El coche que tenéis en vuestras pantallas es el Baltasar Revolt, el primer coche de Baltasar Cars. Esta empresa afincada en Barcelona es propiedad del emprendedor e ingeniero Baltasar López, y su primer vehículo – desarrollado en secreto, según su nota de prensa – es el Baltasar Revolt. Un coche de lo más peculiar: un deportivo ultraligero abiertamente enfocado a trackdays. Un coche extremo que cuenta con la peculiaridad de ser 100% eléctrico, y que además, podremos matricular y conducir por las calles. Te contamos todo lo que debes saber.
El proyecto no emplea como base ningún otro vehículo o desarrollo previo, y componentes clave como sus dos motores eléctricos o la batería de alto voltaje han sido desarrollados total o parcialmente por la propia empresa. La batería ha sido desarrollada en cooperación con la ingeniería catalana Millor Battery, con amplia experiencia en electrificación, especialmente en el sector de las dos ruedas. La estructura de este deportivo biplaza es de tipo tubular, y sobre ella se ha montado una carrocería construida íntegramente en fibra de carbono.
Una carrocería cuyo diseño sigue el principio de función sobre forma. No tiene una gran carga de diseño, más allá de las superficies en tonos oscuros, que contrastan con el llamativo verde de la carrocería. No obstante, su diseño obedece a una buena aerodinámica, necesaria para que el coche sea efectivo en carrocería. Por cierto, el Baltasar Revolt es un coche muy pequeño: más impresionante que sus 3,95 metros de longitud son sus 88 centímetros de altura, que superan los 1,10 metros por apenas un puñado de milímetros si tenemos en cuenta el aro antivuelco.
El interior del coche es espartano a más no poder, algo lógico habida cuenta del enfoque a track-days con el que ha sido producido. Los asientos son baquets de fibra de carbono y el volante parece sacado de un coche de competición. No hay sistema de climatización o infoentretenimiento, solo una sencilla pantalla para la instrumentación. Incluso la toma CCS Combo Type 2 de carga está expuesta, frente al asiento del copiloto. Y es que este coche pesa sólamente 770 kilos, una cifra increíble si tenemos en cuenta que es eléctrico.
Según Baltasar Cars, su batería, de capacidad no especificada, le permite recorrer hasta 600 km en condiciones de homologación. En un uso exigente en circuito, la batería duraría lo suficiente para una tanda de 40 minutos. La batería pesa solo 250 kilos y a plena potencia, sería capaz de recuperar 100 km de autonomía en cinco minutos. La propulsión corre a cargo de dos motores eléctricos. Ambos están situados en el eje trasero y cada motor da fuerza a cada una de las ruedas traseras. Su potencia combinada es de 500 CV, y su par máximo, de unos tremendos 1.000 Nm.
El resultado, como es lógico, es una aceleración hasta los 100 km/h de solo 2,5 segundos, igual a la de un Bugatti Veyron, con el toque extra del par instantáneo característico de los coches eléctricos. Su suspensión es de tipo push-rod y sus amortiguadores y barras estabilizadoras son completamente ajustables. En cuanto al resto de tren de rodaje, cuenta con frenos ventilados y está calzado con neumáticos Michelin Pilot Sport Cup 2 de alto rendimiento. Al estar su batería en posición central, se le presupone un comportamiento dinámico neutro y equilibrado.