El coche eléctrico plantea retos enormes para los fabricantes de automóviles. Hablamos de una tecnología costosa, que muchas marcas de coches tendrán que desarrollar desde cero, de nuevas plataformas compatibles con la arquitectura de un eléctrico y sus baterías, de sistemas eléctricos que cumplan con los requisitos que demande el cliente. Tesla ha conseguido cautivar a los compradores y hacer que todos estemos pendientes de la última maniobra publicitaria de Elon Musk y los suyos, de cómo acelera su último deportivo, o de cómo se eleva en un cohete por encima de las nubes para llegar al espacio. Pero Audi y Porsche ya saben como ganar la partida a Tesla con sus coches eléctricos, y también que su guerra no se ganará con anuncios grandilocuentes, ni con ejercicios apasionantes, pero a menudo estrafalarios, sino creando productos rentables. ¿Cuál es el plan de Audi y Porsche?
La estrategia de coches eléctricos de Tesla
Tesla se las ha ingeniado para poner en la calle coches eléctricos de gran autonomía, a un coste ajustado, especialmente en el caso del Tesla Model 3. Su estrategia ha sido la de centralizar toda la gestión en su marca, la economía de escala, y que el factor prioritario y diferencial de sus coches resida en el software, y no tanto en el hardware, con la excepción de sistemas como las baterías y la gestión de su rendimiento.
La realidad que ha tenido que afrontar Tesla ha sido la de descubrir que fabricar coches es sumamente complejo. Y el mejor ejemplo lo encontramos en las dificultades que ha hallado Tesla en los últimos meses para iniciar la fabricación del Tesla Model 3. Estos días, y como recordaba Forbes con un titular bastante acertado, Elon Musk llegó al espacio, para bajar de golpe a la Tierra y descubrir que en el último trimestre de 2017 las pérdidas de Tesla alcanzaron los 675,4 millones de dólares.
Audi y Porsche ya saben cómo hacer rentable sus coches eléctricos
En el Grupo Volkswagen jamás nos habíamos encontrado con un aprovechamiento tan fructífero de las plataformas y las tecnologías compartidas. Los últimos años han sido para Volkswagen una carrera de fondo para aprovechar al máximo tecnologías que se prestan a ser utilizadas por todas las marcas del grupo, desde Volkswagen, hasta Bentley y Lamborghini.
Probablemente el mejor ejemplo sea el que encontramos en su gama de grandes SUV. No solo no parece preocupar a nadie que la tecnología del Lamborghini Urus también esté presente en el Bentley Bentayga, el Porsche Cayenne, el Audi Q7 y el Volkswagen Touareg. Sino que esa será una de las razones por las cuales todos estos productos se situarán como la referencia de sus respectivas categorías.
Con los eléctricos, el empleo de plataformas compartidas pretende alcanzar nuevas cotas de optimización de recursos, y un aprovechamiento aún más eficiente en todas las marcas del grupo. Porsche ha anunciado inversiones millonarias para el desarrollo de sus eléctricos y ha contratado 300 desarrolladores para esta tecnología, que se suman a los 550 de Audi.
Audi y Porsche están repartiéndose el trabajo, y desarrollando conjuntamente su nueva plataforma premium para eléctricos, así como una segunda plataforma, con el foco puesto en los deportivos eléctricos, que se encargará de desarrollar Porsche, también para ser usada por Audi y Lamborghini.
Se ahorrarán un 30% de los costes del desarrollo de coches eléctricos
Gracias a esta estrategia los responsables de Audi y Porsche ya son capaces de vaticinar el ahorro que conseguirán en el desarrollo de sus coches eléctricos. Rupert Stadler, CEO de Audi, declaraba estos días a los medios alemanes que de no haber seguido esta estrategia, y de haber desarrollado sus eléctricos de manera independiente, Audi y Porsche tendrían que haber acarreado con unos costes un 30% superiores. Y eso, creedme, puede ser la diferencia entre conseguir que un coche sea rentable, y tenga un precio competitivo, o que solo genere pérdidas, y no pueda tener un precio acorde con el del mercado.