Si hay algo de vital importancia en una fábrica, es la seguridad y la higiene postural de sus trabajadores. En una línea de ensamblado hay tareas que, además de estar sujetas a labores repetitivas, implican movimientos y esfuerzos que pueden generar problemas físicos a los trabajadores. De ahí que cualquier ayuda que contribuya a minimizar el riesgo de lesiones, y el esfuerzo, siempre sea bien recibida. Desde hace años Audi ha estado trabajando en avances que, lejos de ser una tecnología de ciencia ficción, ya están aplicándose en las líneas de algunas de sus fábricas. Tecnologías como el exoesqueleto que emplean algunos trabajadores en las fábricas de Audi, como la de Ingolstadt y Neckarsulm, en las que se producen coches como el Audi A3 y el Audi Q2.
Decíamos que esta tecnología comenzó a desarrollarse hace tiempo. De hecho, en 2015 ya os hablábamos de ello, y de cómo Audi pretendía iniciar las primeras pruebas de este sistema. Audi asegura que sus exoesqueletos aún se encuentran en fase de pruebas, y sigue siendo un proyecto piloto, pero los beneficios que han encontrado en esta tecnología hacen que se estén planteando su introducción en diferentes fases del ensamblado de todas las fábricas de Audi.
Actualmente se está utilizando en algunas etapas del ensamblado y la fabricación de coches de Ingolstadt y Neckarsulm, así como en tareas logísticas.
El exoesqueleto es una estructura de tres kilogramos que se ajusta con unas cintas a la cadera, las rodillas y los tobillos del operario, de manera que esta se encarga de transmitir el peso del cuerpo hacia el suelo. Este elemento está especialmente indicado para tareas que requieran inclinarse para recoger componentes, especialmente si son pesados, o inclinarse para colocarlos o depositarlos en una línea. Diferentes evoluciones del exoesqueleto han llevado a sistemas incluso más sofisticados, como un exoesqueleto que funciona como una falsa silla, permitiendo al operario sentarse.
Según Audi, este exoesqueleto permite reducir la tensión en la espalda del operario entre un 20% y un 30% y, sobre todo, facilita una postura segura y ergonómica. El uso de estos exoesqueletos, durante la fase de pruebas, se va incrementando de manera progresiva, desde las dos horas iniciales con las que un operario comienza a utilizarlo, hasta el turno completo.
Tenemos la impresión de que la automatización se acelerará drásticamente en los próximos años, y cada vez habrá menos operarios en las fábricas. Pero hasta entonces, y mientras los operarios sigan siendo necesarios en una fábrica, no está de más que puedan trabajar en las mejores condiciones posibles.