Los restomod están muy de moda. Hace tiempo os hablamos de la artesanía de Singer Vehicle Design y sus Porsche 911, y hace apenas semanas os hablamos de los increíbles y carísimos Eagle Lightweight basados en los Jaguar E-Type. En este caso, os venimos a hablar de otro restomod, pero con una filosofía muy diferente. Se trata de un restomod del Aston Martin Vanquish de principios del siglo XXI, pergeñado por el diseñador Ian Callum – de cuyo lapiz nació – y el constructor R-Reforged. Un verdadero capricho por el que vendería un riñón y parte del otro.
El Aston Martin Vanquish, lanzado en el año 2001, fue el buque insignia de Aston Martin durante la primera década del siglo XXI. Era un coche de belleza arrebatadora, con una brillante combinación de elegancia y deportividad. «Power, Beauty & Soul» era el mensaje que aparecía en su instrumentación al arrancarlo, un slogan que no podría haber sido más acertado. ¿Es posible mejorar un icono como el Vanquish? El propio Ian Callum ha trabajado con R-Reforged para aplicar nada menos que 350 cambios técnicos, y no pocos cambios estéticos a su ópera prima.
Aston Martin Vanquish
Desde fuera, los cambios son sutiles. Los más avezados verán un paragolpes frontal ligeramente modificado, y en su zaga un nuevo difusor de fibra de carbono, de cuya parte inferior asoman colas de escape con un embellecedor naranja. Si miramos bajo las mismas, podremos leer la frase «made you look». Otro detalle exterior que cambia son sus llantas, de nuevo cuño, pero inspiradas en las originales. Tienen 20 pulgadas de diámetro y están envueltas en neumáticos Michelin Pilot Sport 4 S.
En las pistas de pruebas de Michelin en Ladoux (Francia) es precisamente donde se han puesto a punto sus nuevos amortiguadores Bilstein y las nuevas geometrías de suspensión y tren de rodaje. De hecho, si el coche te parece más ancho, es porque lo es: su ancho de vías ha crecido en 60 mm y porque el coche está 10 mm más cerca del asfalto. Al sistema de frenado carbonocerámico de serie se unen barras estabilizadoras más rígidas y cojinetes más sólidos en todo el tren de rodaje, más propios de un Aston Martin de competición que de una unidad de calle.
En lo tocante a su mecánica, han conservado el 6.0 V12 atmosférico del Vanquish original. Tenía que ser el V12, al que han instalado detalles en fibra de carbono y refrigeran de forma más efectiva mediante nuevas branquias en el capó. El propulsor de serie desarrollaba 520 CV, pero ahora desarrolla 580 CV, gracias a una ECU retocada y mejoras en admisión y escape. Uno de los puntos flacos del Vanquish era su cambio manual robotizado, que empañaba de forma considerable su experiencia de conducción. Ese punto ha sido también tratado por Callum.
De forma opcional, podemos optar por un cambio manual de seis relaciones, o incluso por un cambio automático de convertidor de par y seis relaciones – una elección ideal para un GT. El interior del coche ha sido modificado con gusto y mucha calidad. Los asientos, paneles de las puertas e incluso el hueco tras los asientos han sido tapizados con cuero Bridge of Weir de máxima calidad, con paspuntados en diferentes colores y patrones geométricos. Mucha fibra de carbono recubre el salpicadero, e incluso vive en detalles de su instrumentación.
La atención al detalle es tan alta como su personalización, capaz de satisfacer a los más sibaritas. El coche ha pasado a ser un biplaza, con las plazas traseras convertidas en un espacio de carga en el que se instalan unas maletas creadas ad-hoc por Mulberry.