El Bentley Bentayga lleva ya un año entre nosotros, y su gama de motorizaciones se ha ido ampliando en consecuencia. Primero fue un imponente motor diésel de ocho cilindros, y ahora es un V8 biturbo de gasolina el que se suma como alternativa al doce cilindros. Hablamos de un motor conocido, un 4.0 V8 con dos turbocompresores, que comparte con coches como el Porsche Cayenne Turbo o el Lamborghini Urus. El Bentley Bentayga V8 no es una simple alternativa en gasolina al W12, estrena novedades técnicas de gran calado, como por ejemplo los frenos más grandes de (casi) cualquier vehículo de producción en masa.
Así es el Bentley Bentayga V8 2018
El motor V8 de este Bentley Bentayga está sobrealimentado por dos turbocompresores, situados en el interior de ambas bancadas de cuatro cilindros. Es lo que se conoce como un motor en «uve caliente», y entre otras ventajas, el retardo en la entrada en funcionamiento de los turbos es muy bajo, logrando también una mayor eficiencia. En el Bentley Bentayga V8 desarrolla 550 CV y un enorme par motor máximo de 770 Nm – cifras idénticas a las del Porsche Cayenne Turbo de tercera generación. El motor está asociado a una caja de cambios ZF de convertidor de par de ocho relaciones y un sistema de tracción total permanente.
Bentley Bentayga
En cuanto a sus prestaciones, hablamos de un impresionante 0 a 100 km/h en 4,5 segundos – sólo 0,4 segundos más lento que el Bentayga W12 de 608 CV – y una velocidad punta de 290 km/h. Sobre el papel, homologa un consumo medio de 11,4 l/100 km y unas emisiones de dióxido de carbono de 260 g/km, aunque dudamos que el gasto en combustible vaya a preocupar a sus futuros propietarios. La otra gran novedad de esta versión V8 del Bentley Bentayga es un sistema de frenos carbonocerámicos – opcional, y a un precio no comunicado en la nota de prensa – ofertado por primera vez en el todocamino de lujo de Bentley.
La peculiaridad es que los discos de freno delanteros son los más grandes jamás ofertados en un vehículo de producción – con permiso del Lamborghini Urus, cuyo sistema de frenado carbonocerámico opcional es idéntico. Tienen 440 mm de diámetro y van montados en el interior de llantas de al menos 22 pulgadas de diámetro. Estos gigantescos discos de freno están abrazados por pinzas de freno de dimensiones también hercúleas, con diez pistones en el eje delantero. Los discos traseros tienen 370 mm, y casi parecen de juguete al lado de los discos delanteros.
El sistema eléctrico del Bentley Bentayga V8 es de 48 voltios, lo que permite equipar la suspensión adaptativa Bentley Active Ride. Contrarresta la inclinación del coche en curvas y ajusta en tiempo real la dureza de los amortiguadores. Esta suspensión adaptativa es de aire, por lo que la altura libre al suelo es variable – especialmente útil en los modos de conducción off-road. En el interior del Bentley Bentayga V8 también hay novedades para los más caprichosos. Por primera vez podemos especificar molduras de fibra de carbono, así como un nuevo cuero de color rojo llamado Cricket Ball – ¿es posible ser más británico?
Un nuevo volante de tres radios forrado en piel y cuero es una de las novedades de esta versión V8, que trata de ser la más dinámica del trío de motorizaciones ofertado por Bentley. Nadie se irá de trackdays con el Bentayga, pero en defensa de Bentley hemos de decir que el V8 es el más ligero de la gama: pesa 2.395 kilos en orden de marcha – 45 kilos menos que la versión W12 y 110 kilos menos que el Bentley Bentayga Diesel. Si estás interesado en saber cómo va el Bentley Bentayga aquí puedes leer la prueba de la versión W12 y en este enlace, la prueba de su versión propulsada por gasóleo.