En marcas de máximo lujo como Rolls-Royce o Bentley estamos acostumbrados a ver opcionales que se salen de la norma y que pueden llegar a costar más que muchos coches ‘terrenales’. Desde copas de plata para beber champán hasta incrustaciones con diamantes u otras piedras preciosas, pasando por el reloj de 200.000 euros que puede equiparse en el Bentayga o el techo iluminado con fibra óptica que simula una constelación que Rolls-Royce tiene en su lista de opciones extra. En este tipo de marcas el único límite en la excentricidad del cliente a la hora de personalizar sus coches es la técnica -es decir, que se pueda realmente hacer- y, por supuesto, la legalidad. En la disputa por conseguir ser el más exclusivo siempre hay hueco para ir más allá, y esta vez ha sido Bentley la que nos ha sorprendido con un opcional de lo más curioso: un juego de accesorios para cetrería. Sí, ¡has leído bien!
Bentley Bentayga
El Bentley Bentayga es actualmente, y hasta la llegada del Rolls-Royce Cullinan, el todocamino más caro y exclusivo del mercado. Con un precio de partida de casi 200.000 euros en su versión diésel, es un Bentley en todo su esplendor: grande, lujoso, refinado, con enormes motores en la gama y un portento tecnológico gracias en buena parte a las sinergias con otras marcas del Grupo Volkswagen. El nivel de personalización es tan elevado como abultada sea la cuenta corriente del cliente, con un sinfín de pinturas disponibles para la carrocería, así como una enorme variedad de cueros y maderas para vestir el interior.
Bentley Bentayga Falconry by Mulliner: un coche especial para el deporte de los reyes
Todo lo anterior alcanza su punto culminante con Mulliner, la división que se ocupa de los encargos más personales de Bentley y la artífice del juego de accesorios para cetrería que nos ocupa. Bajo el nombre de Bentayga Falconry (la palabra inglesa para ‘cetrería’ o ‘halconería’), este opcional incorpora una instalación a medida en la parte trasera del vehículo con todo el equipamiento necesario para disfrutar de la cetrería.
Donde normalmente está el espacio libre para el maletero, en el Bentayga Falconry encontramos una estación de vuelo y un estuche reparador embellecidas con tejido de corcho natural. En el interior de la estación de vuelo hay un cajón especial acabado en Piano Black con un emblema en forma de halcón sacre. Debajo de este se encuentra una bandeja con acabado en piel repujada por láser, bajo la cual se esconden unos compartimentos individuales para una unidad de rastreo GPS y los prismáticos -fundamentales para este deporte-, así como las capuchas para las aves y los guantes de piel elaborados a mano (accesorios estos últimos disponibles de manera opcional). El estuche reparador contiene tres petacas de metal y vasos, una manta e incluso toallitas para la cara.
En el compartimento rígido que se ve en el lateral del maletero se esconde un estuche especial con acabado de corcho natural que alberga dos perchas individuales para aves. Un material, el corcho, elegido por su excelente durabilidad y sencillez de mantenimiento, además de su aspecto «cálido y lujoso». Para proteger al máximo al coche, se ha incorporado una cubierta que protege el fondo del maletero y los estribos posteriores.
Un interior excelso con 9 días de trabajo solamente en el acabado de sus maderas
En el interior del habitáculo del Bentayga, forrado en una nueva piel Hotspur, también hay más accesorios destinados a esta temática, entre las que se encuentran una percha de transporte extraíble y ataduras en el reposabrazos central. Pero además, la decoración acompaña.
El trabajo de marquetería esconde tras de sí una elaboración descomunal. Ilustra un paisaje desértico en el que figura un halcón sacre en pleno vuelo sobre las arenas barridas por el viento, y se ha elaborado con 430 piezas individuales (¡solamente el dibujo!) de madera de árboles de todo el mundo en un proceso artesanal cuyo ensamblado final tarda en completarse nueve días.
El hecho de seleccionar manualmente las mejores maderas (se utiliza castaño, eucalipto blanco, acebo, sicómoro, arce, fresno común y arce sicómoro) hace que no haya dos enchapados iguales. El moteado de la madera de sicómoro evoca las ondas de la arena del desierto desplazada por el viento, y para representar al halcón se han cortado varias piezas de enchapados específicos, que reflejan la forma de las barbas de las plumas.
El Bentayga Falconry by Mulliner toma su inspiración del halcón sacre, la especie del ejemplar que ilustra las imágenes y que ha sido utilizada durante miles de años para la caza de volatería. A día de hoy sigue siendo una de las aves más codiciadas y valiosas, y los mejores ejemplares pueden alcanzar precios de hasta un millón de dólares.
Fuente: Bentley
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