Resulta ciertamente divertido, estremecedor, y sorprendente, contemplar la publicidad de antaño. Mensajes que hoy en día resultarían altamente inapropiados, políticamente incorrectos, como se suele decir, eran relativamente comunes para anunciar un producto. Anuncios misóginos, racistas, o en contra de todo lo que hemos aprendido en estos años acerca de la seguridad vial. Anuncios que bien podrían recomendarte ir a fondo y cargado con tu coche, o aconsejarte tomar una copita de coñac antes de salir de viaje, como en este caso. No solo estando bien visto por la sociedad, sino también gozando de una gran permisividad, tanto por parte de los agentes, como de la propia ley, hasta los años ochenta.
Y es que, si bien es cierto ya en los setenta se introducía la posibilidad de someter a pruebas a los conductores para determinar si estos habían ingerido alcohol, la verdadera preocupación por el problema del alcohol y la conducción se plasmaría en el reglamento de 1981 y las reformas posteriores que establecieron una metodología eficaz para comprobar la embriaguez del conductor y niveles de alcoholemia máximos estipulados en base a criterios científicos.
Y el mejor ejemplo lo tenemos en este anuncio de Licor 103 de los años sesenta y su particular visión de la conducción y el alcohol, y la seguridad vial.
El anuncio de Licor 103, que según publicaba el blog Strambotic de Público data de los años sesenta, recomendaba una copa de coñac antes de conducir para «sentirse reconfortado y con completo dominio de sus nervios». Recordando también algunos consejos de seguridad vial y el peligro de tomarse más de una copa, con un mensaje tan críptico, y poco claro – no vaya a ser que cale entre sus clientes – como «tener muy presente el artículo 103 del Código de Circulación» para, según dicen, «evitar, además de muchos peligros, la consiguiente multa».
No obstante, fuera de la seguridad vial, en esa misma recopilación de anuncio nos encontramos con otros que no tienen desperdicio, anuncios infantiles de Cerveza y vino de Jerez, alcohol para salir a cazar, tabaco para curar el asma y jugar al fútbol, e incluso perfumes con cocaína.
Vía: Menéame
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