Noviembre ya está más que asentado y sus largos bigotes nos han traído el frío y su compañera inseparable, la lluvia. Con estos 5 consejos básicos podrás seguir usando tu moto o scooter de una forma segura y sin temer a los chaparrones.
Si hace unas semanas compartimos algunas sugerencias para combatir el frío invernal con efectividad, por fin le toca el turno a la inclemencia que a más motoristas disuade: la lluvia.
No hay nada peor que un día de chubascos para hacer de las ciudades un infierno de atascos, nervios y mal humor. Si eres de los que quiere evitarlo o simplemente no puedes renunciar a coger la moto en estas ocasiones, atento a lo que sigue.
1. Antes que nada: revisa tus neumáticos
El primer capítulo de la física dinámica de cualquier vehículo rodado es éste: ya puedes tener un motor preciso como una reloj, unas amortiguaciones firmes, unos frenos de tacto exquisito, un chasis ligero cual pluma y más sistemas electrónicos que la nave Enterprise. El único punto de contacto con el suelo que tiene toda esa maravillosa parafernalia son las dos escuetas bandas de rodadura de tus neumáticos.
Por ello, antes de cualquier otra cosa, lo mejor que puedes hacer es asegurarte del buen estado de tus neumáticos. No se trata solo de que el dibujo tenga margen de sobra con respecto al mínimo legal de 1,6 mm de profundidad que impone la DGT, sino que la goma no esté «cristalizada» (es decir, al presionarla o pellizcarla debería presentar cierta blandura y elasticidad) ni la rueda tenga demasiados años (entre 5 y 7 como norma general si han estado bien tratados).
2. Pon un Pinlock a tu casco
Hace poco hablamos sobre los aspectos a tener en cuenta para comprar un casco y mencionamos brevemente este tipo de láminas anti-vaho, conocidos comúnmente por el nombre de la marca más reputada en este ámbito.
Gastarte 20 o 25€ en lo que algunos llamarían «un simple plastiquito» puede parecer injustificado…pero si alguna vez has sufrido la sensación de llevar el casco completamente empañado o verte obligado a abrir la visera tragando frío y gotas para no ir a ciegas, darás gracias por este invento cada vez que la lluvia le permita hacer su magia. Haznos caso y no te arrepentirás.
3. Equípate con ropa adecuada para la lluvia en moto
Ojo: la coletilla «en moto» no es casual. En alguna ocasión hemos subrayado la importancia de llevar equipación específica y no un simple abrigo gordo de invierno, pues a la inseguridad en caso de accidente se une el aire que se cuela por todos sitios.
Lo mismo se aplica a la lluvia, aunque en este caso hay una complicación adicional. La gran mayoría de prendas moteras están hechas de un material llamado cordura que no tiene gran impermeabilidad. Para aguantar una tromba sin acabar mojado como los pollos hay tres opciones básicas. La primera es hacerte con una equipación que incorpore bajo esta superficie externa otra capa expresamente diseñada para el agua. La segunda es rociar las prendas con un spray impermeable de los existentes en el mercado, aunque el efecto es pasajero.
4. Ve con mil ojos
Si alguna vez te ha parecido que lloviendo los conductores parecen zombis al volante, no eres el único que lo piensa. Es común ver cómo un día lluvioso no solo nos vuelve más agresivos e irritables al volante, sino más torpes maniobrando, más limitados para ver lo que pasa ahí fuera y sobre todo más lentos para reaccionar.
En todo este mejunje, el motorista es carne de cañón para los accidentes, en especial los que tienen que ver con frenadas bruscas y cambios de dirección cortando el paso. Si normalmente hay que ir con cien ojos sobre dos ruedas, en estos casos es necesario extremar la precaución y la atención, sobre todo al pisar marcas en el suelo o gestionar las distancias con otros vehículos.
5. Ya lo decía Bruce Lee…
Finalmente, una indicación que puede sonar a chiste: fluye como el agua. Con ello queremos decir que la mejor manera de conducir en condiciones lluviosas es suavizando todos los movimientos y evitando a toda costa la brusquedad. Ya sea frenando, acelerando, inclinando o cambiando la trayectoria, cuanto más fluida y dosificada sea tu manera de conducir, mejor.
Si tu moto está en buenas condiciones y conduces con suficiente atención, te sorprenderá ver lo bien que responde incluso cuando la tormenta arrecia. Solo hace falta atender a lo que ocurre a tu alrededor, anticipar los posibles peligros y evitar reacciones repentinas.
Y hasta aquí nuestros 5 consejos básicos para esos días de oscuridad y nubarrones. Pruébalos y ya nos dirás si son efectivos.
Fuente: Imágenes extraídas de Unsplash. Créditos de autor en el título de cada una.