Audi acaba de presentarnos uno de sus modelos más esperados, el nuevo Audi Q8. Y con él, Audi presenta una nueva funcionalidad que denominan como remote garage pilot y que pretende ser algo así como un asistente de aparcamiento autónomo que, a diferencia de los que ya conocemos, y se ofrecen en muchos coches modernos, no requeriría la intervención del conductor. ¿Aportará algo nuevo a lo que ya conocemos? ¿Y a lo que ya conocíamos de Audi y ofrecen fabricantes como BMW o Mercedes-Benz en sus coches?
Audi Q8
El sistema de aparcamiento remoto de Audi, BMW y Mercedes
Hasta ahora ya habíamos visto cómo el Audi A8, o las grandes berlinas de BMW y Mercedes-Benz, contaban con una función que permitía al conductor bajarse de su coche y culminar la maniobra de aparcamiento manejándolo desde su teléfono móvil, arrastrando el dedo por la pantalla para definir los movimientos.
La razón por la cual esta función se ha introducido en berlinas de lujo y gran tamaño es la más obvia, que son los modelos más equipados y tecnológicos, pero también una cuestión funcional sencilla. Las berlinas de lujo, por su tamaño, no facilitan entrar y salir del coche en espacios muy estrechos, por su anchura, y por el tamaño de las puertas. Salir del coche antes de terminar la maniobra de aparcamiento siempre añade un punto de confort.
El aparcamiento autónomo y remoto del Audi Q8
Ahora bien, el Audi Q8 pretende ir más allá con un sistema que, por los pocos datos que tenemos, realizaría maniobras más complejas, y de manera autónoma. De esta forma, el conductor tan solo tendría que bajarse de su coche, activar la función en la aplicación de su teléfono móvil, y el coche se encargaría de realizar las maniobras necesarias para ajustarse al espacio libre en la plaza de aparcamiento.
Para conseguirlo, el Audi Q8 dispondrá de un despliegue tecnológico que se compone de cinco sensores de radar, seis cámaras, doce sensores de ultrasonidos – los más comunes en los sistemas de sensor de aparcamiento – y un scanner láser.
Audi ha prometido que esta función estará disponible en 2019 y que, pese a ser autónoma, requerirá de la atención del conductor. Obviamente, la tecnología ya permite automatizar procesos como este, pero las leyes de cada mercado, y la necesidad de asegurar todos los escenarios posibles, impiden que funciones autónomas más avanzadas comiencen a implantarse en los coches modernos.
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