ESPACIOS
Cerrar CERRAR
Actualidad

4 MIN

El primer arranque de un motor Rolls-Royce, tras 70 años en su embalaje original (+vídeo)

Cuando piensas en Rolls-Royce posiblemente piensas en coches de superlujo, cargados de carisma y flema británicos. Sin embargo, Rolls-Royce también es un nombre asociado a la producción de motores a reacción aeronáuticos, la fabricación de vehículos militares e incluso la producción de propulsores para uso marino, civil y militar. En los años cincuenta del pasado siglo produjo la familia B de motores de cuatro, seis y ocho cilindros. Uno de esos motores se ha pasado 70 años encerrado en su embalaje original. Nuevo, esperando a ser despertado.

La familia B-Series de motores desarrollados por Rolls-Royce desde 1943 a 1947, cuando los ingenieros terminaron el desarrollo de los motores Meteor y Merlin, para tanques y aviones respectivamente. La idea de Rolls-Royce era que estos motores fueran el corazón de su gama de coches al terminar el conflicto mundial. Tras la guerra, estos motores, cuya producción comenzó en Crewe en 1947 – Bentley y Rolls-Royce estaban fusionadas por aquél entonces – terminaron siendo usados en aplicaciones fundamentalmente militares.

La familia B-Series de motores también se usó en aplicaciones civiles, como generadores, grúas o maquinaria industrial

Rolls-Royce ganó varios contratos de defensa en Reino Unido, y terminó suministrando decenas de miles de esta familia de motores para su uso en diversos vehículos militares: desde los Alvis Saladin a los Daimler Ferret, pasando por los Austin Champ – una especie de Jeep británico de posguerra. Las versiones de cuatro cilindros (B40) cubicaban 2,8 litros y desarrollaban 80 CV, mientras que los seis-en-línea, con hasta 4,9 litros, ya se iban a los 140 CV. Los V8 (B80 y B81), llegaron a desarrollar hasta 185 CV con 6,5 litros de cubicaje.

Curiosamente, estos V8 sí fueron equipados en un puñado de Rolls-Royce Phantom IV – solo se fabricaron 18 unidades – destinados a la casa real británica y a clientes de alta importancia. Los B-Series eran motores muy robustos y modernos para la época, y empleaban componentes comunes (pistones, bombas de aceite, sistema eléctrico…) para reducir su coste de producción y simplificar su mantenimiento. Las versiones de cuatro cilindros fueron las más exitosas, gracias al encargo de 15.000 unidades del Austin Champ por parte de Reino Unido.

Este motor es NOS (New Old Stock): está a estrenar, pero tiene la friolera de 70 años

Rolls-Royce no daba abasto con la producción del B40, y la licenció a Austin, que producía también estos motores en sus instalaciones. La producción de los B-Series terminó en 1957, hace casi 70 años. Como es lógico, se produjeron muchos repuestos y motores adicionales, y nuestra historia comienza con uno de estos propulsores: producido en 1952, y cuidadosamente embalado en una caja de madera en 1954. Esta unidad, completamente nueva, nunca ha sido usada, y ha cambiado de manos varias veces, posiblemente en subastas y ventas privadas.

Ingeniero arranca motor Rolls-Royce conservado 70 años.

Un youtuber estadounidense, llamado Pacific Northwest Hillbilly, adquirió este motor, en su caja de madera original, por un precio equivalente a su valor en chatarra. En un vídeo que dura más de hora y media, se dedica a sacarlo de su embalaje original, y de forma concienzuda y metódica, tratar de devolverlo a la vida. Aunque posiblemente pasó bastante tiempo a la intemperie y carecía de piezas como carburador o sistema de refrigeración, estaba en un estado aparentemente muy bueno – confirmado mediante una cámara con endoscopio.

Hay algo mágico en dar la vida a un motor que llevaba siete décadas en una caja de madera

En el vídeo, que os recomiendo ver si sois amantes de la mecánica, podemos comprobar cómo el youtuber instala un carburador de origen Ford, filtro de combustible y rudimentario sistema de refrigeración al motor. Le cambia el aceite, logra que deje de estar agarrotado, comprueba que tiene presión de aceite y se asegura que el motor no va a ser dañado al tratar de arrancarlo. Incluso llega a desmontar el cárter, creando una nueva junta para que selle adecuadamente. Sorprendentemente, su sistema eléctrico está en perfecto estado – estaba completamente nuevo.

El resultado final es un motor que arranca casi a la perfección, que mantiene un ralentí suave y rítmico, y que pese a su letargo, estaría preparado para toda una vida de servicio.

Dame tu opinión sobre este artículo

Ni fu, ni fa
Me ha gustado
¡Muy bueno!

Sergio Álvarez

Aunque es técnico en comercio internacional de formación, los coches han sido su pasión (incluso obsesión) desde que apenas levantaba un metro del suelo y sus padres le regalaron un Ferrari rojo a pedales. Su afición se ha profesionalizado en Diariomotor, donde está presente desde 2008. Seguir leyendo...

Firma de Sergio Álvarez
Cargando...