El presente artículo debía tratar sobre la polémica generada alrededor del nombre del nuevo SUV de Alfa Romeo, del nuevo Milano. Pero en el tiempo que pasa desde que este artículo ha sido redactado, hasta su publicación, ha sucedido algo poco habitual: el Alfa Romeo Milano jamás llegará a comercializarse como tal. El Alfa Romeo Milano ahora es el Alfa Romeo Junior. Acompañadnos en esta peculiar historia.
El SUV que más está dando de qué hablar este año
Fue uno de los grandes acontecimientos de la pasada semana. Alfa Romeo entra con fuerza en uno de los segmentos más reñidos en Europa, el de los SUV más pequeños y de dimensiones contenidas con un producto que, más allá de la plataforma y tecnologías que comparte con el resto de las marcas de Stellantis, llega cargado de personalidad.
Alfa Romeo Junior
Su nombre ya es toda una declaración de intenciones, Alfa Milano. Y también la razón de la polémica y de que este Alfa Romeo vaya a aterrizar en los concesionarios con otro nombre bien diferente, italiano, pero con su significado en diferentes idiomas.
Un nombre muy italiano… ¿demasiado italiano?
El nombre Milano, junto con las denominaciones de su gama, en femenino, Ibrida y Elettrica, eran todo un alegato, una aseveración de sus genes italianos. Y es también uno de los aspectos que más destacó Alfa Romeo durante la presentación del que debía ser el nuevo Milano que, por cierto, ha sido definido bajo la batuta del diseñador español Alejandro Mesonero-Romanos. Diseño no solo italiano, puesto que algunos de los desarrollos clave que han llevado hasta el producto final también han sido concebidos en Francia.
Ahora bien, el nuevo SUV de Alfa Romeo se producirá en Tychy, Polonia. Algo que a estas alturas no debería llevarnos a rasgarnos las vestiduras. Aunque lo cierto es que este hecho está dando pie a no pocas controversias.
Un SUV diseñado en Italia, fabricado en Polonia
La producción del Alfa Milano en Tychy estaba totalmente justificada, el Milano saldría de las mismas líneas en las que se produce el Jeep Avenger y el FIAT 600, con los que comparte plataforma y motores. La planta polaca se está reafirmando como una de las instalaciones clave de Stellantis en Europa.
Pero en Italia ha surgido la polémica. Adolfo Urso, Ministro de Industria de la Repubblica Italiana, declaraba que «un coche llamado Milano no puede ser producido en Polonia» y «está prohibido por las leyes italianas» (Automotive News), haciendo referencia a la ley aprobada para luchar contra el fenómeno del «italian sounding», el empleo de nombres italianos, o referencias a Italia – como los colores de su bandera – para comercializar productos que no son italianos o no se producen en Italia.
Este polémico fenómeno ha sido estudiado en profundidad, hasta el punto de provocar la existencia de una ley específica para evitarlo, y ha sido asociado habitualmente a productos alimenticios. Más complicada parece su asociación al mundo del automóvil, especialmente en un caso como el que nos ocupa, el de una de las marcas italianas más importantes y reconocidas, Alfa Romeo, que además podría verse muy beneficiada por el lanzamiento de un producto de grandes volúmenes y rentable. Pero lo que está fuera de toda duda es el hecho de que la adjudicación del Milano a la fábrica de Tychy, en Polonia, no ha gustado entre algunos representantes públicos italianos, que albergan dudas al respecto de las fábricas italianas y su papel en la estrategia de Stellantis.
Una buena jugada para Alfa Romeo y Stellantis
Alfa Romeo planeó producir su Milano en Tychy porque, sin duda, esta es una de las fábricas más capacitadas para producir este modelo, por su plataforma y tecnologías. Pero también para hacer viable su lanzamiento. El propio Carlos Tavares, CEO de Stellantis, declaró que «de construirse en Italia, el Milano partiría con un precio superior a los 40.000 euros en lugar de 30.000 euros», una diferencia de más de 10.000 euros que tiene mucho que ver con el menor coste de producir en Polonia, que en Italia (Automotive News).
Históricamente esta ha sido también una de las razones que ha permitido a España convertirse en uno de los mayores productores de coches del mundo. Y que en los últimos años ha propiciado el desarrollo de una floreciente industria no solo en Polonia, sino también en Eslovaquia, República Checa, y Hungría.
Tavares confirmó también que las próximas generaciones de Alfa Stelvio y Alfa Giulia sí se producirán en Italia, en la fábrica de Cassino.
Stellantis seguirá invirtiendo en Italia
La controversia no se quedó ahí y Tavares, que aseguró que «están invirtiendo fuertemente en Italia» y que no existe ningún plan para deslocalizar la producción italiana, advirtió de «las decisiones impopulares que podrían tomarse» si Italia propicia «la introducción de competidores chinos», en referencia a la posibilidad de que algunas marcas chinas se asienten en Italia instalando nuevas fábricas de coches (Reuters).
Cuando parecía que este debate de la localización de la producción de un coche en Europa ya debía haberse superado, la presión cada vez mayor de la industria del automóvil de China, y los temores ante algunas decisiones que podrían tomarse en el proceso de transición hacia el vehículo eléctrico, preocupan en muchas fábricas europeas.
Y Alfa Romeo ha decidido tomar una decisión totalmente inesperada.
El Milano ahora se llamará Alfa Junior
Lo que no nos esperábamos, de ninguna de las maneras, y aún menos cuando esta mañana redactaba el presente artículo, es que Alfa Romeo tomaría una decisión tan inesperada como la de cambiar el nombre de su nuevo SUV: llegará a los concesionarios y seguirá sin producirse en Italia, pero no llevará el nombre de la ciudad de Milano por el mundo, sino que se llamará Alfa Junior.
Jean-Philippe Imparato califica la situación de «un momento emocionante», han escogido un nombre «que está fuertemente ligado a la historia de la marca y ha estado entre nuestros favoritos», para «evitar cualquier tipo de polémica» a pesar de que también defiende que no estén «obligados a hacerlo».
Stefano Odorici, Presidente de la Asociación Italiana de Concesionarios Alfa Romeo también defiende la decisión para evitar que una polémica «que podría afectar el entusiasmo y la enorme atención que el nuevo automóvil está recibiendo de los clientes».
Sin duda, Alfa Romeo ha decidido tomar su participación en la historia. Contribuyendo con su propia anécdota, que se unirá a otras muchas, de las de automóviles que tuvieron que cambiar inesperadamente su nombre, en algunos casos, como el que nos ocupa, antes incluso de iniciar su comercialización.