En 1995, este BMW Serie 3 – un 325i, para ser concretos – abandonó las instalaciones de BMW en Munich, y fue exportado a Estados Unidos. Años después, tras varios propietarios y en una espiral de cariño y cuidados decreciente, terminó con sus huesos en un desguace. En este purgatorio, conocido a Carl Balzer, que lo rescató de las garras de la muerte, y lo transformó en un bestial kart a escala XXL, equipado con un motor de 1.200 CV de potencia. Lo creas o no, este meteórico BMW 325i aun puede circular legalmente en carretera en Estados Unidos.
El motor de este Frankenstein de altos vuelos es un LS4, un motor V8 de origen General Motors. Está sobrealimentado por dos turbocompresores, desarrolla 1.200 CV de potencia y pasa su potencia al eje trasero a través de una caja de cambios Tremec T-56. El diferencial trasero procede de un BMW M5 y emplea bioetanol E85 como combustible. Aun quedan trozos reconocibles del BMW Serie 3 E36 que algún día fue, ya que la rigidez de su plataforma la aporta la jaula antivuelco que rodea todo el coche.
Sobre el papel, es capaz de hacer el cuarto de milla en menos de nueve segundos, y ha evolucionado de un coche de circuito a un coche preparado para drifting. Rob Dahm, creador de cierto Mazda RX-7 con un motor de cuatro rotores, es el encargado de enseñarnos el coche en el canal de YouTube de Top Gear. Desafortunadamente, el diferencial trasero del coche se rompe a sus mandos, a causa de su tremendo nivel de potencia. Si te gustan los coches preparados y el ingenio de ciertas preparaciones, no puedes perderte este vídeo.