Hace unos días, la web de prensa de Abarth se iluminó con la presentación de un prototipo de un nuevo coche. Se llamaba Abarth 1000 SP, y era un homenaje a uno de los coches de carreras más legendarios de la marca. Basado en la plataforma del Alfa Romeo 4C, la nota de prensa no dejaba claras las intenciones del fabricante, más allá de su estatus de one-off. Nuestro compañero Guille Alfonsín, que de los entresijos de Abarth sabe un rato, nos confirmaba en Instagram que este prototipo tiene más de cinco años, y nunca llegará a ser producido en serie.
El proyecto del Abarth 1000 SP del siglo XXI nacía en 2010, e iba a ser el hermano Abarth del Alfa Romeo 4C, construido sobre su misma plataforma monocasco de fibra de carbono. Diseñado por Ruben Wainberg, este coche permaneció en el más estricto secreto durante los últimos seis años, pues fue diseñado en el año 2015. Por desgracia, las «órdenes de equipo» imperaron sobre la idea original de Abarth, y la escasa rentabilidad del proyecto del Alfa Romeo 4C dieron al traste con la genial idea de Abarth. Hubiera sido un gran hermano mayor para los Abarth 595.
Alfa Romeo 4C
Sobre el papel, la idea era genial. Un roadster muy ligero, de posicionamiento aun más espartano y sencillo que el Alfa Romeo 4C, y con un diseño claramente inspirado en el clásico. Aunque montaba unas discretas ópticas frontales, el Abarth 1000 SP mantenía la característica toma de aire frontal, la rejilla del capó delantero y una configuración de motor central. El coche de carreras clásico pesaba solo 480 kilos y su motor de 1,0 litros – derivado del motor del Fiat 600 – desarrollaba la friolera de 105 CV, y estaba también en posición central trasera.
Con un propulsor turbo de cuatro cilindros, 1,75 litros y 240 CV, la relación peso-potencia de este moderno Abarth hubiera sido aún mejor que la del coche de carreras clásico – su peso habría sido de apenas 800 kilos. Al tratarse de un coche purista, retendría la dirección sin asistencia del 4C y su carácter absolutamente radical y directo. He conducido muchos coches durante mi vida, pero pocos me han ofrecido el tacto de conducción del Alfa Romeo 4C, y ninguno de ellos le fue coetáneo. El Alfa Romeo 4C dejó de venderse en el año 2020, pero las esperanzas de un Abarth 1000 SP habían muerto años antes.
Con todo, y pese a que esta es una historia triste, nos queda el consuelo de haber conocido el coche que pudo haber sido, el coche que habría puesto a Abarth en la senda de Lotus, Caterham y otros fabricantes de deportivos para puristas.