El Aston Martin DB5 es uno de los grandes clásicos británicos de la historia. Es un coche cuyo diseño, legado y fama están al nivel de iconos como el Jaguar E-Type, y en gran parte, esa reputación se la debe al agente secreto más famoso de la historia, James Bond. El DB5 era el coche de 007, y lo ha seguido siendo incluso en las películas del siglo XXI. El problema de los DB5 es que se adentran con facilidad en las seis cifras. Ahora bien, ¿y si te dijera que es posible estrenar un Aston Martin DB5 por 19.995 euros, con una condición?
Como seguramente estéis sospechando, aquí hay gato encerrado. Sí, estarás estrenando un Aston Martin DB5, pero en verdad, estarás estrenando una maqueta a escala 1:8. Pero no es una maqueta cualquiera, porque es una maqueta fabricada por Amalgam Collection. Este fabricante británico las construye a mano, creando, simple y llanamente, las mejores reproducciones del mundo. Amalgam sólo fabricará 199 unidades del Aston Martin DB5 Vantage, y cada una de ellas tendrá un precio final de 19.995 euros. Tanto como un coche compacto como el Hyundai i30.
Amalgam ha invertido 5.000 horas en desarrollar el modelo en cuestión, usando planos originales del vehículo y planos CAD resultantes de escanear en tres dimensiones un coche real. La construcción de cada modelo se lleva a cabo según las especificaciones de su futuro propietario, y supone 500 horas de construcción artesanal. Las maquetas, al igual que el coche, están construidas a base de miles de piezas, muchas de ellas creadas usando mecanizados de alta precisión, o técnicas similares a la de la industria de la automoción.
El nivel de detalle, a escala 1:8, es apabullante. De hecho, en las fotos que acompañan este artículo, de no ser por las mano o la cubierta que aparecen, resultaría casi imposible distinguir un DB5 real de una maqueta. Aunque sea una maqueta, usa cuero real, madera, aluminio, acero y caucho real en sus neumáticos. Más que un modelo a escala, es una obra de arte. Es el complemento ideal para alguien que ya tiene una versión a escala 1:1 en su garaje, o para algún admirador del modelo con bolsillos muy profundos.
Aston Martin solo fabricó 65 unidades del DB5 entre los años 1963 y 1965, todas ellas de forma artesanal. Además de ser arrebatadoramente precioso, era uno de los coches más rápidos de la época. Su motor de 4,0 litros y seis cilindros en línea desarrollaba 282 CV de potencia y mediante un cambio de cinco relaciones permitía al coche bajar de ocho segundos en el 0 a 100 km/h. A principios de los años sesenta, esto eran prestaciones de supercoche, acompañadas de un interior lujoso, construido con materiales de primera calidad.