Apple CarPlay se ha convertido en un extra prácticamente obligado de cualquier coche nuevo. La idea de tener nuestro iPhone como el sistema multimedia de nuestros coches ha cosechado un gran éxito, algo que pese a los recelos iniciales de la industria del automóvil, ha terminado por imponerse. Pero ahora Apple quiere ir más allá buscando que CarPlay pueda gestionar más funciones de nuestro vehículos, una propuesta que si bien se antoja interesante, obliga a las firmas automovilísticas a ceder más terreno frente a la interfaz de Apple.
Con la llegada en 2014 de Apple CarPlay, y su gran alternativa Android Auto en 2015, la industria automovilística cambió para siempre. La estrategia de los fabricantes de coches desarrollando interfaces propias, no actualizables y poco o nada compatibles con nuestros teléfonos estaba condenada desde el principio, pero fue el lanzamiento de los sistemas de Apple y Google lo que supuso el necesario punto de inflexión.
Pese a las muchas reticencias de la industria automovilística en el inicio, estas plataformas han conseguido llegar a prácticamente cualquier coche nuevo que se lanza al mercado, convirtiéndose además en un equipamiento imprescindible para muchos compradores. La posibilidad de tener nuestro smartphone totalmente integrado vende coches, y es por ello por lo que cada vez más estos sistemas cuentan con mejor rendimiento, posibilidades, servicios, apps o mejoras en conectividad. Tal ha sido el grado de integración que coches como el Dacia Sandero, incluso ya solo instalan una pantalla sin software de la marca, estando destinada únicamente a funcionar cómo réplica de nuestro teléfono móvil.
Sin embargo, hasta la fecha existía una línea roja, y era dar acceso a otras funciones del vehículo más allá del sistema multimedia. Y es ahí donde Apple quiere llegar ahora, abriendo un nuevo camino donde desde CarPlay se puedan gestionar equipamientos como el climatizador, los ajustes del asiento, el bloqueo/desbloqueo de puertas, la iluminación, etc. ¿El objetivo? Aumentar las posibilidades del ecosistema Apple y con ello aumentar las funciones – y por lo tanto dependencia – de un iPhone a través de su vínculo con nuestro coche.
Por el momento se trata de un proyecto, denominado como «IronHeart», que está en una primera fase de desarrollo y búsqueda de socios. Sin duda Apple no lo va a tener fácil, ya que el celo de los fabricantes de coches con respecto a sus modelos es alto y bastante entendible. Del mismo modo, no hay que olvidar el conflicto de intereses que se genera entre Apple y las marcas de coches en relación a la venta de servicios similares, gestión de datos privados, acceso a tecnologías del vehículo, etc.
Fuente: AutoNews