Conocido como uno de los superdeportivos más temperamentales y exclusivos de su época, del Aston Martin One-77, como bien indica su nombre, solo se fabricaron 77 unidades para todo el mundo… o eso es al menos lo que se creía hasta hoy. Y es que en algún momento, un acaudalado cliente de la marca convenció a Aston Martin para que le fabricase el One-77 Nº 78, una unidad que esconde una peculiar historia detrás, que podemos considerar toda una rareza y que ahora está buscando nuevo dueño.
Si bien a los 77 propietarios del Aston Martin One-77 no les gustará descubrir que se fabricó un chasis número 78 de su preciada joya de colección, lo cierto es que para el resto del mundo, la historia tras este verdadero último One-77 es bastante curiosa. A pesar de costar más de un millón y medio de euros en su momento, con una producción tan reducida, pronto se cerró el cupo de pedidos de este superdeportivo, lo que supuso que muchos clientes de la marca se quedaran si opción para satisfacer su capricho.
Sin embargo alguien en Estados Unidos sí que lo logró, pues consiguió convencer a Aston Martin para que le vendiese uno de los once prototipos de desarrollo que fueron empleados durante los test del One-77. En concreto, la base de este proyecto había servido a la marca para cubrir 38.358 Km en todo tipo de escenarios, incluyendo circuitos como los de Nardó o Nürburgring, además de la participación en diferentes eventos del motor como puede ser el Goodwood Festival of Speed, amén de hacer el papel de Safety Car en el Aston Martin Racing Festival celebrado en Le Mans.
Aston Martin accedió a la petición de este cliente, llevando a cabo un profundo proceso de restauración de esta unidad del One-77 para poder ser llevada a las calles bajo el número de chasis «10711». Durante este proceso que llevó 7 meses, se sustituyeron numeros componentes del vehículo como suspensiones, embrague, llantas, escape, difusor, faros o el interior del habitáculo al completo, rematando esta unidad con el pintado de su carrocería en color Copper Pearl. Curiosamente, ni la caja de cambios, ni el motor 7.3 V12 atmosférico de 750 CV fueron reemplazados.
Y ahora esta unidad, tras pasar por varias manos en Estados Unidos, vuelve a estar a la venta. Teniendo acumulados ya en este momento 40.840 Km, hablamos del Aston Martin One-77 más usado de toda su estirpe, pero también el que esconde una historia más curiosa. Sin embargo comprar esta unidad trae consigo una serie de inconvenientes, pues necesita pasar por el taller para reparar el aire acondicionado, una tarea valorada en 45.000 dólares, reparar el motor del limpiaparabrisas (10.000 dólares), además de solucionar otros problemas que impiden que funcione correctamente el sistema multimedia o el ajuste eléctrico de los retrovisores.