Para Mercedes firmar un tiempo salvaje en Nürburgring no es algo extraño. Su modelo actual más rápido, el Mercedes-AMG GT Black Series, sólo tarda 6’ 43’’ en dominar el ‘Infierno Verde’. ¿Qué pasaría si el primer coche de la marca recorriera el trazado alemán? ¿Cuánto tardaría el Benz Patent Motorwagen en completar sus 21 kilómetros? El piloto Jimmy Broadbent lo ha comprobado. ¡Dentro vídeo!
En 1886, Karl Benz registró el primer coche con un motor de combustión interna: el Benz Patent Motorwagen. Un vehículo de tres ruedas construido con tubos de acero y paneles de madera cuyas ruedas (diseñadas por el propio Karl) eran de acero y caucho sólido. Estaba impulsado por un motor de tracción trasera que desarrollaba 0,7 CV. Con estos atributos, Nürburgring se antoja, más que nunca, como un auténtico infierno.
Benz Patent Motorwagen y Assetto Corsa
Jimmy Broadbent, piloto de carrereas y de simulación, ha elegido su canal de YouTube para mostrar el mundo qué habría ocurrido si a alguien se le hubiera ocurrido la idea de meter al primer coche de Mercedes en el circuito alemán. Una prueba que ha sido posible gracias a un simulador de competición automovilística, el Assetto Corsa, y a su comunidad de modding.
Uno de sus usuarios, Satlab, es el responsable del proyecto que permite llevar al Benz Patent Motorwagen hasta Nürburgring: después de diez meses de trabajo, ha conseguido recrear el coche para el simulador de carreras. La reproducción es bastante fiel aunque confiesa que tiene errores y que ha tenido que añadir algunas características adicionales.
El Benz Patent Motorwagen en Nürburgring
El Benz Patent Motorwagen alcanza una velocidad máxima de 13 km/h… en Nürburgring. Probablemente, en 1886, ir a bordo del modelo alemán con esa cifra provocaría las mismas sensaciones que el Mercedes-AMG GT Black Series. El problema es que el ‘Infierno Verde’ tiene casi 21 kilómetros: una distancia enorme para ese ritmo.
Sin embargo, el vehículo de Karl Benz tiene un as escondido en la manga: circular en modo neutral en aquellos tramos que son cuesta abajo. Jimmy Broadbent explica que, de esta forma, la gravedad ayuda al coche a alcanzar velocidades con las que su creador solo podría haber fantaseado. Al principio de la carrera es capaz de quintuplicar la supuesta velocidad máxima y alcanzar los 70 km/h (43 mph). Eso sí, a este ritmo la aerodinámica es de todo menos la ideal.
El problema es que todo lo que se baja hay que subirlo. El buen trabajo que hace la gravedad al ayudar al Benz Patent Motorwagen a bajar cuestas lo más rápido posible, se pierde cuando sube por ellas: en las pendientes más pronunciadas se detiene por completo y hay que circular en zigzag para coronarlas. Algo que, efectivamente, alarga su tiempo de vuelta considerablemente.
Al final, tarda más de 80 minutos en dibujar una vuelta en Nürburgring. Si lo comparamos con los 6 minutos y 43 segundos del Mercedes-AMG GT Black Series obtendremos la perfecta definición de progreso.