El aumento de los impuestos al diésel en España es ya una realidad, una realidad prevista para este mismo 2025. La medida, impulsada por la Unión Europea como condición para acceder a los fondos del Plan de Recuperación, tiene como objetivo equiparar la carga fiscal del diésel con la de la gasolina, eliminando la ventaja histórica que este combustible ha tenido traduciéndose, en la práctica, en un encarecimiento de los repostajes.
Los impuestos de los carburantes
Tal y como explica mi compañero David Villarreal en su análisis de esta medida, en la actualidad el gasóleo está gravado con un Impuesto Especial sobre Hidrocarburos de 307 euros por cada 1.000 litros, mientras que la gasolina paga poco más de 400 euros por la misma cantidad. Con el nuevo marco fiscal, el impuesto sobre el diésel supondrá un incremento de 9,369 céntimos en cada litro, incremento que al gravarse con el IVA se traducirá en una subida total de 11,33 céntimos por litro.
Este ajuste fiscal tiene varias implicaciones tanto económicas como medioambientales. Desde el punto de vista económico, se calcula que esta medida generará unos ingresos adicionales equivalentes al 0,3% del PIB nacional, contribuyendo así a las arcas públicas y cumpliendo con los objetivos de recaudación establecidos por Bruselas. A colación precisamente de este último punto, el Gobierno español necesita aprobar lo antes posible este cambio fiscal, dado que la Unión Europea ha establecido como límite el próximo 21 de marzo para evaluar el cumplimiento de los hitos necesarios para acceder a los fondos de recuperación.
¿Cuánto más nos va a costar usar el coche?
Es evidente: para los consumidores, el impacto en su bolsillo será inmediato. Se estima que llenar un depósito de unos 50 litros de diésel costará aproximadamente seis euros más, lo que en la práctica, teniendo en cuenta que el precio medio del diésel a día de hoy se sitúa en los 1,52 euros/litro, supondrá que el coste de uso de un vehículo diésel se equiparará al de un vehículo de gasolina.
Si calculamos un consumo medio de 6 litros en el caso de un vehículo diésel y de 7 litros en el caso de un coche con motor de gasolina (con un precio de 1,59€/litro) equivalente, el coste por cada 100 kilómetros será de 9,5 euros para el vehículo diésel y de 11 euros en el caso del coche con motor de gasolina. Si contamos con otros combustibles como el GLP, cuyo coste ronda a día de hoy los 0,95€/litro o el GNC, con un coste de 1,40€/kg, estamos hablando de que, tras la implantación de este nuevo impuesto, el coste de uso de un vehículo que consuma GLP o GNC será, como mínimo, un 50% inferior que si fuese diésel.