Los chicos de CarThrottle vuelven a la carga con una serie de vídeos centrados en coches baratos de altísimo kilometraje. Tras un Skoda Octavia de primera generación con 700.000 km, acaban de adquirir por solo 200 libras esterlinas un Audi A4 1.9 TDI – un B6, para ser concretos – con la friolera de 870.000 km. Según el vendedor, el coche mantiene el embrague, caja de cambios, motor y turbo originales. Tras adquirirlo, lo han llevado a Volkstechniks – un especialista en vehículos del Grupo Volkswagen – para conocer el estado del vehículo en profundidad.
El coche en cuestión equipa un motor 1.9 TDI de bomba-inyector, conocido por su durabilidad y solidez. Un requisito indispensable para que un coche así dure tantos años y casi un millón de kilómetros sin averías reseñables es un mantenimiento impecable y preventivo. De hecho, esta unidad de Audi A4 ha sido mantenida en concesionario y en especialistas independientes durante toda su vida, a intervalos de seis meses durante sus últimos años. Detalles como unos neumáticos Michelin y cubretuercas en todas sus llantas evidencian que no se ha escatimado en gastos.
A continuación el mecánico de Volkstechniks realizó una inspección visual de los bajos del vehículo. Pese a haber pasado toda su vida en Reino Unido – con inviernos duros y sal en las carreteras habitualmente – el coche muestra pocos signos de óxido o corrosión. Solo una de las tiras de acero que sujeta el tanque de combustible, algunas abrazaderas de acero y partes del subchasis muestran corrosión superficial. El estado de los discos de freno sí es preocupante: están muy gastados y posiblemente son los que se montaron en 2003, cuando se produjo el coche.
El técnico muestra varios silentblocks con holguras, pero nada fuera de lo habitual en un coche con una cuarta parte de su kilometraje. En cuanto a la mecánica, más allá de algunos sudores de aceite, visualmente no se aprecian fallos – incluso el tubo de escape sigue siendo el original. Se desmontó la válvula EGR, aún plenamente funcional pese a tener una importante cantidad de depósitos de carbonilla en su interior. La válvula fue limpiada, aunque no así el colector de admisión – donde habrá una buena cantidad de depósitos con toda seguridad.
Tras conectar el ordenador de diagnosis al coche, varios códigos de error saltan a la vista. Los únicos preocupantes son dos sensores frontales que activan los airbags en caso de accidente. Sensores que deben ser reemplazados para que el coche vuelva a tener sistemas funcionales de seguridad. El coche parece haber estado implicado en un choque frontal – no demasiado grave – a tenor del estado del radiador del aire acondicionado, doblado y no funcional. El presupuesto de reparación del coche es de poco más de 1.500 libras, casi seis veces más que el valor del coche.
Aunque no sea un coche perfecto, seguiría siendo completamente funcional durante muchos más kilómetros si se mantuviera adecuadamente. El millón de kilómetros no es una cifra en absoluto descabellada.
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