Son ya varios los fabricantes desaparecidos que han resurgido de sus cenizas como si de un Fénix se tratase. La lista de ilustres nombres en la que figuran Hispano Suiza, DeTomaso o DeLorean da la bienvenida a otro integrante italiano: Bizzarrini, la efímera marca fundada por uno de los grandes ingenieros de la historia del motor regresa de la mano del mítico Bizzarrini 5300 GT Corsa.
Giotto Bizzarrini no necesita presentaciones, pero vamos a recordar quién es por si hay alguien a quien la memoria le ha jugado una mala pasada. Hablamos del ingeniero italiano que, en parte, fue responsable de vehículos como el Ferrari 250 Testa Rossa o el Ferrari 250 GTO. Concibió el V12 de 3.5 litros en torno al que Lamborghini orquestó su gama de superdeportivos, el mismo motor que derivó en el 4.0 del Lamborghini Miura. Y suyo también fue el Iso Grifo.
Una corta vida… con segunda parte
Con semejante currículum parecía lógico (e, incluso, obligatorio) que crease su propia marca en la que, por supuesto, hubo un coche estrella: el Bizzarrini 5300 GT Corsa. Aquel coupé de alto rendimiento, pilotado por Régis Fraissinet y Jean de Mortemart, ganó en su clase en Las 24 Horas de Le Mans de 1965 terminando noveno en la general. Dicen que cuando terminó la carrera, el propio Giotto regresó al norte de Italia en aquel vehículo.
Bizzarrini tuvo una corta vida puesto que nació en 1964 y escribió su punto final en 1969. Pocos imaginaban que acabaría convirtiéndose en un punto y seguido: en 2020, Rezam Al Roumi (un inversor kuwaití) se hizo con la marca. Sí, es la misma persona que financió el rescate de Aston Martin cuando Ford se deshizo de ella. Para la ocasión ha reclutado al equipo de entonces con Ulrich Bez (exjefe ejecutivo del fabricante británico) con un objetivo claro: lanzar un deportivo moderno y lo mejor, la segunda parte del 5300 GT. O lo que es lo mismo: el Bizzarrini 5300 GT Revival Corsa.
La firma de Giorgetto Giugiaro
A pesar de sus orígenes italianos, Bizzarrini se ha mudado a Reino Unido donde se ubica ahora su nueva fábrica: allí es donde están dando forma a la versión moderna de su mítico modelo. Para ello se han basado en un 5300 GT Corsa original de 1965 (procedente del mundo de la competición, eso sí) y en más de mil dibujos y documentos originales. De esta manera no sólo han respetado la idea original, también han empleado los mismos proveedores que el modelo comercializado originalmente en 1964.
Está, por lo tanto, basado en la carrocería diseñada por Giorgetto Giugiaro aunque han tomado como referencia la variante Corsa en lugar de la Stradale. Está compuesta, por lo tanto, de fibra de carbono y tiene un chasis de acero. Con el color han querido acercarse al máximo al tono original, el Rosso Corsa, y en el interior se conserva la configuración biplaza.
Aquel V8 de Chevrolet
Como veis, el diseño es fiel al original aunque, obviamente, han tenido que hacer algunos cambios obligados por la actual normativa: cuenta, ahora, con una suspensión trasera independiente, frenos de disco jaula antivuelco y un tanque de combustible con especificaciones FIA. ¿Lo mejor? Conserva el V8 5.3 Chevrolet ‘small block’ con cuatro carburadores Webber que, dependiendo de la versión, entregaba 360 o 420 CV: en esta ocasión han apostado por la segunda cifra. Teniendo en cuenta que el Bizzarrini 5300 GT Revival Corsa pesa 1.250 kilos, el rendimiento debería ser deslumbrante.
Únicamente van a fabricar 24 ejemplares con especificaciones individuales y todos ellos están diseñados para competir, aunque Bizzarrini ha desvelado que el 5300 GT Revival Corsa también ha sido concebido para “satisfacer los deseos de cualquier cliente que quiera conducirlo por carretera”. Tras las pertinentes pruebas, está listo para comenzar sus entregas en mayo. Y si os estáis preguntando cuánto dinero hace falta para ponerse al volante de este mítico modelo, nos vamos a quedar con la duda: la marca italiana no ha desvelado su precio.