Imagina la experiencia que podrás acumular conduciendo a lo largo de tu vida. Cientos de miles de kilómetros, miles de horas y experiencias en diferentes situaciones que, en última instancia, definirán tu forma de conducir, o tu capacidad para reaccionar ante una situación determinada. Y he aquí el gran problema del coche autónomo. ¿Cómo enseñaremos, nosotros humanos, a conducir a una máquina? Y he aquí la respuesta: no enseñaremos a las máquinas a conducir, ellas aprenderán por sus propios medios. Precisamente esa es la idea que Audi, desde la conferencia del Workshop on Neural Information Processing Systems (NIPS) en Barcelona, quería presentarnos este Audi Q2 tan especial. Un Audi Q2 en el que no podrás subirte pero que, lejos de haber sido instruido con la habilidad de aparcar sin nuestra intervención, algo sencillo y una tecnología disponible en la mayoría de los coches modernos, será capaz de aprender por sí mismo, y mejorar con la experiencia.
Este es el gran reto al que se enfrenta la industria del automóvil y quizás el más apasionante para aquellos que amamos la tecnología y la ingeniería. El desarrollo de la Inteligencia Artificial es el gran paso adelante que, en su aplicación al automóvil, permitirá que nuestros coches sean cada vez mejores en sus tareas autónomas. Hoy es un sistema de aparcamiento automatizado, pero mañana será conducción plenamente autónoma, viajar por carretera sin conductor, o incluso tener la certeza de que nuestro coche sabrá qué hacer para evitar un accidente incluso en las situaciones más inverosímiles.
Audi Q2
¿Y en qué consiste este Audi Q2?
Ya os decíamos que este Audi Q2 no ha sido diseñado para que subamos a bordo. De hecho se trata de una réplica a escala 1:8 de un Audi Q2, que ha sido equipada con dos cámaras de vídeo y sensores ultrasónicos. Pero la verdadera clave de este prototipo la encontramos en un sistema de procesamiento avanzado que trabaja con diferentes técnicas de aprendizaje automático para conseguir que el coche sea capaz de mejorar su habilidad para aparcar con la experiencia.
De esta forma, no solo será capaz de ajustar el coche a una plaza de aparcamiento evitando obstáculos, y ciñéndose a los límites de las líneas que marcan la plaza de aparcamiento, sino también de conseguir que cada vez que efectúe la maniobra lo haga con mayor precisión y menos movimientos que la vez anterior. Así como la primera vez que aparcaste un coche es probable que necesitases muchas maniobras y quizás tocases el bordillo, y ahora eres capaz de aparcar como un profesional con dos maniobras y sin tocar el bordillo ni a los coches que te rodean, este Audi Q2 de miniatura seguirá aprendiendo con cada maniobra para mejorar.
Bien es cierto que las maniobras de aparcamiento, aunque a muchos aún se les atraganten, son una parte incluso trivial de la conducción. Ahora imagina lo que podríamos conseguir con un coche que sea capaz de aprender a anticiparse a situaciones de riesgo, como un coche que se ha saltado un Ceda el Paso, o un animal que ha invadido la vía. Ahora imagina que la experiencia acumulada por millones de coches fuera compartida y procesada en la nube, para que tu coche no solo mejore con la experiencia adquirida durante tus viajes, sino también con la experiencia adquirida por millones de automóviles.
Ese es precisamente el panorama al que se acerca cada vez más la industria del automóvil, quizás desalentador para los más puristas, que queremos seguir conectados a todo lo que pasa en nuestro coche, pero apasionante para cualquier amante de la tecnología.
Fuente: Audi
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