición del TT comenzó a utilizar aluminio en su construcción, reduciendo así el peso del conjunto.
Desarrollado sobre una plataforma más moderna, el Audi TT de segunda generación también permitió emplear soluciones técnicas inéditas hasta la fecha en el modelo, como una suspensión electrónica (Audi Magnetic Ride) que permitía un comportamiento más deportivo. A nivel mecánico esta segunda generación integró por primera vez un motor diésel (2.0 TDI de 170 CV) siendo también el encargado de estrenar el mítico 2.5 TFSI de 5 cilindros para dar vida al Audi TT RS, la variante más deportiva del Audi TT, que llegó a alcanzar los 360 CV.
Audi TT (8s), modernidad con sabor a despedida
Con un volumen de ventas en claro descenso, Audi quiso darle una tercera oportunidad al Audi TT presentando en 2014 la tercera (y aparentemente última) generación del pequeño coupé. Desarrollado sobre la plataforma modular MQB del Grupo Volkswagen, ha sido la generación en la que el diseño del TT más se ha afilado, integrando trazos mucho más rectilíneos y marcados. En su interior, el «nuevo» (y actual) TT apostó por el minimalismo más extremo, con un salpicadero sin apenas botones.
Fue el encargado de estrenar el famoso Audi Virtual Cockpit, siendo también el primer modelo en ofrecer tecnología OLED en sus pilotos. Mecánicamente no ha habido muchos cambios, aunque todos los motores han aumentado su potencia y su rendimiento siendo, en la práctica, el TT más potente y rápido de la historia al recibir 400 CV en la versión RS.
El sabor agridulce está ahí: este TT va a ser, con casi total seguridad, la última que vayamos a ver, al menos tal y como hemos conocido al modelo alemán, poniendo fin así a una trayectoria de casi 30 años desde la presentación del primer prototipo y de 25 años de comercialización ininterrumpida. ¿Estamos ante el nacimiento de todo un mito del diseño industrial y automovilístico? En mi opinión, desde luego que sí.