Malas noticias para varios de los fabricantes de coches más importantes del mundo. Hace unos años, la Comisión Europea registró las oficinas de BMW, Daimler y Volkswagen en base a sospechas por la existencia de prácticas anticompetitivas. La Comisión Europea abrió dos años después una investigación formal, para dilucidar si estos grandes fabricantes habrían pactado entre sí para frenar y limitar el desarrollo de tecnologías de reducción de emisiones. Tras más de un año de investigación, la Comisión Europea acusa formalmente a este «círculo de los cinco» de un esquema colusivo.
Hace un tiempo ya os hablamos de los preliminares de esta noticia, y en este artículo podéis comprobar las premisas de la Comisión Europea para acusar a los fabricantes. Os lo volvemos a explicar de forma resumida. Entre 2006 y 2014, ingenieros del llamado «círculo de los cinco» – Audi, BMW, Mercedes, Porsche y Volkswagen – se habrían reunido de forma recurrente para pactar frenos al desarrollo de sistemas anticontaminación en vehículos de pasajeros. Estas reuniones habrían privado a millones de consumidores europeos de adquirir coches menos contaminantes, pese a existir tecnologías más avanzadas de reducción de emisiones.
La Comisión Europea ha enviado este viernes un pliego de cargos a las sedes de los tres grupos automovilísticos, acusándoles de haber desarrollado un esquema colusivo que va en contra de las leyes de libre competencia vigentes en la Unión Europea. Además de pactar un freno al desarrollo de sistemas de reducción de emisiones, se les acusa de forma más específica. Se les acusa de limitar de forma intencionada la eficacia de sus sistemas SCR. Este proceso del tratamiento de gases de escape tiene por objetivo es reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno, mediante el uso de un aditivo llamado AdBlue (ver artículo: ¿qué es el AdBlue?).
Estos fabricantes de coches habrían reducido su efectividad de forma intencionada y consciente, reduciendo la efectividad del proceso anticontaminación. Además, en reuniones celebradas entre 2009 y 2014, se les acusa de retrasar la introducción al mercado de filtros de partículas en los motores de gasolina de inyección directa. En plata: se les acusa de no mejorar sus productos e impedir a los clientes el acceso a coches con la mejor tecnología disponible. Se cree que este tipo de reuniones comenzaron durante los años noventa, según el diario alemán Spiegel. ¿Qué pasará a continuación?
¿A qué se enfrentan el Grupo BMW, Grupo Daimler y Grupo Volkswagen?
Para empezar, a multas millonarias. Multas que podrían alcanzar el 10% de sus ingresos globales, y que podrían acercarse a cerca de mil millones de euros. Según algunos analistas, la empresa más perjudicada podría ser BMW. Daimler espera librarse de las multas por haber sido la que delatara estas prácticas colusivas a la Comisión Europea, y Volkswagen espera reducir sus multas por cooperar con la Comisión Europea. El Grupo Volkswagen habría provisionado 29.000 millones de euros para hacer frente a los coletazos del Dieselgate y estas acusaciones de colusión por parte de la Comisión Europea.
Los fabricantes tienen derecho a la defensa, y se iniciará un proceso de alegaciones durante las próximas semanas y meses. BMW ya ha emitido un comunicado en el que anuncia que luchará contra las acusaciones, asegurando que se equipara «un intento de coordinación permisible» con un cártel ilegal, además de afirmar que estas reuniones no eran secretas. Lo que está claro es que este tipo de anuncios y acusaciones minan aún más la confianza de los consumidores en un momento muy delicado para la industria automovilística europea. Seguiremos informando.
Fuente: Bloomberg