La Autobahn, un paraíso automovilístico ya no solo para los alemanes sino para cualquier amante de los coches y la velocidad, está en la cuerda floja. Su principal impulsor hacia dicha situación ha sido el propietario de un Bugatti Chiron que publicó un vídeo circulando a 417 km/h, la excusa perfecta para que Alemania ponga toda la carne sobre el asador para tirar abajo a la autopista sin límite de velocidad. Sea como fuere, la Autobahn puede ser un lugar maravilloso para explayarnos automovilísticamente hablando, aunque también espeluznante y peligroso como dan fe estos vídeos en los que conductores que merecen deleznables epítetos casi provocan un accidente.
Ir por la Autobahn, que al fin de cuentas son tramos concretos de la autopista alemana, implica poder circular a tanta velocidad como queramos y/o nuestro coche pueda alcanzar. De ahí nace la polémica con el Bugatti Chiron, pero el caso es que circular a tan alta velocidad implica un contexto muy concreto para poder hacerlo de manera segura, y hay conductores que, por muy obvio que sea, no entienden que un vehículo aproximándose a más de 200 km/h lo hace mucho más rápido que a 120 km/h.
La situación más peliaguda que verás en la Autobahn y que pone en juego su sentido
Existen diversos tramos de la Autobahn de mayor o menos distancia y, aunque es el sentido común el que debe primar ante todo momento, podemos circular a tanta velocidad como queramos. Lógicamente está deberá aplicarse en función del tráfico, pero si vamos a ir a todo lo que de el coche es necesario ir por el carril izquierdo, apartarnos cuando venga un vehículo más rápido y uno de los puntos más importantes: no ponernos a adelantar cuando vemos por el espejo retrovisor a un coche aproximarse a toda velocidad.
¿Por qué? Primero porque el coche que venga va a estar circulando a una velocidad considerablemente superior a la nuestra, la cual estará adecuada al carril por el que vayamos. Segundo porque, aunque no lo parezca desde lejos y podamos pensar que nos va a dar tiempo, un coche a más de 200 km/h se acerca a nuestra altura rápido, muy rápido.
Los protagonistas de estos vídeos destacan por obviar la velocidad a la que circulan los coches en el carril de la izquierda y deciden iniciar el adelantamiento. Ya no es solo que lo hagan pese a que se vea que se acerca un coche, sino que se lleve a cabo cuando ese coche está prácticamente encima suya. Es decir, con un sentido común mínimo.
Y es que esto ya no es solo cuestión de los riesgos que puede conllevar la Autobahn, o si se debería cerrar o no, sino también la inconsciencia de muchos usuarios. Al final esta situación también se puede extrapolar a una autopista con la velocidad limitada a 120 km/h. Y es que si nosotros estamos realizando un adelantamiento a 120/125 km/h y de repente se cruza en nuestro camino un coche a 80/90 km/h desde el carril derecho para adelantar con la consecuente necesidad de que este alcance una velocidad más alta.
¿El resultado? Un golpe a alta velocidad que puede tener consecuencia fatales. Por suerte, la recopilación que aquí os compartimos muestra a conductores «tan solo» realizando una frenada de emergencia. Uno de los ejemplos más gráficos es el de un Mercedes-Benz circulando a 235 km/h en la Autobahn que, de repente, se encuentra con un SLK cruzándose en su camino, lo que obliga a que reduzca de manera brusca y violenta la velocidad hasta 130 km/h, además de estar muy cerca de chocar.
¿Tiene sentido que siga existiendo la Autobahn?
Puede que un Bugatti Chiron circulando a más de 400 km/h haya sido la gota que colma el vaso pero, ¿es realmente necesaria una medida que la liquide? Son casi 13.000 kilómetros los que conforman la Autobahn, y en sus diferentes tramos no existe límite de velocidad alguno.
Los principales argumentos para lapidarla son la mayor contaminación que se produce circulando a alta velocidad y el riesgo que conlleva circular a gran velocidad. Más allá de un asfalto en condiciones y tramos rectos sin excesivas curvas, también es necesario que los conductores y usuarios de la Autobahn tengan el sentido común necesario para circular por ellas.
Según los datos recogidos, los accidentes que se producen en tramos con límite de velocidad en Alemania son un 26% menor respecto a los que tienen lugar en la Autobahn. Concretamente, la mitad de los accidentes que tuvieron lugar en la Autobahn se deben al exceso de velocidad pero, ¿es suficiente un 50% como para que se derroque esta autopista sin límite de velocidad?
Está claro que combinar mal tiempo, tráfico denso y poca conciencia con velocidades altas no es un cóctel que vaya a terminar bien. Sin embargo, la medida más lógica pasa, aparentemente, por regular cuándo se puede circular sin límite de velocidad. Es decir, convertir en intermitente esta libertad en función de las circunstancias mencionadas.