La filosofía de Alpina es muy sencilla. Va allí donde BMW no es capaz de llegar, o no quiere llegar, ofreciendo un punto extra de diferenciación, prestaciones y exclusividad para los modelos de la marca bávara. Aunque estén basados en coches BMW, son más que una preparación: Alpina tiene estatus de fabricante y sus coches cuentan incluso con un VIN propio. Su última creación se llama Alpina XB7, y es uno de los coches más excesivos jamás fabricados por los alemanes. Es el BMW X7 M que la marca de Munich no te quiere vender.
El BMW X7 más potente actualmente es un M50i de 530 CV, propulsado por un enorme 4.4 V8 TwinPower Turbo. Alpina ha decidido que las prestaciones de este M50i eran insuficientes, y ha optado por elevar su potencia hasta unos tremendos 621 CV, de la mano de 800 Nm de par motor máximo. En vez de optar por una simple «repro», han instalado turbocompresores de mayor tamaño, nuevos colectores de admisión y escape, un escape de acero inoxidable y un sistema de refrigeración diseñado para soportar el extra de calor. Las cosas, bien hechas.
BMW X7
La caja de cambios ZF de ocho relaciones y convertidor de par del gigantesco SUV de lujo también ha sido recalibrada, buscando cambios más rápidos, y a la vez más suaves. Parece mentira que esta mole de más de 2,5 toneladas de peso y más de 5 metros de longitud sea capaz de hacer el 0 a 100 km/h en solo 4,2 segundos y alcanzar una escalofriante velocidad punta de 290 km/h. Como es lógico, su apetito de combustible es voraz, y homologa un consumo medio de 12,0 l/100 km, que se disparará por encima de los 15 litros en un uso mixto alejado de las homologaciones.
Alpina afirma que su enorme SUV es capaz de bailar con cierta agilidad. Han modificado la geometría original de suspensiones y recalibrado la suspensión neumática del SUV – ahora el XB7 se sienta 40,6 mm más cercano al asfalto en su modo de conducción más deportivo. El objetivo es una gran estabilidad a alta velocidad y un mejor control de los balanceos cuando llegan las curvas. Curvas a las que este SUV tiene menos miedo gracias a un nuevo autoblocante instalado en el eje trasero y una recalibración del sistema xDrive de tracción total.
La potencia sin control no sirve de nada, y es por ello que Alpina también ha instalado unos frenos Brembo de mayor calibre, con pinzas de cuatro pistones y discos de freno de 15 y 15,7 pulgadas en los ejes delantero y trasero, respectivamente. A nivel estético, es un coche más discreto que el BMW X7 en que se basa. Alpina presume de sus icónicas llantas multirradio en 23 pulgadas de diámetro, y un kit de carrocería sencillo, pero con personalidad. En el interior, la instrumentación presenta gráficos específicos, así como un selector ad-hoc para el iDrive.
El volante recibe un tapizado exclusivo y algunas piezas también nos recuerdan que estamos en un Alpina, mediante el sutil logo del fabricante de Buchloe. Pero en verdad, la diferenciación es muy escasa con respecto al lujosísimo BMW X7 M50i en el que se basa.