Comprar un Rolls-Royce Spectre no está siendo nada fácil, ni siquiera teniendo el medio millón de euros que cuesta. Esto es sin duda un excelente caldo de cultivo para la especulación, pero Rolls-Royce quiere cortar de raíz este problema y por ello ha decidido poner en marcha una lista negra o «Blacklist». A través de este polémico método, la firma inglesa quiere asegurarse de que su último lanzamiento llega a las manos adecuadas, permitiéndose el lujo de incluso prohibirte de por vida el acceso a un nuevo Rolls-Royce.
La idea de la lista negra lleva años sobrevolando la industria del automóvil de lujo. Marcas como Ferrari, Porsche, Aston Martin, Ford o Mercedes-AMG ya aplican esta polémica fórmula, amén de otras medidas que buscan frenar la especulación salvaje que sufren sus coches más especiales. Si bien existen todo tipo de opiniones en relación a esta política de proteccionismo, lo cierto es que aunque en menor medida, la especulación sigue existiendo y es habitual encontrar slots de reserva a la venta por precios muy superiores al original o coches nuevos de fábrica que cambian de manos sin siquiera haber recorrido un sólo kilómetro.
Así las cosas, ante el aluvión de pedidos que Rolls-Royce asegura tener de su primer coche eléctrico, el nuevo Rolls-Royce Spectre, la firma con sede en Goodwood ha decidido tomar cartas en el asunto. Con las entregas previstas para comienzos de 2024 y una lista de espera que ya supera los 15 meses, cualquier cliente interesado en este modelo ha de saber que, pese a desembolsar en torno a medio millón de euros por su compra, hasta finales de 2025 o 2026 no recibirá su Spectre. Esto ha llevado a a que comiencen las primeras reventas de pedidos a fábrica ya confirmados a través de concesionarios de lujo dedicados a la compraventa, unas ventas que obviamente se producen a precios muy superiores al de la factura original.
Y es justo ahí donde Rolls-Royce quiere hacer mella con su lista negra. Pues según ha informado el CEO de Rolls-Royce Torsten Muller-Otvos, la marca podrá incluir en una lista negra a todos aquellos clientes que hayan adquirido un Spectre con el único fin de especular con él. Perseguir esta actividad no es una tarea fácil para la marca, pero sí viable al hacer un seguimiento exhaustivo de cada unidad fabricada tras su salida de la factoría, analizando cada cambio de dueño y el precio que ha llevado consigo.
Y ojo que el veto que propone Rolls no es baladí, pues el fabricante inglés se reserva la capacidad de prohibir al cliente el acceso a cualquier nuevo modelo de la marca a través de su red oficial, haciéndolo además de forma indefinida.
Fuente: CarDealer