A comienzos de octubre se hacía oficial la venta, mediante un proceso de subasta, de dos lotes a priori interesante para quien busque un coche de lujo de ocasión, el buque insignia de Audi. El primero, un Audi A8 con 63.075 kilómetros, de segunda generación, y matriculado en agosto de 2008. El segundo, un Audi A8 con 84.026 kilómetros, de primera generación, y matriculado en junio de 2005. Con una puja mínima de 18.032€ y 14.860€, respectivamente, se esperaba encontrar un postor para estos Audi A8 antes del pasado miércoles. A día de hoy nadie ha pujado por ellos, ni parece que vaya a hacerlo.
Audi A8
Sucede que estos dos coches pertenecieron al Ayuntamiento de Valencia y fueron los coches oficiales utilizados por la antigua regidora de la ciudad del Turia. 24 años después de llegar a la alcaldía, Rita Barberá dejaba de ser alcaldesa, y Compromís, PSPV y València en Comú formaban un nuevo equipo de gobierno en el que, entre otras decisiones, se optó por retirar estos dos Audi A8 aduciendo a su elevado coste. Según Joan Ribó, el vigente alcalde de Valencia, su consumo superaba los 20 litros/100 kilómetros (Europa Press).
En su lugar, el alcalde de Valencia decidió utilizar uno de los Ford Mondeo de la flota del Ayuntamiento de Valencia. Sus razones, apuntan a un coste de mantenimiento y circulación, y el hecho de que el Ford Mondeo sea uno de los productos fabricados en la factoría de Ford en Almussafes.
Una de las razones por las cuales esta subasta no habría generado suficiente interés en posibles compradores la encontraríamos en los motores escogidos, en ambos casos de gasolina y con ocho cilindros en uve.
La segunda razón sería que, para más inri, el segundo lote, el de un Audi A8 desde 14.860€, incluiría un coche que recibió blindaje. En su día, se optó por un coche oficial blindado ante el riesgo de que Rita Barberá pudiera sufrir un atentado terrorista.
El proceso de enajenación de subasta de estos dos vehículos puede seguirse en el Boletín Oficial de la Provincia de Valencia. Tras no haber encontrado comprador, el destino final de estos dos vehículos parece que será, irremediablemente, el del achatarramiento.
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