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Probamos los Porsche Turbo mas icónicos para celebrar 50 años de Turbo en Porsche (+vídeo)

Si eres un verdadero petrolhead y amas los clásicos, créeme, esto te interesa. ¿Qué te viene a la cabeza cuando escuchas la palabra turbo? Algunos pensaréis en los GTI de los ochenta, con aquellas pegatinas y emblemas tan vistosos. Otros quizá penséis en deportivos de altos vuelos como el Porsche 911 Turbo. En cualquier caso, el denominador común son las altas prestaciones, la innovación técnica y la deportividad. Porsche fue una de las marcas pioneras en el uso de motores turbo, directamente trasladados de la competición a las calles. Y es lo que hemos venido a celebrar a Stuttgart: 50 años de historia Turbo en Porsche.

Este vídeo no será solo teoría, ya que nos pondremos al volante de algunos de los clásicos más emblemáticos con motor turbo de la marca alemana.

¿Qué es un turbo?

Quizá deberíamos comenzar este vídeo explicando qué es un turbo. Es un mecanismo de sobrealimentación del motor, y está presente en la gran mayoría de vehículos actuales. El turbo es una turbina movida por los gases de escape del motor, cuyo cometido es introducir aire a presión en sus cámaras de combustión, permitiendo incrementar su potencia. Los primeros turbocompresores fueron usados en la aviación y se consolidaron en aplicaciones militares durante la Segunda Guerra Mundial.

Los turbocompresores no llegaron a popularizarse a gran escala hasta bien entrados los años ochenta

Aunque ya eran comunes en vehículos diésel pesados, su primera aplicación a un turismo de calle fue el motor Jetfire de Oldsmobile, a principios de los años sesenta. Tuvieron que pasar 10 años más para que otro fabricante coquetease con la tecnología turbo en coches de calle: fue BMW, con un 2002 turbo casi experimental. Porsche comenzó experimentando con los turbo con los 917, a petición de un tal Ferdinand Piëch, que coronó vencedores a los 917 en las Can-Am series estadounidenses, abriendo la puerta a una nueva era de altas prestaciones.

En el año 1973, se decía que algunos de los 917 más potentes llegaron a más de 1.500 CV en configuración de clasificación. Un cambio normativo y legislativo obligó a Porsche a abandonar la categoría, pero la semilla turbo estaba ya firmemente anclada en Stuttgart. De los 917, los turbo de Porsche dieron el salto a los 911 RSR 2.1 de competición, y de ahí, el probado concepto pasaría a las calles.

Porsche Turbo clásico en evento de celebración, con decoración icónica.

Fotos de los 50 años de Turbo en Porsche

Porsche 911 Turbo “Louise” (1974)

El primer Porsche 911 de calle con motor turbo se llamaba «Louise» , y fue el regalo de Porsche a Louise Piëch por su 70 cumpleaños. Louise, por si no la conoces, fue la madre de Ferdinand Piëch y era la hija de Ferdinand Porsche, fundador de la marca. La matriarca de Porsche estrenó un 911 muy peculiar, principalmente por equipar una versión experimental del motor turbo de los 930, que no serían lanzados hasta el año 1975, un año más tarde. Era un motor de inyección mecánica, con 2,7 litros de cubicaje y 240 CV de potencia máxima.

El coche fue entregado a Louise Piëch en 1974, un año antes de la llegada al mercado de los 930

Porsche Turbo clásico en celebración de 50 años de Turbo por Porsche

Conectado a un cambio manual de cuatro relaciones, con el que podía hacer el 0 a 100 km/h en 5,5 segundos, y alcanzar los 250 km/h. La principal peculiaridad de este 911 es que parece un simple Carrera, ya que no lleva ni los ensanchamientos ni el kit de carrocería específico de los 911 Turbo de producción. Además, en su parte trasera sólo se lee «Carrera». Sus asientos estaban tapizados en tartán escocés y su cuentavueltas llegaba a las 10.000 rpm, como guiño al Porsche 911 Carrera RSR 2.1 turbo, victorioso en su categoría en Le Mans.

Por lo demás, su interior es idéntico a cualquier otro 911 coetáneo, con la excepción de carecer de tinte alguno en sus ventanillas: Louise Piëch era aficionada a la pintura, y no quería que hubiese filtros entre sus ojos y el paisaje en sus largos paseos por los Alpes austriacos. Aunque esta unidad fuese un one-off, era un prototipo completamente funcional. Actualmente es propiedad del Porsche Museum, y es usada en eventos como el que hemos disfrutado.

Vista del habitáculo con asientos deportivos en cuadros clásicos de Porsche.

Porsche 911 Turbo (930): el primer Turbo de producción (1975)

Comenzamos nuestra prueba de los Turbo de Porsche con el primer 911 Turbo, conocido como Porsche 930. Esta unidad, esta joya clásica de colección, es uno de los primeros 30 Turbo fabricados en 1975. Fue originalmente destinado al mercado francés y está pintado en un característico color verde Ice Green Metallic. Aunque supera con holgura los 150.000 km, su estado cosmético y mecánico es excepcional. Lo primero que llama la atención es su enorme ensanchamiento con respecto a otros 911, especialmente en su parte trasera. Es muy musculoso.

Sus llantas de 15 pulgadas, con neumáticos de 215 mm de sección, eran muy grandes para el año 1975

Perfil icónico de Porsche Turbo con alerón inconfundible

Sobre su capó trasero puede verse el emblema característico de esta versión, así como un gigantesco alerón, clara seña de identidad de todos los 911 Turbo desde entonces. El alerón no solo era necesario para mantener la zaga del coche plantada a alta velocidad, su gran superficie era necesaria para canalizar mucho flujo de aire al interior del motor. No por seguir siendo refrigerado por aire, si no por requerir mucho más caudal de aire que un atmosférico. Su motor era un bóxer de seis cilindros y tres litros, dotado de inyección mecánica.

Gracias a la sobrealimentación por un único turbo, este motor desarrollaba nada menos que 260 CV y superaba los 400 Nm de par motor. Con un peso en vacío de solo 1.140 kilos, era capaz de acelerar hasta los 100 km/h en 5,4 segundos, logrando una velocidad punta de 250 km/h. En el año 1975, este prodigio técnico era el coche más rápido de Alemania. El interior de esta unidad es relativamente sencillo, siendo sus asientos deportivos Recaro el único extra. Aun así, sus guarnecidos se sienten superiores a los de otros 911 de la época.

Se siente mucho más lleno de potencia y más visceral que el Carrera RS 2.7, que pude probar en 2022

Vista del imponente motor turbo de un Porsche, corazón tecnológico y potente.

Es un verdadero privilegio poder estar probando este coche. Aunque es coetáneo del Carrera RS 2.7 – solo se llevan tres años – el coche se siente muchísimo más moderno, e incluso más visceral. El sonido de su motor se cuela constantemente en el habitáculo, con un pesado ralentí mecánico y un tacto duro de todos sus mandos. Su dirección no está asistida, sus pedales están desplazados hacia el centro del coche y su aislamiento es mejorable. Es claramente un 911 clásico, pero todo se nos olvida al hundir el pie en el pedal derecho.

Hasta las 3.500 rpm no sucede nada especial, pero es entonces cuando un torrente de potencia nos invade, catapultándonos de forma violenta hacia el horizonte. Acelera mucho, y lo hace rápidamente. El Porsche 930 tiene un comportamiento delicado y era apodado el «fabricante de viudas». Y no es solo por su relación peso-potencia, si no por su reparto de pesos desequilibrado, y sobre todo por el mucho lag de su motor. Si no tienes el volante recto o su torrente de potencia llega en el momento equivocado… puedes tener problemas.

Clásico habitáculo Porsche con asiento de cuero y volante icónico.

Es un coche visceral, auténticamente old-school y cargado de carácter. En 1978 su motor evolucionó hasta los 3,3 litros, elevando su potencia hasta los 300 CV.

Porsche 956: la era Turbo en competición

Porsche nos había reservado una sorpresa a los asistentes al evento. En un pequeño aeródromo a las afueras de Stuttgart pudimos contemplar el arranque, así como varias pasadas a toda velocidad del Porsche 956 que ganó las 24 Horas de Le Mans en el año 1982. Su librea de Rothmans es icónica, y en persona, impresiona lo pequeño y bajo que es. El 956 fue un abanderado de la tecnología turbo y es considerado uno de los coches de carreras más exitosos del mundo, ganando las 24 Horas de Le Mans seis veces entre 1982 y 1987.

Jamás olvidaré el olor a gasolina y los temblores del suelo, con el coche arrancado a apenas unos metros

Vista trasera del Porsche 956 en pista, emblemático de la era turbo.

Porsche confió en un motor bóxer de seis cilindros, 2,6 litros y 620 CV, basado en el motor del Porsche 936. Con un peso de solo 840 kilos, era capaz de alcanzar los 352 km/h. Como detalle curioso, los 956 fueron los primeros coches de la marca en emplear cajas de cambio de doble embrague, aunque habría que esperar décadas para disfrutarlas en coches de calle.

Fotos de los 50 años de Turbo en Porsche

Porsche 944 Turbo (1989): un Turbo mucho más civilizado

El siguiente coche en el que nos subimos es un Porsche 944 Turbo del año 1989, la última evolución de esta versión en la gama 944. Los 944 fueron una evolución profunda del Porsche 924, en su momento, un concepto realmente novedoso para la marca. No solo tenía motores de cuatro cilindros en línea refrigerados por agua, si no que estaban montados en posición delantera. Además, sus cajas de cambios se situaban en posición transaxle, junto al diferencial trasero. Esto permitía un reparto de pesos casi perfecto.

El Porsche 944 Turbo ya se siente un coche moderno, casi incluso contemporáneo

Dúo dinámico de Porsche Turbo celebrando medio siglo de ingeniería sobrealimentada

La versión Turbo del 944 presumía de un motor de 2,5 litros sobrealimentado por un turbocompresor. Con un sistema de inyección electrónica de última generación, permitía un 0 a 100 km/h de 5,9 segundos, con una velocidad punta de 260 km/h. Un motor turbo de 250 CV en el año 1989 seguía siendo algo serio, especialmente en un deportivo de no tan altos vuelos como un 911 Turbo. Con todo, este 944 Turbo es un coche que se siente a años luz del 911 del que nos habíamos bajado hace apenas unos minutos – aun siendo solo 14 años más moderno.

En esos 14 años logramos un puesto de conducción con una ergonomía casi perfecta, un interior de mucha más calidad, un aire acondicionado que sopla tan frío como el aliento de Vladimir Putin y un gran aislamiento acústico. El tacto de los mandos es preciso, pero es más suave y carece de holguras o crujidos. Además, contamos con ABS y dirección asistida, el motor apenas vibra y tiene un margen de utilización muy superior. De hecho, no dista demasiado del tacto de un motor turbo moderno, capaz de funcionar muy bien a bajas vueltas.

Sus faros escamoteables son una de las señas de identidad de este modelo

Vista lateral de los asientos y el interior de un Porsche Turbo.

Con todo, hablamos de un motor con mucha fuerza. Si hundimos el pie derecho, su patada es muy considerable, pese a tener un peso que supera los 1.400 kilos. A este motor de grandes prestaciones se suma un equipo de frenado con mucho mordiente y un chasis perfectamente equilibrado, que hace que conducir este coche a un ritmo elevado sea muy sencillo – es diametralmente diferente al 930 en este aspecto. Los 944 se vendieron hasta el año 1991, cuando fueron reemplazados por los 968, la tercera y última evolución del deportivo transaxle.

De las versiones Turbo del 944 se fabricaron solamente 3.738 unidades.

Porsche Cayenne Turbo S (2006): un todocamino atómico

El Boxster salvó a Porsche y el Cayenne cimentó su futuro. Lanzado al mercado en el año 2003, era un verdadero todocamino: en su momento era el SUV más deportivo y dinámico en existencia, pero también se defendía mejor fuera del asfalto que cualquier todocamino actual. Contaba con suspensión neumática, reductora e incluso podía contar con bloqueos mecánicos en sus diferenciales. El Porsche Cayenne fue un éxito instantáneo y ha permitido a Porsche seguir vendiendo esos deportivos que tanto amamos – debemos estarle agradecidos.

El primer Cayenne era un SUV, un todoterreno y un deportivo. Un verdadero tres en uno

Vista lateral de un Porsche para conmemorar el aniversario del turbo

El Cayenne Turbo S que hemos probado es del año 2006, y en su momento, era el coche más potente de Porsche tras el Carrera GT. Su motor V8 de 4,5 litros, sobrealimentado por dos turbocompresores, desarrollaba 521 CV, permitiendo un 0 a 100 km/h de 5,2 segundos y 270 km/h de velocidad punta. Nada mal para una mole de más de 2,4 toneladas en orden de marcha. Aunque los primeros Cayenne se llegaron incluso a vender con cajas de cambio manuales, los Turbo S se asociaban únicamente a un cambio automático de seis relaciones y convertidor de par.

Me siento como Homer Simpson en el «Cañonero» después de bajarme del 944. No solo porque voy en las alturas, si no porque conduzco un coche muchísimo más grande y con un interior mucho más espacioso. Un interior, por cierto, acabado con una calidad espectacular, donde todas las superficies están tapizadas en cuero y madera naturales. El volante en madera me parece especialmente delicioso. Lo que tampoco esperaba era el salvaje empuje de su motor V8 biturbo, capaz de dejarnos clavados en los asientos si hundimos el pedal derecho.

La calidad de sus acabados y materiales es absolutamente excelsa

Cabina del Porsche Turbo mostrando la evolución del diseño y confort.

Su sonido es adictivo, pero su contraparte es un consumo medio disparatado. Su media homologada según el ciclo NEDC era de 15,7 l/100 km, y en nuestra ruta, a velocidades bajas y con algún que otro achuchón, no hemos bajado de 22 l/100 km. Greta, no mires. Sorprendentemente, es un coche que no se amilana en las curvas – aunque tenga inercias muy grandes – y cuyos mandos nos devuelven mucha información en todo momento. No es un deportivo como el Porsche 911, pero en su momento, era verdaderamente el todocamino más deportivo del mercado.

La popularidad de los Cayenne de primera generación se ha disparado durante los últimos años. Su valor en el mercado secundario refleja esta realidad, y es la prueba de su excelente calidad de construcción y su rendimiento todoterreno. Gran parte de su popularidad la explican las redes sociales, y en concreto, sus preparaciones estilo “overland”.

Porsche Turbo con diseño icónico y línea trasera distintiva

Fotos de los 50 años de Turbo en Porsche

Porsche Panamera Turbo (2009): la primera berlina de Porsche

Y del Cayenne pasamos a un tipo de coche radicalmente diferente: un Porsche Panamera. Otro coche que supuso un sacrilegio para algunos puristas, pero que se ha consolidado como la mejor berlina deportiva del mercado, con una gran popularidad en mercados como China. El Panamera que estamos probando es una versión Turbo de primera generación, del año 2010. Esta unidad monta un motor 4.8 V8 de 500 CV, tracción total permanente y una caja de cambios PDK de doble embrague. Era capaz de hacer el 0 a 100 km/h en solo 4,2 segundos, superando los 300 km/h de velocidad punta.

El Panamera fue el primer Porsche que pude probar, allá por el año 2011

Porsche Turbo con diseño emblemático, una silueta que define su linaje deportivo.

Recuerdo haber probado el Panamera de primera generación en su momento, y quedar impresionado de su estabilidad dinámica, de su carácter deportivo y de su espectacular calidad interior. Me encanta el puesto de conducción, de ergonomía perfecta, donde vamos sentados casi en el suelo. Tenemos la dosis justa de digitalización, con una pantalla multimedia escueta bajo estándares actuales y una instrumentación completísima, con muchos relojes analógicos y una pequeña pantalla configurable.

La moda táctil no había nacido, y gracias a ello tenemos una enorme y maravillosa botonera. Me encanta. El coche tiene un tacto muy contemporáneo, y se siente similar al de los Porsche del presente. No obstante, aun conserva elementos «analógicos», como un sonido de escape no empañado por filtros de partículas o una electrónica menos avanzada que la actual. Me sigue impresionando el paso por curva, el tacto de la dirección y el equipo de frenado, y sobre todo, el monumental empuje de su motor V8.

Esta unidad tiene nombre propio: se llama «Black Panic Panther»

Vista lateral del habitáculo de cuero de un Porsche Turbo, calidad y deportividad.

Es 21 CV menos potente que el del Cayenne Turbo S, pero se siente y es muy superior en prestaciones puras. Esta unidad en concreto pertenece al cantante alemán Udo Lindenberg, y fue personalizada de forma muy especial. En el vano de las puertas puede leerse «Don’t Panic» en referencia a su álbum de 1976, llamado “No Panic on the Titanic”. Entre los extras tenemos las llantas de un 911 Turbo S, frenos carbonocerámicos, techo panorámico, cuero rojo para los asientos… y una curiosidad.

Aunque ya está eliminado, llevaba un emblema incorrecto en el portón trasero: nunca existió un Panamera Turbo S. Gracias a su equipo de sonido Bose, el cantante pudo poner los toques finales a su álbum MTV Unplugged.

Porsche 992 Turbo (2020): un Turbo del siglo XXI

Del primer Panamera nos transportamos al presente, al actual Porsche 911 Turbo, de la generación 992. Han pasado 50 años entre este coche y el 911 Turbo del inicio del vídeo. Aunque el concepto de coche es idéntico, el hecho de poder conducirlos al mismo tiempo los pone en perspectiva muy rápidamente. El 992 es, en comparación, mucho más grande, mucho más ancho, más de dos veces más potente… y mucho, absurdamente más rápido. El bóxer de 3,8 litros del 992 Turbo emplea dos turbos y tiene 580 CV en esta versión, llegando a los 650 CV en los Turbo S.

Es absurdamente sencillo de conducir a ritmos altos, incluso sin experiencia previa

Dos generaciones del Porsche Turbo en una toma lateral.

Con un 0 a 100 km/h de 2,8 segundos, no hace falta explicar que monta tracción total, un arsenal electrónico de primer nivel y tecnologías de chasis punteras. Cuatro ruedas directrices, diferencial autoblocante controlado electrónicamente, suspensión adaptativa, frenos carbonocerámicos… el 992 es un portento técnico y representa la cúspide prestacional de los 911, como siempre lo han hecho los Turbo. Lo que me sigue llamando la atención de los 911 Turbo moderno es lo ridículamente sencillos que son de llevar rápido.

No hace falta ser un conductor experto para poder rodar a ritmos infernales con estas máquinas, portentos técnicos cuyo límite físico parece no existir. La aceleración de los 911 Turbo es criminal: intensa, constante e inacabable. Os tengo que conceder que un GT3 es más emocionante y efectivo cuando llegan las curvas, además de tener un sonido mucho más bonito y puro, pero claramente, está por debajo del Turbo en prestaciones puras y duras.

Es un coche «total», imbatible tanto en un puerto de montaña de los Alpes, como en la Autobahn

Vista del habitáculo enfocando la instrumentación del Porsche.

Como coche «total», el 911 Turbo combina de forma maestra el agrado diario, el ser capaz de llevarnos de forma tranquila al trabajo o de vacaciones, con la capacidad de aniquilar a casi cualquier otro deportivo en un puerto de montaña o un circuito. De los 992 también es necesario mencionar la intensa digitalización que ha sufrido su habitáculo. Aunque conservan un reloj analógico central, el resto de elementos son pantallas, y carece de muchos de los mandos físicos de sus predecesores. Con todo, su calidad sigue estando a un nivel altísimo.

Esta unidad pertenece al museo de Porsche, y está prácticamente nueva, pese a haber sido sometida a muchas pruebas. Tiene una configuración de corte muy clásico, con un elegante color GT Silver Metallic y un interior en cuero negro. Si tuviera que configurar una unidad de 911 Turbo, no sería muy diferente. Esta unidad, cargada con bastantes extras, ha tenido un precio muy superior a los 260.000 euros.

Una leyenda en acción, el Porsche Turbo muestra su linaje y diseño atemporal.

Porsche Taycan Turbo (2024): el Turbo digital

Concluye nuestra prueba de la gama Turbo de Porsche con su presente y futuro: los coches eléctricos. Podríamos pensar que es un sacrilegio hablar de «Turbo» en un coche eléctrico, que carece de turbocompresores o un motor de combustión interna. En verdad, desde hace años, la práctica totalidad de coches de la marca emplean mecánicas turboalimentadas, pero la denominación Turbo se ha mantenido para designar a los coches que están en la cúspide de sus gamas tanto en prestaciones como tecnología.

Es eléctrico, pero también es un Porsche de pleno derecho

Por eso este Porsche Taycan se apellida Taycan Turbo. Esta versión pertenece al lavado de cara de la berlina eléctrica, recién lanzado al mercado. Cuenta con dos motores eléctricos, para una potencia total de 884 CV con la función de Overboost y el Launch Control activados. Como peculiaridad, en el eje trasero dispone de un cambio de dos relaciones, algo poco habitual en eléctricos y que permite compatibilizar prestaciones y eficiencia, además de una velocidad punta alta.

Porsche Turbo en posición imponente, listo para mostrar su potencial deportivo.

Este coche es capaz de hacer el 0 a 100 km/h en solo 2,7 segundos y tiene su velocidad punta limitada a 260 km/h. De todos los coches que hemos probado hoy, es el más rápido. Su aceleración es muy intensa y muy contundente, y aunque no tenemos el sonido de un motor de combustión, sí tenemos un tacto de conducción 100% Porsche. Es un coche que nos habla constantemente, que presume de un paso por curva sensacional, y que es dinámicamente impecable, gracias a la suspensión Active Ride, que pudimos probar en el nuevo Panamera y a todas las tecnologías avanzadas de chasis del arsenal de Porsche.

Su rendimiento dinámico y su tacto de conducción están al nivel más alto que Porsche puede ofrecernos

No tiene un motor Turbo, pero se siente diferente al resto de la gama Taycan, marcando esa diferencia cualitativa y cuantitativa que siempre ha separado a los Turbo del resto de versiones. Y tengo que deciros que bonito es un rato.

Nave de Kallenberg

Nuestra visita a Porsche no podía omitir un paseo por, posiblemente, la mejor nave industrial del planeta. A las afueras de Stuttgart, en un polígono industrial anónimo, Porsche posee una enorme nave industrial de aspecto gastado. En su interior hay cerca de 400 coches clásicos de su historia. No solo clásicos en estado de museo, si no prototipos, coches de competición, rarezas, memorabilia… e incluso tractores. Si amas Porsche, esta nave es el paraíso. Dejadme que os enseñe algunas de sus joyas, que podéis ver en el vídeo que acompaña esta prueba.

Exhibición de Porsche Turbo históricos en evento de aniversario

  • Un espectacular Porsche 962 de FAT International
  • El Porsche 911 GT3 rennsport
  • Todo tipo de coches de carreras protegidos con lonas
  • Varios prototipos almacenados en cajas, como Hot Wheels
  • Uno de los primeros Porsche 356
  • Un prototipo de roadster desarrollado para SEAT, la berlina 989 o un Audi RS2 Avant
  • El actual 911 Dakar y su prototipo, y varios 935 de varias épocas
  • Los 911 más clásicos
  • Los 911 más deportivos
  • Dos Carrera GT y un 911 GT1 de calle
  • Un 918 Spyder, un Speedster y el Carrera RS 2.7 que probamos hace años

Y más y más coches apilados en estánterías. Es un sueño, pero por desgracia, no está abierta al público general.

Conclusiones

Espero que este vídeo haya servido para que conozcáis la historia de los modelos Turbo de Porsche. Topes de gama y buques insignia tecnológicos, pero también coches utilizables perfectamente en el día a día. Espero que hayáis disfrutado tanto como yo, y nos vemos en otra prueba.

Fotos de los 50 años de Turbo en Porsche

Vídeo destacado del Porsche 911

Imagen para el vídeo destacado del Porsche 911 Botón de play

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Sergio Álvarez

Aunque es técnico en comercio internacional de formación, los coches han sido su pasión (incluso obsesión) desde que apenas levantaba un metro del suelo y sus padres le regalaron un Ferrari rojo a pedales. Su afición se ha profesionalizado en Diariomotor, donde está presente desde 2008. Seguir leyendo...

Firma de Sergio Álvarez
Logo de la marca porsche Porsche Taycan
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El Porsche Taycan es el primer coche eléctrico puro fabricado por Porsche. Se trata de un superdeportivo de un tamaño ligeramente inferior a su hermano el Panamera y con unas prestaciones incluso superiores, a partir de dos motores eléctricos acoplados a sendos ejes. Su aceleración de 0-100 km/h en 2,8 segundos es prueba elocuente de lo que es capaz de hacer este silencioso misil tierra-tierra.

Ficha Taycan
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