Seguimos a vueltas con los patinetes eléctricos. En los últimos años se desataba la polémica, a las críticas a esta nueva solución de movilidad para la ciudad, propiciada sobre todo por las incomodidades generadas en muchas ciudades por los servicios de alquiler, de patinetes eléctricos compartidos que, ante la pasividad y la lentitud de los regidores municipales, ocuparon la vía pública. Hoy no es momento de hablar de patinetes eléctricos compartidos, sino de la seguridad de este tipo de vehículos unipersonales.
DGT: los patinetes eléctricos por la calzada
En plena Semana Europea de la Movilidad, se abría un debate dirigido por el Centro de Estudios PONLE FRENO-AXA que planteaba el impacto que pueden tener los nuevos vehículos de movilidad personal, como los patinetes eléctricos, en la siniestralidad. La Dirección General de Tráfico era tajante al recordar que «la acera es para el peatón» y que ni patinetes eléctricos, ni bicicletas, deberían circular por estas zonas reservadas para el peatón. Este mensaje no es nuevo, y es exactamente el mismo que ya transmitió hace años en 2012, con la instrucción de la DGT al respecto de patinetes, y otros vehículos de movilidad personal, dirigida a los ayuntamientos.
La DGT planteó a los municipios facilitar el uso de patinetes eléctricos en la calzada, e impedirlo en las aceras. La realidad actual es bien diferente. Muchos municipios siguen esta instrucción, mientras en otros se sanciona el uso de patinetes eléctricos por la calzada. Sin una normativa consistente, y a nivel nacional, es difícil garantizar la seguridad de peatones y usuarios de patinetes, y estos últimos se encuentran con la incertidumbre y, a menudo, la dificultad para entender y cumplir las normativas municipales.
Patinetes eléctricos y bicicletas
Desde la Asociación de usuarios de Vehículos de Movilidad Personal precisamente se apuntaba en esa dirección y se solicita algo que muchos usuarios de patinetes eléctricos venimos demandando desde hace tiempo, que el tratamiento de estos sea exactamente el mismo que se da en la normativa para las bicicletas. Esta asociación recordaba también que «es absolutamente imposible moverse de forma sostenible por Madrid siguiendo la normativa».
En el caso de la capital española, los patinetes eléctricos están prohibidos en las aceras, y se permite su uso por la calzada en condiciones muy concretas, en calles 30 – limitadas a 30 km/h – y vías de un solo carril y sentido. Durante la alcaldía de Manuela Carmena se establecieron estas directrices, con la promesa de estudiar durante un año la posibilidad de permitir el uso de patinetes eléctricos en otro tipo de vías, con carriles compartidos en la calzada, para bicicletas y coches. Pero en los últimos meses se produjo un relevo en la alcaldía, regida ahora por José Luis Martínez-Almeida, su equipo, y sus socios de gobierno, sin que se llevara a cabo esta medida, que sin duda sería necesaria para que los patinetes eléctricos sean útiles, y se pueda hacer un uso seguro de ellos.
Desde PONS Seguridad Vial también se apuntaba en una dirección realmente acertada. El año pasado, «de los 60.000 accidentes en vías urbanas que dejaron 489 fallecidos, 5 fueron por vehículos de movilidad personal». Los más vulnerables en las ciudades siguen siendo «peatones, ciclistas y motoristas». En cualquier caso, también plantean la revisión de las infraestructuras, que inicialmente fueron planteadas en dos zonas, y enfocadas a dos colectivos, la calzada para circular, y la acera para caminar.
Mientras tanto, y en situación de parálisis por el panorama político español, seguimos a la espera de la regulación que la DGT ha prometido para los patinetes eléctricos. Algo que lejos de causar temor entre los usuarios de patinetes eléctricos – e insisto, yo lo soy – debería ser también una petición de los que utilizamos este tipo de vehículos de movilidad personal, que aporte garantías, seguridad, y consistencia entre diferentes municipios.