Aston Martin ha presentado la tercera generación del Vanquish, un GT deportivo que aspira a redefinir la excelencia de conducción británica y, de paso, sembrar el pánico en Maranello con un concepto que concentra el summum de la elegancia, la comodidad y las prestaciones.
Así es el nuevo Aston Martin Vanquish
A principios del pasado mes de agosto tuve el placer de conocer este verdadero mito automovilístico que acaba de renacer y este post es un resumen de mi primera toma de contacto con una belleza V12 de 835 CV de potencia que supone el modelo cúspide en la gama inglesa antes del exclusivísimo y radicalísimo Valkyrie.
Una obra maestra del estilo que logra un difícil abrazo entre elegancia y provocación
El nuevo Aston Martin Vanquish es la culminación de 23 años de historia, innovación y pasión por la conducción y el placer que esta provoca. Pero también es un gozo visual, como el que siente frente a un atractivo monumento. Este lo ha creado el genio Marek Reichman, actual jefe creativo de la firma.
Su lenguaje de diseño está próximo al de modelos que ya conocíamos y en los que está fundamentado estructuralmente. Sus líneas, si bien son orgánicas y fluidas, están muy tonificadas. Diría que consigue un complicado compromiso o equilibrio entre elegancia y provocación.
Según la compañía, la clave para lograr esta presencia tan sugestiva, casi sexy, es una mayor distancia entre ejes, concretamente 8 cm respecto a un DBS, y un espacio más grande entre el pilar A y el eje delantero. Esto hace que se el capó se alargue, logrando un perfil muy refinado.
Al amplificar las proporciones de un GT, el Vanquish expresa sensación de velocidad y potencia, y su forma de lágrima, con un evidente ensanchamiento posterior, captura esa intención de propulsión como si el coche siempre estuviese en movimiento. Mide 4,85 metros de largo por 2,04 de ancho y 1,29 de alto con una enorme batalla de 2,89.
No faltan las reminiscencias del automovilismo donde Aston sigue activa, empezando por la Fórmula 1. Estos guiños, que en realidad forman parte de su ADN estético, se pueden observar en detalles funcionales como un gran capó con rejillas de ventilación inspiradas en la competición o el distintivo alerón de tipo Kamm.
La superficie de la parrilla aumenta en un 13% con respecto al DBS 770 Ultimate a fin de mejorar la refrigeración del motor. Por su parte, las nuevas rejillas de ventilación laterales del parachoques canalizan el aire alrededor del frontal hacia los pasos de rueda delanteros para enfriar los frenos.
En cuanto a la iluminación, los faros full-LED, que son matriciales y parecidos a los del actual Vantage, presentan la nueva firma lumínica de la marca e integran su nombre grabado en el interior. Personalmente, me parece que se podría haber dotado al frontal de mayor personalidad respecto al deportivo de acceso de la marca.
Uno de los elementos más espectaculares es un gran techo de cristal panorámico, lo que permite disfrutar a los ocupantes de una sensación de espacio impropia de esta categoría. También es característico y distintivo el faldón lateral, que ofrece impresión de dinamismo y posición de ataque.
Además, el Vanquish está adornado con dos emblemas V12 en color rojo carmesí en cada lateral y tiene los tiradores de las puertas enrasados con la carrocería, así como retrovisores sin marco con carcasas en fibra de carbono, un material muy repetitivo (por fortuna) en este vehículo.
El dramatismo del diseño del Vanquish alcanza su punto culminante en la parte trasera gracias a sus anchas y voluminosas aletas posteriores y a su excitante zaga, con alerón integrado en la tapa del maletero y una tapa del maletero que ha sido creada para que parezca flotante.
Pudiéndose customizar en distintos acabados, como todo el exterior, se enmarca entre 7 láminas de luz LED que realizan la función de pilotos, garantizando su reconocimiento en la oscuridad de la noche. Pero diría que la misma silueta del Vanquish, por mucho que se halle en penumbras, ya es fácilmente identificable.
Más abajo se encuentra un gran difusor que gestiona el flujo de aire debajo del coche para mejorar la estabilidad a alta velocidad. Ahí se observan las salidas de un sistema de escape con una geometría que mejora el aullido del V12. Pero la mejor experiencia auditiva se logra instalando una línea de titanio que aligera el conjunto 11 kg.
Artesanía, precisión y confort son tres máximas que recorren el interior del Vanquish
Cuando se accede al habitáculo del nuevo Vanquish, resulta difícil que a uno no se le erice el vello. Más allá de las mejores calidades de la industria, se adopta una posición de conducción perfecta que invita a devorar kilómetros a ritmos demenciales. Además, es un espacio apto para personas de 2 metros de estatura, como es mi caso.
Eso sí, su visibilidad no es la mejor y su maniobrabilidad se adivina muy complicada con base en un imponente y largo capó. Creo que me agobiaría al circular por ciertas calles del centro de Madrid y ya no digamos al estacionar en algunos de sus aparcamientos setenteros.
Se trata de un biplaza, lo que, dadas sus grandes dimensiones exteriores y su inmensa potencia, convierten a este coche en un SuperGT como el Ferrari 12Cilindri, su némesis italiana, orientada a un cliente que busca más extravagancia y retrofuturismo cuando se habla de diseño. Ambos tienen mucha clase, pero son productos distintos.
La cabina del Vanquish está pensada para ofrecer diversión al conductor y compartir su experiencia visceral una única persona. Es un espacio relativamente amplio, aunque lo suficientemente envolvente como para despertar el instinto de piloto que todo amante del mundo del automóvil tiene.
Basándose en la nueva arquitectura interior de Aston Martin, el Vanquish 2024 recibe un diseño a medida, con una consola central que se ha rebajado a un segundo plano horizontal para ofrecer una sensación más moderna, diáfana y lujosa, pero alejada del minimalismo que inunda el sector actualmente.
Se ha utilizado una mezcla de materiales nobles para crear secciones con líneas visibles que aumentan la sensación de calidad. Este orgullo por una construcción que aprecia el detalle y nivel más elevado de remate se hace patente en acolchados exquisitos, ya no sólo en las puertas o de la parte delantera, sino en el techo o los estantes posteriores.
Con independencia de la selección, combinación o configuración de los mismos, que es personalizable como poquísimos productos en el mercado, una sutil línea de horizonte cromada y brillante reemplaza una costura tradicional en el tablero que, por supuesto, también tiene fibra de carbono en las molduras ornamentales.
La tecnología a bordo queda presidida por dos pantallas que dominan una gran parte del salpicadero. Ambas tienen 10,25”, gran resolución, son resistentes a los reflejos y se operan a través de un sistema intuitivo que permite su empleo mientras se conduce. No hace falta ser James Bond para aclararse.
También se respetan varios mandos físicos con un tacto sublime, como unas ruletas de metal hechas a mano y frías al tacto. Todos los controles clave para el conductor están montados en el centro, manteniendo las funciones de uso frecuente al alcance de la mano, una demostración de ergonomía y de cómo se han de hacer las cosas.
Por supuesto, no se renuncia a lo último en seguridad activa, sin la que no sería posible homologar el coche para su venta, o en confort, con asientos de tipo semibucket que, más allá de su excelente comodidad y sujeción lateral, tienen calefacción y ajuste eléctrico.
El botón de arranque y parada del motor, realizado en cristal y retroiluminado, se halla en el centro de la consola. A su alrededor, hay un dial giratorio y táctil para seleccionar el perfil de conducción entre los cinco disponibles. Pero ahora ya no lo acompañan botones para controlar la transmisión, sino que se añade una sutil palanca central.
Por último, existe un pulsador para modular el volumen del sonido del escape a través de unas válvulas sitas en sus tramo final, algo que se incrementa automáticamente en los programas Sport, Sport+ y Track. Aunque para sonido, el que emana de un equipo de 15 altavoces firmado por Bowers & Wilkins y adaptado específicamente al Vanquish.
Con pocos huecos portaobjetos delante, ofrece detrás un maletero con 248 litros de capacidad, luego apto para el equipaje semanal de dos personas. Este espacio también está cuidadosamente acabado y diseñado adrede para un juego de bolsas exclusivas de Schedoni que la marca ofrece como accesorio original desde el momento de la compra.
El milagro V12 con 835 CV, una máquina tan poderosa como en peligro de extinción
Valiente como pocas, Aston Martin ha tenido en cuenta los deseos de sus clientes y se ha comprometido a continuar el linaje dinástico del Vanquish con el propulsor V12 más potente que la marca jamás ha tenido en su gama de vehículos convencionales, pues el atmosférico del Valkyrie, desarrollado por Cosworth, lo supera con creces.
Este está doblemente turboalimentado, llegando a desarrollar un máximo de 835 CV y 1000 Nm, cifras líderes en su clase. Además, se trata de un motor de creación propia, por lo que no se ha recurrido a proveedores como Mercedes-AMG, que aún suministra V8 a la firma británica. Es una demostración de la capacidad de ingeniería interna.
Con 5,2 litros de cilindrada, ofrece una salvaje potencia específica de 160 CV por litro, duplicando la del primer V12 de Aston. Ha sido diseñado desde cero y etapa por etapa, a fin de aumentar las prestaciones y la eficiencia de la gasolina sin dejar de adaptarse a las normativas de emisiones de todos los mercados donde está previsto que se venda.
Uno de sus aspectos más interesantes son sus turbinas de inducción forzada, con una inercia muy reducida que permite un giro más rápido de los álabes, traduciéndose en mayor rendimiento y mejor respuesta. Estos aprovechan mejor la reconducción de los gases de escape, proporcionando mayor flujo de aire limpio al interior del motor.
Existe, además, una función de reserva de sobrealimentación que guarda presión de soplado mientras no hay demanda de potencia, proporcionando inmediatez cuando se pisa el pedal total o parcialmente. Ese excedente se retiene, según los ingenieros, tras la mariposa del acelerador. Tan pronto como el piloto levante el pie, se reinicia.
De igual modo, los inyectores tienen un caudal un 10% mayor de lo normal y permiten mayores cargas. Esto ofrece un mayor juego con la electrónica para ajustar el consumo, aún por homologar, aunque con un depósito de 82 litros no va a ir justo de autonomía (quizá pueda recorrer más de 500 km reales sin repostar).
Por supuesto, al igual que ocurre con la aerodinámica, se han recibido algunas mejoras de rendimiento adicionales con la ayuda del equipo de Fórmula 1 de Aston Martin. Su socio técnico, Valvoline, ha suministrado el último aceite de motor de alto rendimiento para el Vanquish. Este fluye a través de un enfriador un 50% más grande de lo habitual.
Acoplado al impulsor, sito en posición central-delantera y longitudinal, hay una caja de cambios automática por convertidor de par con 8 relaciones creada por el especialista ZF. Transmite todo el esfuerzo al eje posterior, se combina con un diferencial trasero electrónico de deslizamiento limitado que maximiza la tracción en toda circunstancia.
A diferencia de uno mecánico, pasa de estar completamente abierto a completamente bloqueado en 1 décima de segundo, admitiendo reglajes y agilizando la conducción al tiempo que la hace más segura y precisa. Sobre el ESP, que es de nueva generación, tiene cuatro modos: On, Track, Off y Wet.
Precisamente sobre sus prestaciones, Aston Martin ha dicho que su Vanquish ha sido optimizado mecánicamente para alcanzar los 345 km/h y pasar de 0 a 100 en sólo 3,3 segundos. Ningún coche de producción en serie de la marca ha logrado una velocidad punta tan alta en su historia.
Por lo demás, este Super GT cuenta con un chasis a la altura. Su plataforma está hecha, como antaño, a base de aluminio, acero y fibra de carbono, pero con la máxima rigidez estructural hasta la fecha, superando el ya citado DBS 770 Ultimate. Pesa 1.770 kg en vacío, con reparto de pesos casi óptimo: 51% delante y 49% detrás.
A esta arquitectura se añade una suspensión delantera de doble horquilla y una trasera multibrazo cuyos efectos sobre la dinámica se presagian formidables, pero esto todavía tenemos que comprobarlo, algo que esperamos hacer antes de que finalice el presente año 2024.
Los amortiguadores equipados son unos Bilstein DTX con calibración a medida y dureza variable que, en palabras de los responsables del área técnica, logran un compromiso sobresaliente entre el confort y la agilidad que desea un cliente tan exigente como el de este fabricante.
Se acompañan de muy gruesas barras estabilizadoras y unos bastidores auxiliares que aumentan la estabilidad y optimizan el equilibrio que se busca en su comportamiento, huyendo de radicalismos como en el que probablemente haya caído la competencia del cavallino rampante.
Finalmente, la dirección, con resistencia configurable, también se ha puesto a punto para mejorar su sensación y la respuesta del tren delantero, apostando por la pureza y plena conexión con el asfalto. Mientras que los frenos son carbocerámicos, con discos de 410 mm de diámetro delante 360 mm detrás cubiertos por llantas forjadas de 21”.
Capaces de soportar temperaturas de hasta 800 grados y reducir el peso del conjunto en 27 kg, los aprisionan pinzas de gran tamaño operadas por un sistema predictivo que concede desaceleraciones en curva sin perder la trayectoria por subviraje, toda una declaración de intenciones para el consumidor.
Su precio es una incógnita, pero quien quiera (y pueda) que guarde cerca de medio kilo
Comentaba Lawrence Stroll, máximo responsable de la marca, que la misión de Aston Martin es crear los automóviles más potentes, hermosos y emocionantes del mundo. Y diría que lo consigue pues, a falta de probarlo, este vehículo es un digno portador del emblemático nombre Vanquish.
Se trata de un icono que regresa para reinar en su clase con la elegancia por bandera y frente la extravagancia y el retrofuturismo de Ferrari. Eso sí, creo que su tarifa básica oficial en España, aún por confirmar, se aproximará peligrosamente a los 500.000 € incluyendo impuestos.
Su propuesta no solo promete alto rendimiento, sino una experiencia de conducción inmersiva y relajada, además de una apariencia inigualable. Digamos que el objetivo es que el que conductor perciba que es más 007 que Fernando Alonso. ¿Se convertirá en el nuevo coche de empresa del piloto asturiano?
Sin duda, hoy he conocido un Super GT destinado a convertirse en referente dentro de su segmento y seguir siendo sinónimo de lujo, prestigio y tradición. Venga, lo admito, ver y tocar esta obra de arte antes de que fuese siquiera desvelada al público me ha dejado huella.
