Desde que la DGT estrenase el etiquetado ambiental para los coches, supimos que ese etiqueta sería el factor clave para las futuras restricciones a la circulación. En pleno 2023, las zonas de bajas emisiones son ya una realidad, pero sigue habiendo muchas dudas en torno a su planteamiento, implantación y restricciones – son de titularidad municipal. En estos momentos de incertidumbre, ANFAC, la patronal de los fabricantes de coches, ha propuesto fecha para prohibir la circulación de vehículos con etiqueta B en las ZBE españolas.
En este momento, antes de entrar en harina, hay que recordar que ANFAC es juez y parte. Esta asociación representa a los fabricantes y distribuidores de vehículos que operan en España, y su objetivo no es otro que proteger sus intereses. En plata: que ganen dinero vendiendo coches nuevos. Es por ello que ANFAC ha propuesto en su último comunicado un modelo homogéneo de ZBE para España. Un modelo que busca no excluir al coche privado, pero que pasa necesariamente por una renovación a gran escala del parque móvil español.
No podemos estar más de acuerdo con la necesidad de criterios homogéneos para las ZBE españolas, pero el Gobierno ha decidido pasar la pelota a las corporaciones municipales, resultando en 149 zonas de bajas emisiones diferentes en extensión, planteamiento y restricciones. Además, aunque todas tendrían que estar activas en estos momentos por ley, apenas se supera el 13% de implantación efectiva. Unas ZBE homogéneas tienen sentido, pero también ignoran las particularidades económicas, sociales o geográficas de los diferentes municipios.
Sin embargo, el punto más conflictivo de la propuesta de «Modelo de Zonas de Bajas Emisiones» de ANFAC es el endurecimiento de las restricciones la circulación de vehículos con etiqueta B. ANFAC propone que tras cuatro años de la puesta en funcionamiento de una ZBE – técnicamente, de la publicación de la ordenanza de movilidad que la regula – se prohíba la circulación de vehículos con etiqueta B. Los vehículos con etiqueta B suponen actualmente el 31,7% del parque móvil español, es decir, unos 9 millones de vehículos.
La misma propuesta de ANFAC da un pequeño balón de aire a los vehículos sin distintivo ambiental, cuya circulación quedaría prohibida a los dos años de la puesta en funcionamiento de las ZBE. Los vehículos sin etiqueta suponen un 32,9% del parque móvil español – de nuevo, unos 9 millones de coches. La propuesta de ANFAC pide que el 64,6% de los vehículos que actualmente circulan por España no puedan acceder a las zonas de bajas emisiones en 2027. Ahora bien, ¿qué dice el Real Decreto del 27 de diciembre de 2022 que regula las ZBE?
El Real Decreto dice que los ayuntamientos deberán, a los tres años de su implantación, revisar la efectividad de la ZBE, y en caso necesario, revisarla para cumplir los objetivos marcados. Es decir, da carta blanca para introducir más restricciones a la circulación, pero también a no introducirlas si no fuera necesario. A esta ecuación, además, habría que añadir la impredecible variable que es el uso con fines electorales de las ZBE – algo a lo que no se está prestando mucha atención, pero tiene una gran influencia en su diseño.
En Diariomotor no estamos en contra de la movilidad de bajas emisiones ni de la renovación del parque móvil español – de los más envejecidos de Europa – pero nos preocupa profundamente que los nuevos modelos de movilidad dejen completamente de lado a las rentas menos favorecidas. Quien conduce un coche con etiqueta B o sin etiqueta lo hace porque no se puede permitir un coche más moderno – situación que la actual inflación y el desmedido encarecimiento de los coches nuevos no hace más que agravar.