En los últimos años los conductores hemos ido asumiendo, poco a poco, la relevancia de la etiqueta medioambiental en nuestro coche. Y a pesar de que aún las restricciones al tráfico en función de la etiqueta medioambiental se aplican únicamente en algunas ciudades, e incluso en estas se limitan a unos espacios concretos y bien delimitados (las denominadas ZBE), la legislación, y el curso de los acontecimientos y los objetivos medioambientales, nos invitan a pensar que las restricciones serán cada vez más severas y, por ende, disponer una etiqueta medioambiental favorable será cada vez más importante.
Lo que no nos habíamos planteado, hasta ahora, es que pudieran imponerse restricciones al tráfico por no disponer de una determinada ayuda a la conducción, en este caso el sensor de ángulo muerto.
De las restricciones sustentadas en la cuestión medioambiental podríamos pasar a restricciones bajo el argumento de la seguridad vial.
De la etiqueta medioambiental a los ADAS
Prohibir el acceso de vehículos que no dispongan de sensor de detección de ángulo muerto es el objetivo que persigue el consistorio de Milán (Moto.it), que iniciará un proceso de implantación de restricciones que se irá estableciendo progresivamente y que afectará, inicialmente, a vehículos pesados.
El objetivo no es otro que proteger a motoristas, ciclistas y usuarios de vehículos de movilidad personal que, sin duda, son los más vulnerables en la eventualidad de un cambio de carril en el que el conductor no se ha cerciorado adecuadamente de que se aproxima otro vehículo por el carril al que se va a incorporar.
Los sensores de detección de ángulo muerto llevan mucho tiempo con nosotros y hoy son prácticamente un estándar en los coches modernos. Cada fabricante dispone de su tecnología pero, esencialmente, estos sensores emiten una señal luminosa y/o acústica al detectar que se aproxima un vehículo por el carril contiguo, contribuyendo a que el conductor se percate de su presencia si por un despiste, o por lo limitado del ángulo de visión de los retrovisores – de ahí su nombre de ángulo muerto – no lo hubiera advertido.
La importancia de la etiqueta medioambiental y los ADAS
Las restricciones de Milán, como decíamos, se introducirán progresivamente y afectarán a vehículos de transporte pesado y en el área de la denominada Zona B. Las primeras restricciones comenzarán el 1 de octubre, afectando tanto a vehículos de transporte de mercancías de más de 12 toneladas, como de pasajeros de más de 5 toneladas. En octubre de 2024 se iniciará una segunda restricción que ya afectará a vehículos de transporte de pasajeros de más de ocho plazas, incluido el conductor, y vehículos de transporte de mercancías de más de 3,5 toneladas. De momento no se han establecido restricciones para turismos.
Pero es evidente que este tipo de medidas podrían ir generalizándose, en otras ciudades y, probablemente, afectando a vehículos que no dispongan de otro tipo de sistemas y ayudas a la conducción.
