BMW ha desvelado la nueva generación del Serie 5 (G60), una berlina con más de cinco metros de longitud (5,06 m) que, con un diseño completamente redefinido, vuelve a ser la referencia tecnológica de su categoría, aunque parece que no se quedará atrás en términos dinámicos. Por primera vez en la historia del modelo, tendrá versiones 100% eléctricas. Una de ellas ha sido puesta a punto por la división de automóviles deportivos de la marca, BMW Motorsport y desarrolla más de 600 CV. La otra, de acceso y menos prestacional, homologa casi 600 km de autonomía WLTP, cifra excelente.
Si nada cambia, el lanzamiento comercial del recién presentado BMW i5 se producirá a finales de este año, al mismo tiempo que las primeras unidades con motor térmico del Serie 5 2023 llegan a los puntos de venta oficiales de la firma alemana. De cara a 2024, tanto la variante convencional como la eléctrica también estarán disponibles con una carrocería familiar de dos volúmenes, apellidada Touring. En esencia, Serie 5 e i5 son el mismo coche con distinto sistema de propulsión, pero se diferencian estéticamente en algunos sutiles detalles, tanto exteriores como interiores, así como en la capacidad mínima del maletero: 520 litros por los 490 del eléctrico. Por supuesto, la reducción del volumen tiene que ver con la instalación del paquete de baterías entre ambos ejes.
BMW Serie 5
En este sentido, el equipamiento es prácticamente idéntico y puede mejorarse o ampliarse opcionalmente con el mismos sobrecoste. Lleva lo último en multimedia, confort y seguridad, además de componentes de chasis de alta calidad que se traducen en un manejo y un placer de conducción sobresalientes. Según BMW, las cualidades de comportamiento se pueden optimizar a partir de un tren de rodaje deportivo con muelles más firmes, amortiguadores de dureza variable, barras estabilizadoras activas, frenos de mayor tamaño y dirección en las cuatro ruedas. Las llantas llegan hasta las 21 pulgadas de diámetro, si bien esto no es lo más conveniente en un turismo BEV.
Hasta 601 CV de potencia y 582 km de autonomía para batir al Mercedes-Benz EQE
La gama del i5 queda compuesta, al menos de forma inicial, por dos versiones: eDrive40, con un único motor síncrono y propulsión trasera, y M60 xDrive, con dos motores y tracción integral. BMW no aclara si en el futuro podrían llegar más opciones. En el caso de la básica, el propulsor entrega 313 CV, aunque su rendimiento llega hasta los 340 CV de manera puntual activando el modo de conducción deportivo. Puede acelerar de 0 a 100 km/h en 6 segundos y alcanzar 193 km/h. Para la tope de gama, su conjunto impulsor ofrece 517 CV que, brevemente y en combinación del mencionado “My Mode Sport”, se elevan hasta los 601 CV. Esto le permite pasar a 100 km/h desde parado en 3,8 segundos y lograr una velocidad punta nada desdeñable de 230 km/h.
La pila que alimenta los motores en cualquiera de las dos versiones es la misma. Tiene 81,2 kWh de capacidad útil y cuenta con un sistema de gestión de recarga que admite potencias de entrada de hasta 205 kW en corriente continua. Para la recuperación de energía en alterna, el eDrive40 tolera 11 kW, mientras que el M60 xDrive soporta el doble. En el mejor de los casos, el fabricante germano asegura que es posible «ganar» más de 150 km de autonomía cada 10 minutos enchufado al terminal adecuado. Las autonomías que se han homologado con base en el procedimiento WLTP son de 582 km para el i5 menos potente y de 516 km para el más prestacional, firmado por M.
La “némesis” es este vehículo se llama Mercedes EQE, un sedán del mismo segmento, aunque 11 cm más corto (4,95 m) y con 60 litros menos de maletero (430 l). La versión de acceso EQE 300, cuya carta de presentación incluye 245 CV y 633 km WLTP, está a la venta por 77.576 euros. Es prácticamente la misma cantidad de dinero que BMW pide por el i5 más asequible, 76.750 euros, un producto mucho más potente, pero con una batería considerablemente más pequeña que significa un rango de distancia por carga completa 51 km inferior. La diferencia de peso este sendos coches es de 180 kg a favor del protagonista de este artículo: 2.205 kg frente a los 2.385 kg del Mercedes-Benz.