Vivimos en la era de las pantallas táctiles. Manejamos teléfonos móviles en los que ya casi no hay botones. Las interfaces de usuario han cambiado radicalmente, ¿pero deberíamos asumir que nuestro coche prescinda de botones para acceder a funciones tan básicas como el climatizador? En Audi están dispuestos a hacerlo. Audi cree que los botones han de desaparecer del salpicadero de sus coches, pero esta medida, por desgracia, no es tan sencilla como instalar un tablet en la consola central. Actualmente, en un Audi A4 nos encontramos 22 botones en el salpicadero. El nuevo Audi A6, que se presentará en unos meses, prescindirá de casi todos ellos.
Estamos de acuerdo en que un botón es una solución anticuada y que las nuevas tecnologías han de propiciar su desaparición. Pero la razón por la cual nos gustan los botones es la confianza de saber que siempre están ahí. Sé que el giratorio para aumentar la temperatura del climatizador en un día de invierno siempre está ahí, y puedo manipularlo sin desviar la atención de la carretera.
La clave de las nuevas interfaces ha de ser esa, ¿conseguirán ser tan intuitivas y accesibles como un botón? ¿cómo lo harán?
Imagen del interior del nuevo Audi A7 Sportback.
Con los nuevos Audi A8 y Audi A7 Sportback ya hemos asistido a una de las evoluciones más importantes en los sistemas de a bordo de Audi, que ha pasado por instalar una segunda pantalla táctil para facilitar el acceso a numerosos controles.
La sustitución de botones por pantallas facilita acceder a más funciones que nunca, pero también requiere de interfaces que sean intuitivas. Audi por ejemplo reconoce haber trabajado mucho para coordinar la selección de funciones en pantallas táctiles, con el sonido de un clic, o incluso una reacción táctil sobre la yema del dedo del usuario. Con ello, Audi pretende que una acción sobre sus nuevas interfaces de usuario se corresponda con una reacción física, como la que experimentamos al sentir cómo se hunde un botón al pulsarlo.
Dicho lo cual, parece que la eliminación de los botones en el salpicadero es un camino que ha de explorarse. Pero también un camino que exige resolver retos realmente importantes, que permitan esa transición segura – y cómoda – hacia coches cuyo interior estará cubierto por pantallas y superficies táctiles.
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