Cualquier coche moderno que se precie de serlo ha de venir cargado de tecnología, y sobre todo sistemas de entretenimiento de última generación, avanzadas posibilidades de conectividad y compatibilidad – al menos – con los sistemas operativos iOS y Android. Audi ha querido ir más allá. A pesar de disponer de uno de los sistemas de entretenimiento más potentes y, a mi juicio, más intuitivos y completos, Audi está explorando la posibilidad de que sus sistemas estén basados íntegramente en Android. ¿Por qué? Porque Android es uno de los sistemas operativos más populares y versátiles y, sobre todo, es una plataforma con la que trabaja una comunidad muy extensa de desarrolladores. De momento se ha presentado en el prototipo que nos anticipa el lanzamiento de un hipotético Audi Q8 – algo así como el homólogo todocamino del Audi A8, o una visión más deportiva del gran todocamino que la que puede ofrecer el Audi Q7. Ahora bien, ¿lo veremos algún día en la calle? Y de ser así, ¿cuándo veremos esta tecnología en los coches de Audi?
Audi ha querido acudir con esta tecnología a la conferencia de desarrolladores Google I/O de este año. Los eventos tecnológicos, y también aquellos enfocados a desarrolladores y no a clientes, son cada vez más importantes para los fabricantes de coches. Y pocos eventos podían resultar más interesantes que este para acercarse a los desarrolladores y recordarles que su futuro está también en dispositivos móviles presentes en automóviles, más allá de tabletas y teléfonos inteligentes.
Audi Q8
Sin ir más lejos, Audi asegura que el potencial de estos sistemas basados en Android es casi ilimitado. En tanto abrirían la puerta a que los desarrolladores pudieran emplear su ingenio para aumentar las funcionalidades de los sistemas de entretenimiento, que a día de hoy son ciertamente muy limitadas.
Pero el gran problema sigue siendo que el sistema de entretenimiento de un coche no tiene nada que ver con una tableta o un teléfono móvil. Primero, porque los sistemas de entretenimiento de los coches han asumido funciones críticas y han de cumplir con unos estándares de accesibilidad y seguridad. Segundo, porque los fabricantes de automóviles cuidan, con mucho celo, el acceso de terceros a sus sistemas. Probablemente esta última sea la mayor barrera que vayan a seguir encontrando los desarrolladores en los próximos años. Ningún fabricante quiere que existan resquicios por los que terceros puedan apropiarse, por ejemplo, de la valiosa información que puede contener el sistema de entretenimiento de un coche, que de cara al futuro bien podría ser uno de los bienes más preciados de cualquier marca de automóviles.
En cualquier caso, Audi sí que menciona que la llegada de este tipo de sistemas de entretenimiento basados en Android podría acelerarse con el advenimiento de la conducción autónoma. Un momento en el que los sistemas de entretenimiento podrían dejar de estar pensados para ser manipulados mientras se conduce, y se convertirían en el centro de atención de cualquier coche, y del «conductor», en tanto este habrá delegado la labor de conducir y, por lo tanto, no tendrá que estar pendiente de la carretera.
Y llegados a este punto es más que razonable que los sistemas de entretenimiento aumenten sus funcionalidades hasta al menos alcanzar las ya presentes en cualquier tableta del mercado. De manera que tareas como hacer la compra desde el sistema de entretenimiento del coche, ver la última serie estrenada en Netflix, buscar tus matches en Tinder, o jugar al Candy Crash, se conviertan en algo tan habitual en la pantalla de un coche, como ya lo es en un teléfono móvil o una tableta.
Fuente: Audi