En estos momentos está teniendo lugar en el Lago di Como uno de los eventos automovilísticos más esperados para los amantes del coche clásico. Estamos hablando del Concorso d’Eleganza Villa d’Este, un evento exclusivo en el que se dan la mano coches clásicos realmente especiales – no verás allí un Renault 5 Turbo o un Volkswagen Beetle – creaciones únicas y prototipos vanguardistas. Es la cita que BMW ha aprovechado para mostrar al público su recreación de un prototipo perdido. BMW ha devuelto a la vida al Garmisch, salido de la pluma maestra de Marcello Gandini en el año 1970.
Para los que no estéis familiarizados con la figura de Marcello Gandini, debéis saber que de su pluma han salido coches como el Lamborghini Miura, el Lancia Stratos Zero o el Lamborghini Countach. Decir que ha sido un diseñador influyente es prácticamente una falta de respeto a esta figura imprescindible para la historia del automóvil. Trabajando para Bertone, fue uno de los responsables de modernizar el diseño del automóvil moderno, rompiendo con los moldes clásicos de los años sesenta y llevándolos a unos futuristas años setenta, cargados de ángulos imposibles y vanguardistas.
En 1970, Gandini pergeñó un prototipo para BMW, llamado Garmisch. Inspirado en el resort alpino, de moda en la Italia de los años sesenta, evocando deportes invernales y elegancia alpina. El Garmisch fue idea de Nuccio Bertone, que quiso consolidar su relación con BMW con este prototipo «sorpresa». Visto en retrospectiva, está claro que el diseño de este futurista coupé tuvo mucho que ver en coches como los primeros BMW Serie 5, los E12. El coche fue presentado en el Salón de Ginebra de 1970, pero tras el salón, desapareció. Nadie tiene claro qué ocurrió, pero las malas lenguas hablan de un robo.
Sea como fuere, del Garmisch se conservaban fotos y planos, pero no mucho más. Con motivo del concurso de elegancia de Villa d’Este, BMW ha decidido homenajear a la figura de Marcello Gandini con una perfecta recreación del Garmisch. El coche ha sido recreado en apenas dos meses, contando con el apoyo del propio Gandini y varios de los empleados que trabajaron en el proyecto en la época – ancianos hoy en día. Es una perfecta recreación de aquél coupé clásico del año 1970, un prototipo completamente funcional que bien podría haber acabado en alguna colección privada de forma ilícita.
Todo está en su sitio, y llama la atención la curiosa calandra de BMW, de forma romboidal y dimensiones mucho más pequeñas que la de las actuales calandras de BMW – con un protagonismo igual de importante en el diseño. El frontal tenía ópticas rectangulares, protegidas tras un cristal rayado, que me recuerda vagamente a la solución incorporada en los Citroën SM. El perfil tiene líneas limpias y rectas, cromados finos y el clásico «Hoffmeister kink» en el pilar C. No podían faltar unos tapacubos de chapa, muy de moda en la época, o una rejilla sobre la ventanilla trasera, de patrones romboidales.
En el interior, el departamento de diseño de BMW ha recreado todos los detalles del Garmisch, como una consola central con la radio en posición vertical, un volante de finos radios o un salpicadero de líneas rectas con un espejo frente al asiento del copiloto – interpretadlo como queráis, eran decididamente otros tiempos. En cualquier caso, es un esfuerzo que debe ser apreciado, un símbolo de respeto al pasado, materializado en un precioso homenaje a un genio del diseño. Si por algún casual estáis estos días en Villa d’Este, por favor, no dejéis de apreciarlo en vivo.