Se dice rápido. Hace 40 años llegaba a la calle el primer motor de cinco cilindros de Audi. Y casi tan sorprendente como fuera aquel lanzamiento en su día, el hecho de que 40 años más tarde, en los tiempos del downsizing, de la contención, y de los motores de tres y cuatro cilindros, Audi siga apostando por una receta inédita a su llegada a los concesionarios en 1977. Decíamos que la de Audi era una apuesta inédita, la de un motor de gasolina con cinco cilindros en línea. Y aún sigue considerándose la precursora, puesto que un primer intento, el del Rover P6, que es el verdadero primer motor de cinco cilindros para un turismo, jamás llegaría a producirse y comercializarse. Aún habiendo cumplido con la mayoría de los requisitos que recibieron los ingenieros para su desarrollo, las dudas sobre el equilibrio del motor de cinco cilindros y, probablemente, cierta desconfianza sobre su viabilidad, harían que Rover cancelase el proyecto allá por los años sesenta. Por otro lado, y si pensamos en motores diésel, Mercedes-Benz ya comercializaba por aquel entonces el primer cinco cilindros que de verdad llegó a un turismo. Pero volvamos al quid de la cuestión, ¿qué llevó a Audi a lanzar el primer cinco cilindros de gasolina que se comercializó en un turismo?
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Aunque el lanzamiento del primer cinco cilindros de Audi – con la segunda generación del Audi 100 (C2) – se produjera en marzo de 1977, en Audi celebran el aniversario del motor de seis cilindros en la fecha de su presentación, en agosto de 1976. Pero, obviamente, el nacimiento de este motor se produciría mucho antes. A comienzos de los años setenta, Audi ya había estado trabajando en un motor de cuatro cilindros de 1.470 cm3 (con cilindros con 76,5 mm de diámetro) y de 1588 cm3 (con cilindros de 79,55 mm de diámetro) que se extendería a lo largo y ancho de la gama Audi y Volkswagen.
El nuevo motor de cinco cilindros era, esencialmente, una evolución de aquel bloque.
Audi se encontró con un dilema. Querían un motor más potente para el Audi 100, un sedán de tracción delantera. Y para ello cuatro cilindros eran insuficientes y el desarrollo desde cero de un motor V6, únicamente para esta aplicación, era difícil de justificar. Aprovechando el desarrollo del motor de cuatro cilindros anteriormente mencionado, Audi se plantearía la opción de crear un motor más potente aumentando el número de cilindros. Pero como seis cilindros en línea difícilmente hubieran podido alojarse en el vano del motor del Audi 100, los alemanes optarían por una decisión salomónica, la de apostar por un motor de cinco cilindros en línea.
Aquel motor de cinco cilindros permitiría a Audi plantar batalla a los motores de gasolina y seis cilindros de BMW y Mercedes-Benz. Uno de los lemas empleados por la marca no era otro que ofrecer «el rendimiento de un seis cilindros, con el consumo de un motor de cuatro cilindros». Ver artículo en la Popular Mechanics de noviembre de 1977.
Tan importante acabaría resultando aquel motor para Audi que, años más tarde, acabaría siendo el corazón de sus deportivos y, sobre todo, de los años más gloriosos de la marca en la competición. La filosofía de los motores de cinco cilindros hoy sigue siendo prácticamente la misma, la de encajar en su gama de deportivos compactos, en esa tierra de nadie en la que un motor de cuatro cilindros es insuficiente y no sería viable, ni por costes, ni por los requisitos del producto, ni por cuestiones técnicas, apostar por el V6 que sí está presente en la gama superior de los RS.
Audi tampoco tardaría mucho en lanzar un diésel de cinco cilindros, estrenado por el Audi 100 en 1978, con 70 CV de potencia y atmosférico. Aunque, como ya os contábamos anteriormente, en su lanzamiento de un diésel de cinco cilindros sus compatriotas de Mercedes-Benz ya se les hubieran adelantado años atrás.
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