A estas alturas estamos seguros de que vuestras redes sociales ya arden con fotos de un Porsche Carrera GT sufriendo un grave accidente en Nueva York. Las mismas redes sociales estarán repletas de información acerca del accidente y sus causas. En algunos casos se afirma que el coche había sido robado, una teoría que en estos tiempos de confinamiento y distanciamiento social toma una mayor plausibilidad. La historia es bastante diferente, y en este artículo os vamos a explicar qué es lo que ha realmente sucedido y quién ha sido el causante de esta desgracia petrolhead.
El pasado martes 7 de abril, a las 7 y media de la mañana, un estrépito inundaba el cruce entre la 11 Avenue y la West 44 St. en Manhattan (Nueva York). Las calles estaban prácticamente desiertas, al ser Nueva York el epicentro de la pandemia de coronavirus en Estados Unidos. Un Porsche Carrera GT preparado por Gemballa impactaba de forma muy violenta contra un Toyota Sienna aparcado a un lado de la calle. El superdeportivo preparado había perdido el control y destrozó completamente al monovolumen aparcado, al chocar a mucha velocidad contra su parte trasera.
Además, el Porsche también dañó un Subaru XV y una furgoneta aparcada varios metros por delante del monovolumen. En aquél momento, se viralizó de forma espectacular el vídeo de lo que sucedió a continuación. Pese a tener una de sus ruedas traseras descolgadas y daños graves en su frontal, el coche aún podía moverse. El conductor trató de abandonar la escena del accidente, alejándose de forma ruidosa, dejando tras de sí trozos de coche y un rastro de fluidos – el coche aún se estaba desangrando. La escena es dantesca para cualquier amante de los coches. Es dantesca e indignante.
El coche se detuvo varias calles más adelante, tras impactar con otros dos vehículos. La policía llegó a la escena en cuestión de instantes, avisada por varias llamadas al número de emergencias. Las primeras informaciones relativas al accidente afirmaban que el coche había sido robado, pero la policía de Nueva York (NYPD) ha confirmado que el conductor del coche era su legítimo propietario. Legítimo propietario que lo conducía a gran velocidad y de forma temeraria, con el agravante de estar bajo la influencia del alcohol y de sustancias estupefacientes.
La NYPD ha confirmado que el dueño del coche es Benjamin Chen, un conocido coleccionista (y millonario) de coches. Es muy conocido en Instagram, donde tiene casi 400.000 seguidores. Chen es el fundador del Gold Rush Rally, un evento de conducción para propietarios de superdeportivos e hiperdeportivos, en formato rally «a la Gumball». Un evento que no ha estado exento de polémica y actitudes cuestionables, como los constantes excesos de velocidad de sus participantes y accidentes graves. El propio Chen destrozó su McLaren MP4-12C Spider tras perder el control en 2013.
Afortunadamente, solo hay que lamentar daños materiales en este aparatoso accidente. La situación de cuarentena ha sido un alivio en este caso: en condiciones habituales podría haber heridos o fallecidos a causa de la irresponsabilidad de Chen. En cualquier caso, resulta muy doloroso ver cómo uno de los 1.270 Porsche Carrera GT fabricados termina sus días de esta manera. Además, era el número 23 de solo 25 Gemballa Mirage GT producidos. La preparación de Gemballa elevaba la potencia del 5.7 V10 hasta los 670 CV, además de añadir retoques estéticos y una mejora en el sistema de suspensiones al superdeportivo alemán.
Superdeportivo de fama delicada y complicado de conducir. Fue el último superdeportivo analógico de Porsche, y era conocido por tener un tacto de embrague muy delicado. El actor Paul Walker falleció a bordo de un Carrera GT, conducido por un amigo suyo cuando perdió el control. En aquél caso unos neumáticos con más años de lo debido y un exceso de velocidad tuvieron la culpa del fatal desenlace. En este caso el accidente era mucho más evitable. No mezcles alcohol, drogas y conducción si no quieres convertirte en la vergüenza de la comunidad petrolhead de todo el planeta.