El primer SUV de Aston Martin ya tiene nombre oficial y como todo parecía apuntar, mantendrá su nombre conceptual, Aston Martin DBX. El fabricante británico revela las primeras imágenes del Aston Martin DBX de producción, aún camuflado, pero con los suficientes detalles para hacernos buena idea de las proporciones y diseño que ofrecerá el Aston Martin DBX de producción. Con este anuncio finalmente se confirman todas las sospechas, teniendo un nuevo SUV de lujo de corte muy deportivo que va directo a por el Lamborghini Urus y el Bentley Bentayga.
La firma británica ya ha confirmado que la presentación del Aston Martin DBX se realizará a finales de 2019, siendo el momento escogido para dar comienzo a su producción y teniendo previsto realizar las primeras entregas para comienzos de 2020. El nuevo DBX confirma el empleo de esta denominación manteniendo la trayectoria de la denominación DB en casi todos sus modelos, siendo así el tercer modelo de su actual gama que emplea esta denominación en homenaje a David Brown como ya hacen los Aston Martin DB11 y Aston Martin DBS Superleggera.
Aston Martin DBX
Por el momento los detalles en relación al DBX son muy escasos y estas primeras imágenes es lo único que se sabe sobre el modelo final de producción. Aún así sí que podemos adelantar que este primer SUV de Aston estará basado en un chasis de aluminio, integrando una nueva filosofía para su cofiguración de 5 puertas y 4/5 asientos y el uso de tracción total. Aunque muchas veces se especuló con la posibilidad de que el DBX llegase al mercado como el primer coche 100% eléctrico de la marca, finalmente esta idea se da por descartada en favor de una versión convencional con motor V8 Mercedes-AMG.
El Aston Martin DBX buscará convertirse en el peor enemigo del Lamborghini Urus apostando por una receta muy similar que habla de muy altas prestaciones, tanto dentro como fuera del asfalto. Con ello debemos esperar unas cifras de rendimiento similares. A nivel de diseño, estas primeras fotos nos dejan con la idea de una estética que guarda grandes semejanzas con el Aston Martin Vantage en el frontal, pero con numerosas pinceladas que recuerdan al DB11. Su trasera será el punto más crítico, especialmente por la forma en que Aston tendrá que dar cabida a un portón de grandes dimensiones y una caída muy pronunciada. De puertas hacia dentro es donde menos sorpresas se esperan con un diseño muy en la línea de los actuales modelos de la marca, integrando una consola más funcional, pero empleando de nuevo tecnología Mercedes y una estética ya conocida en mandos e interfaces.