Donald Trump, el aún Presidente electo de los Estados Unidos, hasta su investidura que tendrá lugar esta misma semana, sigue condicionando los planes de la industria del automóvil antes incluso de haber tomado su cargo en la Casa Blanca. La explicación de por qué Trump está generando tanta controversia y preocupación en la industria del automóvil no es otra que el carácter global del sector y las estrategias que llevan a los fabricantes a localizar su producción en mercados tan dispares como Estados Unidos, México, Europa, Asia, Sudáfrica, etcétera.
La campaña de Donald Trump se basó, sobre todo, en la recuperación de empleos acabando con tratados de libre comercio como el NAFTA. De manera que acabar con esos tratados supondría un imprevisto importante para cualquier fabricante que tuviera planeado producir sus coches en México para exportarlos a Estados Unidos. BMW ha sido la última víctima de las amenazas de Donald Trump. Pero los alemanes no parecen estar muy preocupados por el hecho de que uno de los pilares fundamentales de su gama, el BMW Serie 3, pueda acabar gravándose con aranceles de hasta el 35%. Y el BMW Serie 3 se fabricará en 2019, con Trump o sin Trump, en México.
BMW Serie 3
En junio de 2016 se colocaba la primera piedra de la nueva fábrica del Grupo BMW en San Luis Potosí, México. Una fábrica en la que se invertirán un total de 1.000 millones de dólares, algo más de 943 millones de euros al cambio actual.
El objetivo de la fábrica de San Luis Potosí no era otro que producir hasta 150.000 unidades del nuevo BMW Serie 3, que irían destinadas a diversos mercados, entre otros Estados Unidos y Canadá, donde el acuerdo de libre comercio del NAFTA facilitaría mucho las exportaciones y, sobre todo, mejoraría los márgenes. ¿Y qué sucederá si Donald Trump acaba, tal y como lleva anunciando desde hace tiempo, con el NAFTA?
Ian Robertson, miembro del consejo de BMW y responsable de ventas, confirmaba según Automotive News que no habrá cambio de planes. Recordemos que Ford canceló sus inversiones en México en una nueva factoría que también iba a levantarse en la región de San Luis Potosí, y tras las amenazas de Trump, para aumentar sus inversiones en Estados Unidos.
BMW no se plantea cancelar sus planes en México, donde comenzará a producirse el nuevo BMW Serie 3 en 2019. Y se ampara en el hecho de contar con una red de fábricas lo suficientemente flexible, como para ajustar su producción a la situación política y económica de cada mercado. Durante años, los BMW Serie 3 para Estados Unidos se producían en Europa, mientras que los destinados a mercados que requieren de vehículos con el volante a la derecha, como Reino Unido, Australia y Japón, se fabricaban en Sudáfrica. La situación cambiaría cuando en el año 2000, durante la administración de Bill Clinton, se apostó por un acuerdo de libre comercio con África. Fue entonces cuando BMW decidió, por el consecuente ahorro de costes y aranceles, que la producción de los BMW Serie 3 destinados a Estados Unidos se adjudicara a la factoría de Pretoria.
Desde el fabricante alemán no se descarta que la adjudicación de los BMW Serie 3 destinados a Estados Unidos pueda otorgarse a otra fábrica, lo que no impediría seguir adelante con sus planes en México.
Por otro lado, tampoco podemos olvidar que Estados Unidos produce más vehículos BMW en casa de los que adquieren sus ciudadanos. El Grupo BMW en su conjunto (BMW y MINI) alcanzaron unas ventas de 365.204 unidades en 2016, 313.174 unidades si solo tenemos en cuenta a BMW. La mayor fábrica de BMW en todo el mundo no está en Alemania, sino en Estados Unidos, en Spartanburg, donde se produjeron más de 411.000 vehículos el año pasado.
En Diariomotor: