Mercedes-Benz se ha visto obligada a llamar a revisión a un total de 774.000 coches, todos ellos con motores diésel, por irregularidades en su software, y en la lógica que supervisa el funcionamiento de sus sistemas anticontaminación. La noticia llega tras las reuniones que han mantenido el máximo responsable de Daimler, Dieter Zetsche, y el Ministro de Transporte alemán, Andres Scheuer. Mercedes-Benz, que habría negado cualquier tipo de manipulación de sus diésel, se encuentra ante la mala noticia de que las autoridades aseguren que existe, como mínimo, un problema en sus coches, y la buena noticia de que las consecuencias de esta llamada a revisión no serán, ni mucho menos, dramáticas.
774.000 diésel de Mercedes-Benz llamados a revisión
Mercedes-Benz ha conseguido librarse de un escándalo con unas consecuencias económicas como el de los diésel de Volkswagen. Las irregularidades que habrían sido identificadas en los coches de Mercedes-Benz se resolverán mediante la solución más económica y rápida, la revisión del software, y no implicarán medidas tan costosas como la sustitución de dispositivos hardware, la instalación de nuevos sistemas anticontaminación, la recompra de los coches, y las sanciones a las que sí tuvo que hacer frente Volkswagen. Ver noticia en Reuters.
En 2017 ya vimos cómo Mercedes-Benz inició una llamada a revisión voluntaria a 3 millones de diésel en Europa. Este tipo de llamadas a revisión se están llevando a cabo por fabricantes alemanes que buscan hacer gestos para reducir las emisiones de sus coches y que, sin haber cometido ninguna irregularidad, o haber sido obligados a reparar sus coches por las autoridades, optan por aplicar pequeñas modificaciones del software que permiten que los sistemas anticontaminación trabajen condiciones favorables que reduzcan sus emisiones.
De hecho, aquella llamada a revisión de 2017 habría sido más costosa que la que ahora tendrá que llevar a cabo la marca de la estrella. Si llamar a revisión voluntariamente a 3 millones de coches habría requerido una inversión en el entorno de los 220 millones de euros, con un coste inferior a 70€ por coche revisado, esta llamada a revisión se espera que tenga un coste inferior a los 100 millones de euros.