Los avances técnicos que rodean el advenimiento de los coches eléctricos cada vez son más rápidos y llamativos, especialmente si ponemos el foco en China. El país asiático no solo es su principal impulsor mundial, si no que concentra el grueso de fabricantes de baterías e innovación tecnológica. La gigantesca empresa CATL es el mayor productor mundial de baterías, y acaba de presentar en sociedad su nueva batería Shenxing Plus. Una batería que deja obsoleto a diésel y gasolina con un meteórico ritmo de recarga de un kilómetro por segundo.
Así es Shenxing Plus, la batería del futuro (muy cercano)
Pero quedarnos en este dato, por llamativo que sea, sería solo rascar la superficie de lo que CATL ofrece en este nuevo acumulador de energía. En verdad, el hito más importante de esta batería es que alcanza una densidad energética de nada menos que 205 Wh/kg. Es decir, sobre el papel, sería posible producir una batería de 100 kWh de capacidad con un peso inferior a los 500 kg. Esta densidad energética puede parecer escasa en términos absolutos, pero es un dato espectacular si tenemos en cuenta que hablamos de una batería de tipo LFP.
Es decir, una batería con química de ferrofosfato de litio. Esta química está aumentando su cuota de mercado de forma notable entre los fabricantes de coches gracias a varios factores: tiene un menor coste de producción al usar menos tierras raras, reduce de forma notable su degradación en el tiempo, son menos propensas a sobrecalentamientos y posibles incendios y permiten velocidades de carga muy elevadas. Este último punto, no obstante, depende de su diseño y composición química específica.
Una de las claves de su densidad energética récord para baterías LFP reside en el diseño del ánodo y el cátodo de la batería. Esto es posible uso de una estructura tridimensional de tipo «panel de abeja» y una tecnología de gradación granular en que optimiza la posición de las partículas nanométricas de las celdas. Esto permite controlar mejor la expansión y contracción en volumen de las celdas de la batería durante los ciclos de carga y descarga, optimizando el espacio físico que ocupan – cuando la ciencia es lo suficientemente avanzada, parece magia.
La batería CATL Shenxing Plus emplea la tecnología cell-to-body, en el que las celdas de la batería conforman su estructura en sí misma, sin recurrir a la agrupación en módulos. La carcasa de la batería es elemento estructural en el coche donde sean montadas, y está construida con una sola operación de fundición – el resultado es una eficiencia volumétrica que mejora un 7%. Sobre el papel, esta batería debería permitir hasta 1.000 km de autonomía según el ciclo chino CLTC – equivalente al antiguo ciclo NEDC, ya en desuso en Europa.
Esta cifra, lógicamente, depende enormemente del coche en el que sea montada. La capacidad de recarga de la batería es su dato más fulgurante: sobre el papel, permite recuperar un kilómetro por segundos, o 600 km de autonomía en solo 10 minutos. Al mismo tiempo, CATL anuncia el comienzo de la construcción de una red de recarga ultra-rápida en China. En colaboración con Huawei, Star Charging, Shudao New Energy y Cloud Fast Charging, prometen que la red Shenxing será la mayor y más rápida del país, cuya adopción del coche eléctrico es meteórica.
El lanzamiento de esta batería añade presión a BYD, que está desarrollando la segunda generación de sus baterías Blade. Se espera que su densidad energética no supere los 190 Wh/km, según CarNewsChina.