El último miembro de la familia RS de Audi Sport en pasar por las instalaciones del especialista germano ha sido el Audi RS5, un coupé de dos puertas de altas prestaciones que deriva del Audi A4, y que de sobra es conocido por su contundencia, pero que como viene siendo habitual, los chicos de ABT han sabido darle una vuelta de tuerca más aplicando su habitual receta: verde Hulk u otro color hiperllamativo, dosis extra de fibra de carbono y un unos cuantos caballos más, que no de más.
El incremento de 80 CV no es sólo electrónica
Cuenta la gente de ABT, que por lo general en sus modificaciones intentan crear una preparación a la carta, acorde a los requisitos de su cliente, como es el caso del RS5 de las imágenes acompaña este post, el cual se ha pintado en verde metalizado Somora Green en contraste con el dorado mate de las llantas de 21 pulgadas, completando el exterior un kit aerodinámico en fibra de carbono compuesto por un generoso difusor trasero que alberga las dos salidas de escape ovaladas, las branquias laterales, así como un pequeño alerón trasero, el splitter y las branquias en las aletas laterales en las que se integra el logo de de ABT.
Audi A5
En el interior los cambios pueden parecer menores, pues cuenta con sutiles detalles como unos pespuntes en color verde a juego con el exterior, un discreto anagrama de ABT en el pomo de la palanca de cambio y de nuevo, ración doble de fibra de carbono de calidad, la cual se encuentra en las diferentes inserciones del salpicadero, paneles de las puertas, consola central, así como en el volante achatado o en los recubrimientos de los asientos deportivos.
No obstante, mayor interés despiertan sus modificaciones a nivel mecánico. Recordemos que de serie el RS5 cuenta con un 2.9 V6 bi-turbo de 450 CV y un par motor de 600 Nm que se mantiene constante desde las 1.900 rpm hasta superadas las 5.000 rpm, estando acompañado de un cambio automático por convertidor de par de 8 relaciones y tracción integral Quattro. Para incrementar la potencia hasta los 530 CV y el par motor hasta los 680 Nm se ha recurrido a una reprogramación electrónica junto a un intercooler sobredimensionado y a una admisión mejorada. Con ello se ha conseguido reducir el 0 a 100 km/h de 3,9 segundos a sólo 3,6, además de elevar la velocidad máxima a 300 km/h.
Finalmente, se ha reducido la altura en 25 mm colando unos nuevos muelles, mejorando así el paso por curva, junto con las barras estabilizadoras de nueva factura que reducen aún más el balanceo de la carrocería. En cuanto al sistema de frenado, esta unidad equipaba los opcionales carbocerámicos, por lo que no ha sido necesario retocarlos.