Durante muchos años hemos asumido que el diésel era la alternativa ideal a la hora de comprar un coche. Y nos equivocamos. Hemos de huir del discurso demonizador del gasóleo, que aboga por su completa desaparición. Pero es evidente que la adquisición de muchos diésel a lo largo de los últimos años no se ha guiado por razonamientos lógicos y racionales. En muchos casos no se ha tenido en cuenta la complejidad de los sistemas anticontaminación, y los posibles problemas que estos podían acarrear. Y eso ha llevado, entre otras cosas, a la proliferación de prácticas como la manipulación de los sistemas anticontaminación, y la anulación de válvulas EGR y filtros de partículas. Pero eso pronto se va a acabar. Sobre todo con la llegada de las nuevas ITV y la posibilidad de que sistemas como los «radares» que detectarán coches contaminantes, y que se estrenarán muy pronto en Madrid, comienzan a imponerse en las ciudades españolas.
¿Por qué se anula la válvula EGR y el filtro de partículas?
Insistimos en que uno de los grandes problemas que ha conllevado la imposición de los diésel como la opción mayoritaria de los compradores españoles, y la más abundante en el parque español, ha sido no tener en cuenta la complejidad de algunos de los sistemas que emplean para reducir sus emisiones. Las válvulas EGR son realmente importantes, dado que su labor es la de hacer recircular los gases de escape, para que estos vuelvan a la cámara de combustión, se descienda la temperatura de combustión, y se reduzcan los NOx. Pero también son propensas a obstruirse, y uno de los problemas más comunes en los diésel modernos.
Los filtros de partículas son un elemento indispensable en un diésel moderno, retienen uno de los residuos más peligrosos para la salud de la combustión de un motor térmico, las partículas sólidas. Pero esa capacidad de retención exige que el filtro se regenere, alcance la temperatura adecuada para que las partículas se incineren. Y ya sea por un mal funcionamiento del sistema, o por unos hábitos de conducción que no contribuyen a que se alcancen temperaturas suficientes para la regeneración, también son un componente propenso a averías.
Esa problemática ha llevado a muchos conductores a solicitar una solución que no es legal, en tanto supone la alteración de las especificaciones técnicas, en este caso en materia de emisiones, para las cuales fue homologado el coche. La solución de anular los filtros de partículas y las válvulas EGR.
La persecución de aquellos que conducen automóviles con los sistemas anticontaminación anulados en controles aleatorios, que es algo casi anecdótico, y la clausura y denuncia de talleres que llevan a cabo estas prácticas, fueron algunas de las soluciones que se plantearon inicialmente para disuadir a los conductores de realizar esta modificación en sus coches.
Pero este año se impondrán dos nuevas soluciones que se lo pondrán muy difícil a aquellos que anulen válvulas EGR, filtros de partículas, y cualquier otro sistema anticontaminación.
se lo pondrán muy difícil a aquellos que manipulen los sistemas anticontaminación
El control mediante diagnosis de las ITV
La primera de ellas se establece en uno de los puntos de control más obvios, el de las inspecciones técnicas de vehículos (ITV). A partir de mayo de este mismo año las ITV introducirán la diagnosis del coche, que de alguna forma entrarán en el «cerebro» de nuestros coches para obtener información muy valiosa a la hora de certificar la seguridad, y el cumplimiento de las normativas anticontaminación, de un coche. Esa diagnosis permitirá, ya no solo comprobar si en el momento de realizar la inspección están trabajando los sistemas anticontaminación, sino también si estos han trabajado correctamente anteriormente, o si han sido alterados para reducir su trabajo, o eliminados por completo.
La diagnosis en las ITV también traerá consigo novedades muy positivas, especialmente para el mercado de ocasión, como llevar un control más riguroso del kilometraje de los coches para vencer uno de los fraudes más habituales y perjudiciales, el del «afeitado» de kilómetros.
Un «radar» para detectar coches manipulados e inusualmente contaminantes
La segunda solución es quizás la más sorprendente, y la última en incorporarse. Madrid estrenará un «radar» capaz de detectar coches contaminantes. Un sistema que, ciertamente no es desde el punto de vista técnico un radar, sino un sistema óptico que gracias a unos haces luminosos de infrarrojos y ultravioletas permitirá detectar las emisiones de gases contaminantes como el CO, el CO2; los NO y los NO2, que se reducen gracias a la recirculación de gases que propicia la válvula EGR; y las partículas que retienen los filtros de partículas.
De esta forma, los más afectados, y los primeros en ser interceptados en estos controles estáticos y automáticos – puesto que funcionan como un radar fijo – serán aquellos que hayan recurrido a estas técnicas.
El sistema de detección de coches contaminantes, de momento, se instalará como un proyecto piloto en dos localizaciones de la ciudad de Madrid. Al detectar un coche con unas emisiones demasiado altas, se enviará una notificación informativa al propietario. Si vuelve a ser detectado en esa misma situación, se procederá a su sanción. Por otro lado, no hemos de descartar que esta tecnología acabe incorporándose en otros muchos puntos de la capital, y en otras ciudades españolas.