El Aston Martin Rapide llegó al mercado poco antes del ecuador del año 2010. Nacía, a priori, para cubrir las necesidades que un cliente de Aston Martin pudiera demandar para poder viajar con toda la familia y su equipaje sin renunciar al estilo inconfundible de Aston ni al embriagador sonido de sus motores V12. Sin embargo, y pese a que sobre el papel podría tener buenos atributos para hacer del Rapide el coche familiar ideal, Aston Martin ha decidido poner fin a su producción. ¿Qué razones hay tras una decisión que deja al Porsche Panamera prácticamente solo en el mercado de las grandes berlinas de lujo deportivas?
Rápido, diseño atractivo, V12 atmosférico bajo el capó… Pero el Aston Martin Rapide nunca se vendió bien
El Aston Martin Rapide tiene unas líneas atractivas, bonitas me atrevería a decir, bajo su capó se esconde un V12 atmosférico de 5,9 litros que en el actual Rapide S rinde 559 CV, es capaz de hacer el 0 a 100 km/h en 4,4 segundos y alcanzar una velocidad punta de 327 km/h. Además del inconfundible sello Aston, tiene cuatro plazas y un maletero mayor que sus hermanos. Y pese a todas sus bondades, el Rapide nunca se ha vendido bien. ¿Dónde está el problema?
Para empezar: aunque en su habitáculo hay cuatro plazas lo cierto es que el espacio en las plazas traseras es más bien reducido, sobre todo si tenemos en cuenta que el Rapide mide 5019 mm de longitud. Modelos de tamaño similar ofrecen cotas interiores mucho mejores que el Aston. Pero no sólo eso: otro de los mayores inconvenientes del Rapide es la capacidad de su maletero, de sólo 317 litros. Para ponerlo en contexto: el maletero de un Volkswagen Golf VII con carrocería de cinco puertas tiene 380 litros. ¿Por qué pagar entonces un cuarto de millón de euros por un coche supuestamente familiar si tiene el espacio justo para los ocupantes y apenas caben un par de maletas en su maletero?
Consecuencia de lo anterior, de una tecnología de infoentretenimiento y conectividad un tanto desfasada y de un precio muy por encima de sus rivales más directos, el Rapide no ha tenido el éxito que a Aston Martin le hubiera gustado. La marca británica previo vender anualmente unas 2000 unidades pero la demanda resultó ser tan inferior que la producción de este modelo se tuvo que trasladar en 2011 de la factoría de Magna Steyr (quien en principio lo iba a fabricar hasta 2018) a la fábrica de Aston en Gaydon. La realidad del Rapide, en cuanto a ventas, es que en sus dos primeros años en el mercado se consiguieron vender cerca de medio millar de unidades al año, una cifra que ha decaído hasta poco más de 100 unidades en todo el mundo durante el pasado 2016.
El Aston Martin Rapide S actual ofrece deportividad y, sobre todo, exclusividad pero no puede competir con la tecnología, las prestaciones ni el confort de un Mercedes-AMG S 63 o del Porsche Panamera Turbo, modelos que además son más baratos que el británico.
Aston Martin RapidE: un Rapide eléctrico sustituirá al Rapide S y su V12 de combustión
He aquí la otra gran razón de la desaparición del Rapide S. Porque no es un adiós definitivo al modelo sino un cambio de formato, uno en el que la marca británica adoptará la tecnología eléctrica con el RapidE. ¿Recordáis cuando Aston Martin decía que protegería sus motores V12 de la hibridación? Bien, pues los tiempos cambian y Aston ha decidido darle una patada en el trasero al V12 en el Rapide S.
Según declaró Andy Palmer a Motoring, al actual Rapide S lo sustituirá en la gama por un lado el RapidE -en 2018- y más tarde, en 2019, el Aston Martin DBX (que se convertirá en el primer SUV de la marca británica). Por otro lado, más adelante habrá también otra berlina con el sello Lagonda, aunque para conocerla habrá que esperar a la próxima década.
Para dar luz al RapidE, y como ya os adelantamos hace algún tiempo, Aston Martin firmó un acuerdo de colaboración con la empresa china LeEco, quien se encargará de fabricar los propulsores eléctricos y las baterías de los Aston movidos por electrones. El ensamblaje y acabado final, eso sí, se realizará en la fábrica de Aston Martin en Gaydon.
Aunque aún no conocemos los datos técnicos del próximo RapidE, se habla de una cifra de potencia que rondará los 800 CV (y que lo convertiría en el Aston más potente de la gama) y una autonomía en torno a los 320 km. A la espera de conocer más datos, el Aston Martin RapidE nacerá para intentar arañar ventas a un Tesla Model S que copa él solo todo el mercado de las berlinas de lujo eléctricas y, sobre todo, para luchar a capa y espada con el modelo que derive del espectacular Mercedes-AMG GT Concept.
Fuente: Motoring