Elvis Presley es noticia estos días debido al estreno de la película biográfica dirigida por Baz Luhrmann que narra su vida personal y profesional poniendo especial foco en la compleja relación que tenía con su agente: Tom Parker. Una ocasión que hemos querido aprovechar para contaros la historia del BMW 507 del ‘Rey del Rock and Roll’.
Antes de llegar hasta el momento en el que Elvis Presley compró aquel modelo conviene recordar, brevemente, la historia de este vehículo. Fue presentado en 1956 y BMW pretendía lanzar, cada año, 5.000 unidades. No fue así porque los costes de producción se dispararon hasta tal punto que la marca perdía dinero con cada BMW 507 que vendía: tan terrible fue que casi envió a la marca a la quiebra.
Dejó de producirse en 1960: momento en el que de las líneas de producción sólo habían salido 254 unidades. Una cifra que, a la postre, le ayudó a convertirse en todo un icono. No en vano, actualmente, han llegado a pagar 1,9 millones de euros por una de ellas… sin olvidar los 4,75 millones que John Surtees gastó en un BMW 507.
Elvis en Alemania
Tras este pequeño recordatorio, volvemos a Elvis Presley. En 1958, tras superar la primera fase del servicio militar obligatorio en el ejército de los Estados Unidos, el cantante recibió su destino en el extranjero: Friedberg (Alemania). En aquel momento podía permitirse el lujo de vivir fuera de la base y eligió para ello la ciudad de Bad Nauheim, a diez en minutos en coche de la base. Efectivamente: necesitaba un vehículo.
El elegido fue un BMW 507 blanco de segunda mano, que le servía para trasladarse desde su casa hasta el recinto militar. ¿Por qué, entonces, se habla del BMW 507 rojo de Elvis? Porque el cantante se vio obligado a cambiar el color para que sus fans dejasen de escribirle mensajes en la carrocería con pintalabios. El tono elegido, por cierto, fue un rojo Porsche.
Rumbo a Estados Unidos
En 1960, cuando terminó su servicio activo, volvió a Estados Unidos para reanudar su carrera musical… y se llevó el BMW 507 consigo. Sin embargo, unos meses después lo vendió a un concesionario de Nueva York, que quiso aprovechar el tirón publicitándolo como el coche de Elvis. Fue Tommy Charles, un conocido DJ del momento, quien lo compró… y lo modificó.
El V8 de 3.2 litros no parecía convencerle así que lo sustituyó por un V8 firmado por Chevrolet, añadió una caja de cambios y cambió el eje trasero: el problema es que todo aquello no cabía en el deportivo alemán así que tuvieron que modificar, también, el chasis. Desde 1963, el BMW 507 de Elvis cambió de manos varias veces y cualquier conexión con el Rey del Rock and Roll se difuminó. Hasta que llegó Jack Castor.
Dos años de restauración
Este ingeniero aeronáutico de California lo compró en 1968 y descubrió que en su garaje estaba el coche de Elvis Presley cuando leyó una noticia en la que hablaban de su búsqueda. Dos datos lo confirmaron: el número de chasis (70079) y una póliza de seguro de 1958 emitida a nombre de Elvis Aaron Presley en la que se especificaba tanto el modelo como esa cifra.
BMW Group Classic consiguió que Jack Castor les vendiera aquella unidad y en 2014 regresó a su Alemania natal junto a todas las piezas de repuesto que su último dueño había almacenado durante las décadas. Desmontaron el coche, hicieron un inventario de aquello que podía aprovecharse, lo que podían reparar y lo que tenía que hacer de cero. Con este punto de partida comenzó un trabajo de restauración que duró dos años. El BMW 507 de Elvis Presley volvió a la vida en 2016: fue exhibido en el Concours d’Elegance de Pebble Beach (California) aunque, eso sí, luciendo el blanco original.