El frío extremo a la hora de conducir puede convertirse en un problema, tanto en automóviles con motor de combustión interna, como en coches eléctricos. Y especialmente problemático en estos últimos por cómo las temperaturas muy bajas pueden afectar al rendimiento de sus baterías, a su tasa de carga y descarga y, en última instancia, la autonomía.
El rendimiento de las baterías a bajas temperaturas
Bien es cierto que, a menudo, las consecuencias de las temperaturas muy bajas sobre la autonomía de los eléctricos se magnifican interesadamente. No hay mejor ejemplo que el hecho de que Noruega, un país en el que huelga decir que saben muy bien lo que es vivir una parte importante del año permanentemente a varios grados bajo cero, los eléctricos supongan ya más del 80% de las ventas de automóviles.
Pero también es cierto que para asegurar el buen rendimiento de una batería los fabricantes tengan que diseñar sus baterías analizando su rendimiento a temperaturas extremas y también elaborar estrategias para una adecuada gestión térmica de la batería.
Baterías que se recargarán en dos minutos
De entre todos los proyectos de desarrollo de baterías, el de StoreDot, del cual hemos hablado en más de una ocasión, es a día de hoy uno de los más prometedores. Su filosofía es realmente interesante. StoreDot está decidida a crear este mismo año unas baterías que puedan recuperar 100 millas (161 kilómetros de autonomía) en solo cinco minutos y alcanzar el objetivo de 4 minutos en 2026, de 3 minutos en 2028 y de 2 minutos en 2032.
Creando baterías capaces de recargarse tan rápido, StoreDot cree que se podrían crear coches eléctricos que no necesiten tanta capacidad de almacenamiento energético y a su vez sigan siendo útiles para viajes de larga distancia. Y entrar así en un círculo vicioso en el que al emplear baterías más pequeñas y ligeras a su vez se maximice la eficiencia y se requiera de menor energía para recorrer mayores distancias.
En sus últimas pruebas habrían comprobado que a temperaturas de -10ºC se conservaría el 85% de la capacidad máxima de sus baterías, que emplean unas celdas de nueva generación, y de hasta el 70% a temperaturas de -20ºC, consiguiendo una autonomía del 80% en procesos de carga a -10ºC. Y todo ello sin tener en cuenta que estas baterías podrían emplear sistemas de acondicionamiento que impidan que se lleguen a alcanzar temperaturas tan bajas en las celdas que componen la batería.
En su hoja de ruta sigue estando disponer este mismo año de unas celdas de batería listas para su comercialización capaces de obtener 161 kilómetros de autonomía extra en 5 minutos de carga, comenzar las primeras entregas a fabricantes y disponer de los primeros prototipos en los que se pueda demostrar esta tecnología en condiciones reales.