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Si no eres un verdadero "quemado", pensarás que estas 10+1 actitudes son dignas de un psiquiátrico

Si estás leyendo este artículo, es porque te sientes identificado como fan de los coches, quemado, petrolhead – cómo quieras llamarlo. Aunque somos legión, es cierto que a ojos de una parte importante de la sociedad, somos, dicho suavemente, «bichos raros». Hace unos días, aprovechando el «Día del Orgullo Friki» os hablé sobre nuestra pasión, y en su momento, os expusimos 15 actitudes que revelan que eres un verdadero petrolhead. En esta ocasión, os quiero hablar de 10 actitudes que consideramos completamente normales, pero que a ojo de un profano, podrían ser dignas de psiquiátrico. ¿Te sientes identificado?

1) No puedes dejar de mirar clasificados online

Es una «adicción», comparable a la de mirar escaparates de ropa, o consultar listados de inmuebles que no seremos capaces de comprar. Lo reconozco, al menos todos los días me hago una ronda por Autoscout, o por Milanuncios. En ocasiones también me dejo caer por las secciones de compraventa de Forocoches, BMWFaq o el Club Saab. No hay un objetivo en mente, simplemente disfruto haciéndolo. Aunque debo admitir que mi historial de búsquedas puede ser cuestionable: algún día os hablaré de los precios de los coches fúnebres usados, o de qué coches con más de 600.000 km en el odómetro son los más abundantes.

«Por supuesto que puedo llevar a buen puerto ese proyecto de restauración de BMW 323i E21, carente de motor y transmisión. ¡Sólo cuesta 1.000 euros!»
Dice mi cerebro.

Cuando veo un coche que me gusta o un chollo, hago números mentalmente y me imagino cómo sería vivir con un coche así, o si merecería la pena repararlo y venderlo, tratando de obtener un pequeño beneficio. Por fortuna para mi cuenta bancaria, la maltrecha economía familiar no permite caprichos de varios miles de euros. Por suerte soñar es aún gratis. ¿Gasto demasiado tiempo delante de una pantalla? Con toda seguridad. ¿Me arrepiento de ello? En absoluto. ¿Cuántas veces me han dicho aquello de «cuándo dejarás de mirar anuncios»? He perdido ya la cuenta. Espero no ser el único con esta «adicción».

2) Tu humor va ligado al «estado» de tu coche

Los que tengáis un coche clásico o un coche entrado en años, susceptible de averías y fallos mecánicos, sabréis de que estoy hablando. Cuando algo se estropea en el coche, mi estado de ánimo cambia. Puedo enfadarme, o ponerme triste. En el fondo sé que es sólo una máquina, y que con dinero todo se puede solucionar, pero no puedo evitar que me afecte, aunque sea de forma superficial. Por contrapunto, cuando todo funciona en el coche y ante mí tengo una fantástica carretera de curvas, todas las preocupaciones de la vida se me olvida. ¿Y qué me decís de esa gran satisfacción que nos invade tras limpiar a fondo nuestro coche?

Ese humor que te sobreviene cuando no sabes por qué tu coche hace ese ruido, o por qué ese algo ha dejado de funcionar.

3) Cuando se refieren a tu clásico como «un coche viejo» te hierve la sangre

Puede que seáis los propietarios de un SEAT 124 clásico, o los orgullosos dueños de un Peugeot 205 GTI. O que vuestro coche de diario sea un vetusto utilitario de los años 90, con más batallas que el Cid, pero siempre a punto y mimado en la medida de vuestras posibilidades. Que estos coches tengan más años que vosotros no es importante, igual que tampoco lo es que tengan 200.000, 300.000 o 400.000 km. Y sin embargo, mucha gente parece empeñada en querer denostarlos, de forma consciente o inconsciente. Lo nuevo no siempre es mejor, y además, les guste o no, son nuestros coches y estamos orgullosos de ellos.

Puede que incluso estén mucho mejor mantenidos.

4) Mantienes una constante actitud defensiva… a causa de tus decisiones de compra

El punto anterior está muy relacionado con esta afirmación. ¿Cuántas veces has tenido que aguantar a un familiar o amigo, criticando el coche que has comprado? Aunque su fondo no sea malo, y quieran lo mejor para nosotros, son comentarios hirientes. «¿Has pagado ese dineral por un coche viejo?» es una de las frases más comunes, al igual que críticas acerca de su consumo de combustible, escasez de recambios o seguridad pasiva. No hablemos de las consideraciones prácticas: si te has comprado un biplaza, un deportivo, o un tres puertas, sabes perfectamente de lo que estoy hablando.

Por qué no a todos nos gustan los SUV, ni los monovolúmenes, ni los coches electrodomésticos sin personalidad que hoy en día se estilan.

5) Detectas al instante cualquier nuevo ruido en el motor. O marca en tu carrocería

Arrancas el motor de tu coche e inmediatamente descubres que algo no va bien. O no va como iba anteriormente. Tienes un sexto sentido para detectar esos nuevos ruidos, esos sonidos, o esas vibraciones. Incluso puede que te vuelvas algo paranoico con ello, y no puedo culparte. Para comprobar la salud mecánica de un coche hay que escuchar, y normalmente, ignorar estos ruidos suele convertir una pequeña avería en algo mucho más grave. Personalmente, suelo dar la tabarra con este tema a familiares y amigos: cuando me subo en sus coches, no pocas veces termino recomendándoles que pasen por el taller cuanto antes.

Igualmente, tienes una vista de águila para detectar marcas o rayones en tu carrocería. Ojalá esta habilidad sirviera para repeler a todos aquellos que aparcan a oído, o dan un golpe a tu coche, huyendo como cobardes sin dejar una nota.

6) Aparcas lejos de otros vehículos. Aunque tengas que caminar mucho más.

Y lo haces por miedo a los conductores a los que la propiedad ajena no les importa un comino, por miedo a los despistados y por miedo a los malos conductores. Aparcas lejos de ellos para minimizar las posibilidades de que rayen su coche, marquen tu carrocería con sus puertas o abollen tus aletas al aparcar. Es entonces cuando sufrimos las quejas de pareja, familiares y amigos, que no quieren caminar 100 metros adicionales hasta la puerta del centro comercial. ¿Lo peor de todo? Aparcar lejos de cualquier otro vehículo, volver, y encontrar otro coche pegado al tuyo, rodeado de sitios vacíos. Nunca entenderé el porqué.

En ocasiones, no hay más remedio que aparcar rodeado de coches. Es entonces cuando buscas una columna o un pasillo, para al menos proteger uno de los lados de tu coche.

7) Respetas los tiempos de calentamiento y enfriamiento de tu motor

Es lógico respetar los tiempos de enfriamiento y calentamiento de tu motor, especialmente si es turboalimentado: de ellos depende la salud a largo plazo de tu propulsor. Es un comportamiento completamente lógico, que desde Diariomotor hemos recomendado hasta la saciedad. No obstante, a ojos de algunas personas es una completa pérdida de tiempo. Supongo que el valor de ese minuto es superior a los miles de euros que puede costar una rotura prematura del turbocompresor. Sobre todo si tenemos en cuenta que ese minuto ya transcurre entre que nos abrochamos el cinturón, nos ponemos cómodos y repartimos nuestras pertenencias por el habitáculo.

8) Te olvidas de aniversarios y cumpleaños, pero no del kilometraje actual de tus coches. O de sus matrículas.

No soy la persona más olvidadiza del mundo, pero soy horrible cuando se trata de fechas señaladas, como cumpleaños o aniversarios. Si Facebook no recordase los cumpleaños, pocas personas recibirían a tiempo sus felicitaciones. Sin embargo, podría decirte el kilometraje exacto (o casi) de cada uno de mis vehículos, así como sus matrículas, y si me apuráis, la fecha en la que les toca pasar la ITV. No me cuesta recordar los datos y cifras relacionados con el mundo del automóvil, y aunque en mi línea de trabajo viene más que bien, en ocasiones no estaría mal recordar el cumpleaños de mi abuela o la cita con el médico.

Sé que mi coche de diario tiene exactamente 244.857 kilómetros… y he olvidado al completo la fecha en la que tenía cita con el dentista.

9) Cuando estás hablando sobre coches… el resto del mundo desaparece

Especialmente si te encuentras rodeado de compañeros del sector o de amigos tan «quemados» como tú. En la premiere del Volkswagen Polo a la que acudimos la semana pasada, unos cuantos compañeros de profesión nos enzarzamos en una conversación de al menos hora y media sobre coches clásicos, coches modernos, homologaciones y mecánica, dejando completamente de lado, y de forma completamente inconsciente – sin dolo o agravio alguno – a las dos chicas sentadas a la mesa, que no tenían la culpa de no profesar el mismo interés en este mundillo. En este caso, no son los polos opuestos los que se atraen.

10) Prefieres «gastar» más tiempo en carreteras, que llegar antes circulando por autopista

Si tu destino vacacional favorito es Nürburgring, y no Benidorm, me entenderás. Cuando tienes un viaje largo por delante, siempre que el tiempo no sea un factor absolutamente esencial, prefieres tomar una carretera revirada, divertida y sin apenas tráfico, que la aburrida ruta rápida de peaje, que te llevará rápidamente a tu destino. Es entonces cuando muchas personas se echarán las manos a la cabeza: para ellos el viaje es necesario para llegar al destino. Para ti, el viaje puede ser más importante que el destino. El márketing ha usado hasta la saciedad esta máxima, pero no por ello ha dejado de ser cierta.

10 + 1) Te han dicho «estás loco» tantas veces, que has perdido la cuenta

Si así ha sido, enhorabuena. Porque estás disfrutando una pasión como es debido. Qué importa si es un viaje de carretera de 3.000 km, o la restauración de un coche que muchos consideran «una chatarra». Eres tú mismo, y estás siendo consecuente contigo mismo. No muchos pueden presumir de ello.

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Sergio Álvarez

Aunque es técnico en comercio internacional de formación, los coches han sido su pasión (incluso obsesión) desde que apenas levantaba un metro del suelo y sus padres le regalaron un Ferrari rojo a pedales. Su afición se ha profesionalizado en Diariomotor, donde está presente desde 2008. Seguir leyendo...

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